Ciudad de México, 16 de septiembre (SinEmbargo).- El Partido de la Revolución Democrática (PRD) promovió ayer una nueva forma para protestar en México. Los perredistas rechazaron la Reforma Energética del Presidente Enrique Peña Nieto mediante una cadena humana pegada a las banquetas que empezó en Reforma a la altura del Auditorio Nacional y se extendió por el Ángel de la Independencia, la Glorieta a Colón y cruzó Hidalgo para terminar en el Eje Uno Norte.
El único antecedente que se tenía en el país es la cadena humana que se llevó a cabo sobre avenida de los Insurgentes en 2006 para protestar contra el desafuero del entonces Jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, contra quien el ex Presidente Vicente Fox promovió un juicio por haber invadido un predio en Santa Fe para abrir una calle.
Así, el perredismo buscó impedir cortes viales que han sacado de quicio a los habitantes de la ciudad de México en las últimas semanas hasta maldecir a los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). “Demos muestra de ocupar de forma organizada el ras de las banquetas. Estamos en contra de la Reforma Energética pero no desarticulamos otras actividades”, dijo desde lo alto de un templete instalado en una de las esquinas del Ángel de la Independencia, David Mendoza, secretario de Prensa del PRD capitalino.
Los organizadores calcularon cerca de 30 mil participantes que llegaron de distintos puntos del país. Desde que López Obrador abandonó el PRD es la primera gran movilización que sale sin la figura del dos veces candidato presidencial como principal activo.
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Los toques propios de casa no fallaron en la cadena humana que realizó el PRD para protestar contra la Reforma Energética. Si en algo se ha distinguido este partido es en la capacidad de sus corrientes para confrontarse entre sí. En la especial protesta de ayer el desafío ocurrió ahora de manera simbólica: el matrimonio Bejarano-Padierna enseñó su músculo de cara al Consejo Político Nacional que renovará la dirigencia que actualmente está en manos de la corriente de “Los Chuchos”, el grupo interno que comandan los Jesús Ortega y Zambrano, el último actual líder del sol azteca.
Un recorrido en bicicleta desde el Auditorio Nacional (Polanco) hasta el Eje Uno Norte (Tepito) mostró que Bejarano está dispuesto a vender cara su derrota rumbo a la competencia interna. A lo largo de toda la cadena colgaban pancartas o banderas amarillas y blancas con las insignias más grandes del evento: IDN (Izquierda Democrática Nacional). Seguidores de René Bejarano por allí y por allá también.
Antes de las 10:00 horas iba llegando Benito Ruíz, un tipo barbado, alto y con una voz que suele espantar a cualquier distraído. Bajó de un autobús del que descendieron detrás de él unas 50 personas. “No a la Privatización de Pemex. IDN Guanajuato”, se leía en una de las pancartas.
Y aunque en Guanajuato el PRD casi no pinta, los “Bejaranistas” de allá estaban presentes aquí.
“Somos de las asociaciones del Frente Ciudadano. Aquí nuestra compañera del Progreso –dijo señalando a una mujer, de cabello güero que mascaba chicle y cargaba unos palos para desplegar las mantas de IDN- me dijo que ya tenía a gente con tres camiones dispuesta a venir pa´ca, pero yo le dije: ‘¡no!, pérate; con uno está bien!’ y aquí andamos ya”.
No pasaban ni cien metros de la cadena humana sin que aparecieran esas banderas blancas gigantes con las siglas IDN o amarillas con negro. Estaban de todas las delegaciones del DF: Tláhuac, Iztapalapa, Xochimilco, Cuauhtémoc… pero también de Tlaxcala, Puebla, Hidalgo y Oaxaca.
Hugo Jarquín, Diputado federal trajo a su gente. Estaban parados a la altura de Reforma y Bucareli, exactamente frente al edificio de la Lotería Nacional portando una gran manta con su nombre y el rechazo a la “privatización de Pemex”.
Jarquín es el líder de la organización Ocho Regiones, conformada por vendedores ambulantes que suelen participar en movilizaciones contra el gobierno de Oaxaca para exigir recursos. Vio la conveniencia de aliarse a la corriente del profesor debido a que estaba confrontado con todos los grupos del PRD. Para Jarquín era un atractivo. No haberse sumado a Bejarano habría significado su sentencia de muerte política.
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La cadena humana permitió el tránsito en los cruces transversales a Reforma, así como la circulación en las laterales. El domingo de protesta contra Pemex se juntó con el clásico paseo en bici por lo que los ciclistas y los corredores pudieron hacer su rutina y disfrutar de una mañana, podría decirse, de ambiente familiar.
