Según un estudio publicado en Behavioral Medicine, las personas con mayores niveles de optimismo son más propensas a descansar adecuadamente, durmiendo de seis a nueve horas por la noche.
Madrid, 16 de agosto (Europa Press).- Las personas que son más optimistas tienden a dormir mejor y durante más tiempo, según un estudio en 3 mil 500 adultos jóvenes y de mediana edad (32 a 51 años) realizado por la Universidad de Illinois (Estados Unidos), y que se ha publicado en la revista Behavioral Medicine.
Los niveles de optimismo de los participantes se midieron mediante una encuesta de 10 apartados, en la que se les pidió que calificaran en una escala de cinco puntos cuánto estaban de acuerdo con afirmaciones positivas como “Siempre soy optimista sobre mi futuro” y con frases redactadas de forma negativa como “Apenas espero que las cosas salgan como yo quiero”. Los resultados oscilaron entre seis (menos optimista) y 30 (más optimista).
Los participantes registraron información sobre su sueño dos veces, con cinco años de diferencia, calificando su calidad y duración general del sueño durante el mes anterior. La encuesta también evaluó sus síntomas de insomnio, la dificultad para conciliar el sueño y el número de horas de sueño real que obtenían cada noche.
Un subconjunto de los participantes fue parte de un estudio auxiliar y usó monitores de actividad durante tres días consecutivos, incluyendo dos noches de semana y una noche de fin de semana. Los participantes llevaban los monitores en dos ocasiones cada año. Estos dispositivos recolectaron datos sobre la duración de su sueño, el porcentaje de tiempo que durmieron y la inquietud mientras dormían.
Según sus hallazgos, con cada aumento en la desviación estándar (la distancia típica entre los puntos de datos) en la puntuación de optimismo de los participantes, tenían un 78 por ciento más probabilidades de tener una muy buena calidad de sueño. De la misma manera, las personas con mayores niveles de optimismo eran más propensos a descansar adecuadamente, durmiendo de seis a nueve horas por la noche. Y, además, fueron un 74 por ciento más propensos a no tener síntomas de insomnio, junto con menor somnolencia diurna.
MALA CALIDAD DEL SUEÑO = OBESIDAD, HIPERTENSIÓN…
“La falta de sueño saludable es una preocupación de salud pública, ya que la mala calidad del descanso se relaciona con múltiples problemas de salud, entre ellos mayores riesgos de obesidad, hipertensión y mortalidad por todas las causas”, explica la líder de esta investigación, Rosalba Hernandez.
Aunque se encontró una asociación significativa y positiva entre el optimismo y un sueño de mejor calidad, la investigadora puntualiza que los hallazgos deben interpretarse “con cautela”. Aunque los científicos no están seguros del mecanismo exacto a través del cual el optimismo influye en los patrones de sueño, plantean la hipótesis de que la positividad puede amortiguar los efectos del estrés al promover el afrontamiento adaptativo, que permite a los optimistas “descansar en paz”.
“Los optimistas son más propensos a participar en el afrontamiento activo centrado en el problema y a interpretar los eventos estresantes de manera más positiva, lo que reduce la preocupación y los pensamientos rumiantes cuando se duermen y a lo largo de todo su ciclo de sueño”, apunta Hernandez. Estos hallazgos refuerzan los de un estudio anterior, en el que Hernández y sus coautores encontraron que los optimistas de 45 a 84 años tenían el doble de probabilidades de tener una salud cardiaca óptima.