Ciudad de México, 16 de septiembre (SinEmbargo).– “En el año 2000 visité el Zoológico de Santiago por primera vez. Fue horrible. Me quedé impactada por las jaulas pequeñas y los animales tristes. En aquel año había un tigre, uno muy flaco. Deambulaba todo el tiempo. En 2007, cuando volví, me dijeron que el tigre ya había muerto. Que había muerto de hambre. Después de eso supe que tenía que hacer algo por los demás animales, pero me tardé mucho tiempo porque no encontré apoyo con organizaciones y entonces pensé ‘lo tengo que hacer sola’. Esto no podía seguir esperando”.
Desde mayo de 2014, Christine Duts, originaria de Bélgica y residente mexicana desde hace más de 13 años, ha denunciado una serie de irregularidades en el Zoológico de Santiago, ubicado en Los Cabos, Baja California Sur, sin obtener respuesta alguna de autoridades ni apoyo de animalistas locales, acusa.
“Las condiciones son terribles: el lugar está completamente sucio, los animales están en pequeñas jaulas todas de cemento, están enfermos, no hay personal capacitado y dejan a los ejemplares solos casi todo el tiempo: los encargados sólo llegan a alimentarlos por la mañana y después vuelven hasta las 7 de la noche para volver a darles de comer; así que la gente que entra en el zoológico puede hacer lo que quiera: he visto gente tirando de las jaulas, molestando a los animales… Hay demasiada negligencia ahí”.
Duts explica que ya he interpuesto una serie de quejas y denuncias ante la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa), ha hecho contacto con santuarios para gestionar el traslado de animales, se ha reunido con delegados de la Profepa con el director de ecología de Los Cabos, y ha buscado contactarse con activistas locales pero apenas ha obtenido respuesta. Así que optó por abrir un par de peticiones para cerrar el zoológico, colgar un video en el que documenta las condiciones de los animales, y abrir una página de Facebook para pedir el apoyo de los ciudadanos.
Lo que Christine Duts busca es que el Zoológico de Santiago cierre y se convierta en un centro de rescate para la vida silvestre.
En aquel mayo de 2014, cuando la campaña de Duts comenzaba, una leona y un pavo real blanco habían muerto. Éstos se sumaban a un oso, un tigre y otro león que también habían fallecido con anterioridad. Pero éstas apenas eran algunas víctimas: de acuerdo con un artículo firmado por Angel Roldán Gómez y publicado en el blog BCSnoticias, ya para el año 2009, el 90 por ciento de los animales habían muerto:
“La falta de atención alimenticia y médica; la falta de espacios amplios y adecuados; así como el deterioro del lugar, han provocado que en los últimos 25 años, hayan muerto cerca del 90 por ciento de las especies que habitaban el […] zoológico […]. El Síndico del X Ayuntamiento de Los Cabos, José Manuel Curiel Castro, […] reconoció que de los 519 animales que había en el Zoológico de Santiago en 1984 sólo quedan 62”, escribió.
En aquel año, la entonces delegada de Profepa, “Maritza Muñoz Vargas, dijo que el Ayuntamiento de Los Cabos tenía 15 días para corregir esta situación antes de una posible clausura […] El listado de correcciones se refierían a la alimentación, atención médica, de los espacios de confinamiento de los animales, del almacenaje de los alimentos, y de bioseguridad e instalaciones propias del lugar”, informó en aquel entonces el periódico Esto.
Roldán Gómez indica en su artículo que el síndico del Ayuntamiento anunció que se remodelaría y ampliaría el espacio.
El zoológico no fue cerrado.
En octubre de 2014, la Profepa volvía al zoológico, esta vez a decomisar un total de 27 ejemplares entre los que se encontraban un pitón, un mono araña (catalogado en Peligro de Extinción), mapaches, emúes, zorras grises entre otros.
Fueron decomisados “por diversas irregularidades como la falta de documentación que acreditara la legal procedencia de los individuos y actos que contravienen disposiciones de trato digno y respetuoso hacia éstos […] Además se aplicó una multa de 172 mil 380 pesos [y que el zoológico] también carecía del Plan de Manejo correspondiente que debe tener un Predio o Instalación que Maneja Vida Silvestre (PIMVS) y del inventario original actualizado de los ejemplares que se encontraban confinados”, informó la institución.
Todos los ejemplares fueron trasladados a las instalaciones de Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS).
“Eso es de lo único que he conseguido con mi campaña”, escribió en su blog Christine Duts. “Lo que he conseguido con mi campaña es el retiro de algunos animales y remodelar del zoo. Algunos animales […] están ahora en el departamento de la zoología de la UABCS; y aunque todavía vivan en jaulas, al menos tienen la atención 24/7 allí, que es una pequeña mejora del zoo, pero no una solución permanente. Mathilda está en esta universidad, esperando su viaje a su santuario”, añadió.
Mathilda es una mono araña para el que Duts ha gestionado un traslado a un santuario, mismo que, asegura, ya ha sido aprobado por la Profepa. Pero “durante un año y cuatro meses he estado esperando el traslado. La tardanza del viaje de Mathilda a su santuario es debido a […] la burocracia. Durante un año y cuatro meses he estado oyendo que ‘una firma mas es necesaria’ y que ‘el proceso es largo’, ‘lleva tiempo’, ‘hay algún progreso, pero sabe, lleva tiempo’. Pero un año y cuatro meses han pasado y Mathilda todavía espera ir a su santuario. No entiendo por qué esto toma tanto tiempo”, denuncia.
Después del último decomiso de la Profepa, el zoológico siguió en operaciones y para febrero de 2015, la administración municipal, encabezada por José Antonio Agúndez Montaño anunció que en mayo entregaría una primera etapa de rehabilitación del zoológico con una inversión de 7.5 millones de pesos y que, además, se hizo entrega al Gobierno Federal de un “proyecto integral que consta de un parque ecológico por el orden de los 75 millones de pesos, donde también se contemplaría un jardín botánico y especies de la zona”, documentó el Peninsular Digital.
Pero lo que Christine Duts escribe sobre las acciones de mejora es que en realidad las autoridades municipales “han muy poco para mejorar las condiciones del zoo. Una escena del safari se pintó en la pared en la jaula del león, que no mejora las condiciones de vida del animal en absoluto. Y sólo los emús, avestruces y serpientes no viven en jaulas”.
Para marzo pasado, el ayuntamiento, a través de Alejandro Rosas Cañedo, director general de Obras Públicas y Asentamientos Humanos, estaba anunciando la aprobación de 9 millones de pesos más de inversión para la segunda etapa de remodelación del zoológico. “Pero yo apenas veo a algunos trabajadores. No han hecho gran cosa. Y, por cierto, los animales están jaulas en el espacio donde hacen ruidos de construcción”, denuncia Duts.
“Los Cabos es un lugar hermoso, lleno de lujo, con campos de golf y hoteles de clase mundial. Es un lugar en donde entra mucho dinero y no comprendo cómo tan cerca de este lugar puede haber un espacio hundido en tanta miseria. Mucha gente está pidiendo el cierre del zoológico, no soy la única. Es necesario que se cierre este lugar, los animales están sufriendo. El hecho de que les hagan jaulas más grandes no implica una mejora, son jaulas de todos modos”, concluye.
Las siguientes son imágenes de la página de Facebook “Cerremos el Zoológico de Santiago”, en las que Duts documenta las condiciones de los animales.