Alejandro Páez Varela
16/07/2012 - 12:03 am
¿AMLO 2018? ¿En serio?
Yo sé que la idea ofende casi a todos: a los que no lo quieren y, por lo tanto, desde hace muchos años esperan que se vaya a La Chingada –literal, o a su rancho en Chiapas–; y a los que lo defienden y creen que la historia de 2012 no ha terminado y que […]
Yo sé que la idea ofende casi a todos: a los que no lo quieren y, por lo tanto, desde hace muchos años esperan que se vaya a La Chingada –literal, o a su rancho en Chiapas–; y a los que lo defienden y creen que la historia de 2012 no ha terminado y que es posible lograr que el Tribunal Electoral ordene repetir la elección que Felipe Calderón y el mismo Instituto Federal Electoral dieron por terminada, con un ganador: Enrique Peña Nieto.
Fuera pasiones, con la cabeza fría, la pregunta debe plantearse con todas sus letras porque significará mucho en el futuro inmediato para quienes lo admiran, para quienes lo rechazan, para los otros partidos y principalmente para la izquierda: Andrés Manuel López Obrador, ¿candidato presidencial de las izquierdas en 2018?
Pues aunque ustedes no lo crean, o aunque no lo quieran, la pregunta ya está en el aire. Y se colocó todavía con más fuerza después de que el mismo Marcelo Ebrard Casaubón anunciara que, tan pronto como en diciembre próximo, iniciará su precampaña presidencial.
Empecemos por dos datos. El primero, relativo al propio AMLO: tiene actualmente 58 años y tendrá, en 2018, 64. Un segundo: casi 16 millones de mexicanos pensaron, este 2012, que podría gobernar México, algo así como 700 mil ciudadanos más que los que votaron a su favor en 2006. De estos datos se deriva un tercero: que López Obrador es el político de izquierda que más votos ha recabado en la historia de México. Calculo que, en su carrera, sumará unos 40 millones. Nadie, ni Cuauhtémoc Cárdenas, ha reunido tantos sufragios. Esta información, creen los cercanos a López Obrador, le dan “autoridad moral” para aspirar a una tercera candidatura presidencial.
Le insisto en que por favor tome esta información, independientemente de que odie a AMLO, lo quiera o le sea indiferente, y trate de responderse sin adjetivos.
Porque en algunos círculos políticos afines al Movimiento Progresista se maneja esta idea: que Luiz Inacio Lula da Silva, uno de los líderes más carismáticos de la izquierda a nivel global, fue candidato presidencial cuatro veces consecutivas. La primera fue en 1983, cuando tenía 44 años. Cinco años después se volvió a postular, y tenía 49. Y cinco años más adelante volvió a ser candidato, a los 54 años. No fue sino hasta 2002, a los 59 años –uno más de los que tiene AMLO hoy–, que ganó. Asumió la presidencia de Brasil en 2003.
En casi todos sus intentos, Lula fue ampliamente difamado por sus adversarios políticos, y los medios de comunicación –principalmente los televisivos– operaron para que él y su Partido de los Trabajadores no llegaran al poder. ¿Le suena conocido? El argumento circula como se los cuento. Aclaro: otra izquierda indica, también, que la figura de AMLO no es la de Lula; que su desgaste es más brutal, incluso físico. Y esos mismos dicen que AMLO ha venido sumando enemigos con los años, a diferencia de Lula, quien fue suavizando el discurso y sufrió una transformación año con año, algo que intentó Andrés Manuel en 2012 con su “República amorosa” de todos conocida. Lula también avanzó en su relación con los medios; y aquí, lo he dicho en anteriores ocasiones, López Obrador va en sentido totalmente opuesto, ya sea porque no tiene un equipo profesional que le opere ese ángulo tan importante o porque, de plano, es él quien se empeña a distanciarse de toda la prensa, sin distingos.
López Obrador, ¿candidato presidencial de las izquierdas en 2018? Ahora tiene Morena, en 2006 no. Ahora puede iniciar una movilización a favor de la democracia, y no para que se le reconozca triunfo alguno. ¿Está a tiempo de iniciar el camino de Lula y convencer a los que no creen en él? ¿O será acaso que sus propios errores –colocarse una “banda presidencial” en 2006, por ejemplo– lo han alejado de la experiencia brasileña?
López Obrador podría ser candidato presidencial de las izquierdas en 2018, sí. Nos guste o no nos guste, está en condiciones para hacerlo.
Pero hay un inconveniente que resalta entre muchos: que ya no está solo, como en 2006; que tiene competencia al interior de las izquierdas, como no la tenía en 2006. Ahora está Marcelo Ebrard, cuyo grupo político ha resultado fortalecido: Miguel Ángel Mancera gobernará con un inicial bono de aprobación altísimo. Una tercera candidatura traería, sin duda, una profunda división en la izquierda. Para muchos, el futuro es de Ebrard y AMLO no debería escatimárselo.
Sin embargo, la pregunta sobre si AMLO puede o no ser candidato presidencial de las izquierdas en 2018 parece juego de niños. Claro que puede postularse, hasta solo, con el registro de alguno de los partidos que lo siguen. Y claro que él y sus cercanos lo estarán evaluando; me queda claro.
La que parece una pregunta realmente difícil (sobre todo para los simpatizantes de las izquierdas y más aún para los seguidores de AMLO) es: ¿Conviene que AMLO repita en 2018? ¿Le conviene a los ciudadanos que están hartos de PAN y PRI y buscan una tercera vía? ¿Le conviene al país? ¿Le conviene a las izquierdas?
Piense con la mente fría. Yo sé que todavía no termina 2012 y que muchos creen que esta batalla se tiene que dar “hasta sus últimas consecuencias”. Pero allí están los datos duros; pongo a su disposición lo que se escucha desde ahora en algunos círculos.
Pregunto otra vez: ¿AMLO 2018? ¿En serio?
@paezvarela
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