-Demos una muestra de que somos un partido organizado, mis amigos- dijo uno de los organizadores a un grupo de perredista traídos en camión desde Sonora y mientras daba indicaciones de formar a la gente.
En uno de los extremos de la glorieta que hace el Ángel de la Independencia se dispuso de un escenario de 14 con que contó lo largo de la cadena humana. Allí tocó un grupo que fusiona los ritmos de ska, cumbia, reggae, el rock y otros sonidos que pusieron a bailar a la gente que se agarraba codo a codo o que por algún momento de las dos horas de duración de la cadena decidió romperla por un instante para ponerse a brincar.
En otro momento también brincaron, pero de enojo cuando apareció por allí el líder del partido, Jesús Zambrano Grijalva. Quedó de frente ante un grupo de perredistas que traían pancartas especiales: no eran contra la privatización de Pemex sino contra esto: “No al Pacto traidor contra México”.
Estaba una brizna fina que se sentía como un rocío bañando el rostro cuando se desató una lluvia de chiflidos y mentadas de madres para Zambrano.
Eran los simpatizantes de Bejarano y Padierna que parecían ponerlo nervioso en un discurso de siete minutos. Fuerte le gritaban “traidor”.
“No caer en el juego maniqueo de señalar traidores a quienes no piensan igual que nosotros”, decía casi a gritos para aminorar los silbidos en su contra. Al parecer nunca le había llovido así.
Pero los gritos no cesaban.
Hablaba como sacado de sí.
En la mesa del Pacto por México ni los hombres del gobierno le han dado trato como este, que le dieron los de su propio partido.
“Son mayoritarios me pregunto, no lo son. Y el tema (de una posible privatización de Pemex) lo vamos a discutir en el Congreso, no voy a discutir públicamente con ellos las diferencias que tenemos”, dijo Zambrano después del abucheo.
“Vamos a caminar juntos en todo lo que se refiere a la Reforma Energética. Ahí no hay ninguna diferencia, ahí no hay traidores, ni aquí, ni allá, ni más allá”, dijo y se marchó.
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Hay quien cree que el Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, le está ganando a Bejarano en la ciudad (han aparecido columnas que así lo dicen). Primero, porque le quitó la coordinación del PRD en la ALDF; segundo porque Mancera no le dio posiciones en el gabinete a IDN; tercero porque Bejarano perdió la presidencia del PRD DF. Allí Mancera se anotó un diez y puso a su aspirante, el ex jefe delegacional en Coyoacán, Raúl Flores. Pero también hay quien dice que, ante la falta de oficio, Mancera no supo lo que hizo ni con quién se metió porque habrá que esperar ver con qué gana o pierde más: ¿Teniendo al “Profe” como adversario o como aliado?
Pero por lo que se vio ayer, el matrimonio Padierna-Bejarano aprovechó el evento para rechazar la reforma de Pemex para decir ya sin titubeos por dónde van las cosas. Podría interpretarse que fue un mensaje tanto para el Jefe de Gobierno de la ciudad de México como para “Los Chuchos” en el ámbito nacional.
La fuerte presencia bejeranista ayer sobre Paseo de la Reforma hacía recordar a aquella Dolores Padierna que llegó al Sheraton a la presentación de la nueva corriente de Marcelo Ebrard con la que busca apuntalar su candidatura por la dirigencia nacional partido. Esa vez ella se sentó en primera fila y cuando se le preguntó si IDN apoyaría a Ebard contestó: “Ya veremos, ya veremos. Primero lo primero”.
El mensaje de Bejarano llevó sabor guapachoso. A lo largo de la cadena hubo 14 escenarios con eventos regionales y musicales, buena parte de ellos estuvieron a cargo de las delegaciones del Distrito Federal, algunas de ellas, las bejaranistas, le pusieron baile y sabor.
A la altura de Violeta y Reforma, por la Procuraduría General de la República, estaba sonando “Juana la Cubana” a cargo de Salagua Musical, un grupo de cinco integrantes trajeados con pantalón y saco morado brilloso, que siguió con un amplio repertorio. Julián Mendoza, integrante de la banda, dijo que la delegación Magdalena Contreras, a cargo de Leticia Quezada, los contrató. Por un evento de este tipo cobran ocho mil pesos.
Así es como los Bejarano-Padierna amenizaron su advertencia, en medio de la singular protesta, para impedir que los extranjeros metan las manos a Pemex.