Uno de los hechos que más llamó la atención durante el Grito de Independencia que dio ayer el Presidente Andrés Manuel López Obrador fue que en uno de los balcones de Palacio Nacional se encontraban Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México; Adán Augusto López Hernández, Secretario de Gobernación; y Marcelo Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores (SRE). Todos iban acompañados.
Ciudad de México, 16 de septiembre (SinEmbargo).– Se conocieron en la universidad, en el Instituto de Ingeniería. Se reencontraron en 2017, en el arranque de la campaña político-electoral más importante en la carrera de ella. Retomaron la amistad y se volverían, eventualmente, pareja.
Así lo cuentan en el círculo cercano de Claudia Sheinbaum… quien ayer, por primera vez, se dejó deliberadamente fotografiar junto con él.
Su perfil tiene una vinculación fuerte con Sheinbaum Pardo, con el mundo académico de la Universidad Nacional Autónoma de México. Jesús María Tarriba Unger es especialista en riesgos financieros, doctor en Ciencia Física por la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Trabaja en Banco de México (Banxico).
Su tesis, de 1993: “Respuesta Óptica y Magnética de Sistemas con Interfaces”. Antes, en 1987, se graduó como Físico con la tesis “Efectos de Apantallamiento y Campo Local en Anisotropias Inducidas en la Superficie de Metales”.
Ayer, Claudia y Jesús María estuvieron a la izquierda de un balcón simbólico de Palacio Nacional. A la derecha del mismo espacio estaban Marcelo Ebrard y su esposa, Rosalinda Bueso. Y en medio, el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, con su esposa, Dea Isabel Estrada Rodríguez.
Todo tiene significado –“lectura”, como también se le dice– en tiempos de sucesión adelantada. Ebrard y Sheinbaum son precandidatos presidenciales. Y si alguien podría regular o controlar sus impulsos podría ser justamente Adán Augusto, quien fue colocado en medio de ambos. López Hernández no es cualquier persona. Es el hombre de todas las confianzas del que encabezaba el balcón principal.
Y en el balcón principal (Balcón Presidencial con mayúscula), el Presidente Andrés Manuel López Obrador arengaba sin público. “¡Viva la honestidad!”, gritó. “¡Vivan las culturas del México prehispánico!”, agregó. Cada Presidente añade prioridades a su grito.
Ese fue el del segundo año consecutivo sin gente en la plancha del Zócalo. Había, pero era personal gubernamental, seguridad, militares. El Presidente lleva dos años sin poder arengar desde ese espacio, el más importante de la República, en la ceremonia más simbólica de la Nación.