El diseño de esta expansión a nivel conceptual y gráfico es todo un deleite y homenaje a la misma saga, los espacios que exploramos tanto en el exterior como en lugares oscuros crean atmósferas únicas, además de la adición de los Dread.
Ciudad de México, 16 de junio (SinEmbargo).- En el 2013 conocimos la nueva propuesta de Bungie, cuatro años después del último juego de Halo en el que dejaron un legado impecable y un estándar demasiado alto: Halo: Reach, y no fue sino hasta 2014 que, a través de fases de prueba alfa y beta, y su lanzamiento en septiembre, pudimos conocer por completo una franquicia de la cual, posiblemente no imaginaríamos que seguiríamos hablando 10 años después, pero todo esto no fue una coincidencia, ya que desde el lanzamiento se mencionó que Bungie nos iba a contar una historia durante la siguiente década, algo que continuó a pesar de la separación de Activision en 2019 o la compra del estudio por parte de PlayStation en 2022 , muchas altas y bajas durante lanzamientos de contenidos y expansiones, no obstante todo esto, el cierre de una de las franquicias más importantes de la última década por fin llegó y de gran manera.
En Destiny 2: La Forma Final retomamos los acontecimientos del último año, desde los eventos de Destiny 2: Eclipse, así como de las temporadas que hemos tenido entre ambas expansiones, una historia que nos llevará al interior del Viajero, la fuente de luz y la principal razón de existir de nosotros, los guardianes quienes tenemos una misión para esta expansión y es la de evitar que el Testigo, un ente de oscuridad que ha perseguido el poder del Viajero, complete “La Forma Final” para cambiar el mundo como lo conocemos. Una historia que, sin entrar en muchos detalles nos llevará a lo largo de uno de los territorios más extensos que hemos visto dentro de la saga, además de que, estos lugares que exploraremos nos llevarán a viejos recuerdos de los 10 años de historia.
A nivel jugabilidad, estamos frente a una de las ambiciones más grandes que nos han presentado y es que la historia es una maravillosa experiencia a nivel narrativo y a nivel de diseño de niveles, sobre todo si lo jugamos en la dificultad más alta, el juego es un desafío increíble que nos llena de alegría al por fin completar cada misión después de horas de intentarlo o te lleva a desesperarte en alguna batalla contra algún jefe enemigo. También está la adición de la nueva clase prismática, la cual básicamente junta la mayoría de las habilidades que tenemos de las otras subclases tanto de luz (solar, vacío y arco) como de oscuridad (estasis y cuerdas) para crear la mejor subclase posible, que si bien puede parecer muy poderosa (sí lo es) simplemente es de las cosas más divertidas que le ha pasado al juego -enhorabuena, llega en el mejor momento posible-. La cantidad de combinaciones de habilidades que podemos hacer, sumado a la adición de nuevas armas y armaduras, no sólo de La Forma Final, sino también del contenido que vimos en Hacía la Luz, hace de esta expansión, el mejor momento del juego de los últimos 5 años.
Eso no es todo, el diseño de esta expansión a nivel conceptual y gráfico es todo un deleite y homenaje a la misma saga, los espacios que exploramos tanto en el exterior como en lugares oscuros crean atmósferas únicas, además de la adición de los Dread, esta nueva clase enemiga que encontramos dentro del Viajero, su diseño, sus ataques, animaciones y demás, es espectacular. La historia y sus cinemáticas hacen su trabajo de manera excepcional durante alrededor de 10 horas de juego hasta llevarnos a la incursión que puedes pasar con otros 5 miembros o bien, a la nueva misión “Excision” la cual te permite enfrentarte al Testigo sin la necesidad de hacer la incursión, claro, no e sea misma experiencia, pero es un gran detalle que todos puedan experimentar el mismo cierre sin importar si tienes 5 amigos para reclutar o no, ya que “Excision” te permite jugar con otras 11 personas que encuentras a través del sistema de matchmaking.
Destiny 2: La Forma Final es más que una simple expansión, un juego o el final de la saga que conocemos como Luz y Oscuridad, representa la historia de una década que ha sido contada de diferentes maneras, que nos ha llevado a recorrer diferentes partes de una galaxia que ha ido cambiando expansión tras expansión para adaptarse a nuevas historias, una galaxia que nos ha hecho enfrentarnos a una infinidad de enemigos y que nos ha puesto a prueba a través de diferentes desafíos que nos han costado un incontable número de horas y esfuerzo, pero que nos otorgaban una gran recompensa una vez la hayamos completado; Destiny no sólo es lo que vivimos a través de la pantalla, sino también lo que nos dejó con grandes momentos y amistades que formamos a lo largo del camino hasta llegar a este punto que muy seguramente no es una despedida, pero era un muy necesario “hasta la próxima” que ha cumplido con todo lo que podíamos haber esperado. Sólo nos queda decir: gracias.