El Senador Armando Ríos Piter aspira, como independiente y tras su renuncia al perredismo, aspira a llegar a las boletas de los comicios federales de 2018 y convertirse en el próximo Presidente de México. El legislador afirma que hoy los partidos, sean de izquierda o de derecha, no ofrecen respuestas a las urgencias que claman los mexicanos y, peor aún, el cúmulo de recursos públicos que les llegan lo ha convertido en generadores de corrupción e impunidad.
También reconoce que el Congreso de la Unión y los congresos locales no están siendo contrapeso de los ejecutivos federal y locales para atacar la corrupción y su papel se ha debilitado. Lo que se necesita, afirma, son más candidatos independientes para rescatar las demandas de la ciudadanía y forjar una nueva forma de hacer política en el país, una que no le quite peso a los grandes personajes y a los caudillos.
Ciudad de México, 16 de mayo (SinEmbargo).– Después de una carrera de 20 años ejercida en instituciones partidarias y de Gobierno, el Senador guerrerense, ex integrante del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y aspirante a candidato presidencial independiente, Armando Ríos Piter, advierte ahora que la corrupción y la impunidad del sistema político mexicano tiene “hartos a los ciudadanos” y en situación de “colapso” al Estado mexicano.
“El tema de la Casa Blanca en manos de Enrique Peña Nieto es un ejemplo de eso”, dice. Otro es la desaparición de 43 estudiantes normalistas presuntamente entregados por un ex Alcalde del que hasta febrero pasado fue su partido.
“El Congreso no está haciendo la contraparte o el contrapeso que debería ser en el país”, plantea cuando se le pregunta por ejemplos que haya conocido por su ejercicio en el servicio público.
Dejar este sistema, sin embargo, le tomó “un proceso” que inició en 2015, cuando no obtuvo la candidatura perredista al Gobierno de Guerrero y luego la presidencia nacional del mismo partido.
“Pero pues la propia inercia, la propia forma de operar del PRD imperó; trajeron a un Presidente de fuera, que ni siquiera era militante… y, bueno, conforme fueron avanzando los hechos y mi cabeza y mi corazón fueron estando fuera cada vez más del PRD, tomé la decisión de salirme, de convertirme en un Senador independiente y recientemente de anunciar que aspiro a la Presidencia de la República”, dice en entrevista con SinEmbargo.
“Habiendo un vehículo distinto, nuevo, que son las candidaturas independientes, pues sí se abre un área de oportunidad importante para hacer política de manera diferente, por eso tomé esta decisión”, agrega.
Ríos Piter, de 44 años, es abogado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y economista por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Entró al Gobierno federal en 1997, en el sexenio del priista Ernesto Zedillo Ponce de León, donde fue asesor del entonces titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), José Ángel Gurría Treviño, quien hoy es secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Fue también funcionario en la administración del Gobernador priista de Guerrero, René Juárez Cisneros, y luego del perredista Zeferino Torreblanca Galindo. En 2007 se convirtió en miembro activo del PRD y hasta febrero pasado militó en el Sol Azteca, fundado como un instituto político de izquierda pero que en 2012 aprobó el “Pacto por México” que dio pie a las reformas estructurales del Presidente Enrique Peña Nieto.
Como Senador, votó a favor de la Reforma Fiscal en 2013 y, ante pregunta expresa, dice que uno de sus mayores logros políticos es la aprobación de la Ley Federal de Zonas Económicas Especiales, cuya aplicación fue luego asignada por el Gobierno federal a la consultora Evercore y a la que críticos atribuyen ser un paso adelante en la privatización del territorio mexicano.
“Nosotros, seguramente, cuando ganemos, desde el movimiento independiente, pues tendremos ahí instrumentos y herramientas que permitirán articular de mejor manera el sur”, comenta con respecto a esta Ley.
Para la carrera presidencial que busca ganar en 2018, diversas encuestas han posicionado como candidato a vencer a su antes compañero de partido político de “izquierda”, Andrés Manuel López Obrador, presidente nacional del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
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–¿Qué tanto motiva este movimiento, esta visión de que en México se hace política con base en un personaje? –se le pregunta.
–Pues yo creo que el tema de los personajes hay que irlos aminorando, el tema de hacer política alrededor de un personaje, desde mi punto de vista, obedece a un país que poco a poco ha ido acabándose, un país donde el presidencialismo durante muchas décadas fue un factor de cohesión política, económica y social, pero es un país que ha dejado de existir progresivamente.
–¿Por qué una candidatura independiente?
–Creo que los partidos políticos hoy no ofrecen verdaderas opciones de cambio; hay una enorme irritación social, hay estudios que demuestran que 93 por ciento de la gente está molesta con cómo se está haciendo política en el país; 90 por ciento ven a los partidos más como parte del problema que como parte de las soluciones, de tal manera que, habiendo un vehículo distinto, nuevo, que son las candidaturas independientes, pues sí se abre un área de oportunidad importante para hacer política de manera diferente; por eso tomé esta decisión.
–Ha mencionado que el dinero ha corrompido a los partidos, por el tema del financiamiento. ¿Cómo ocurre esta operación?
–Yo lo he planteado en seis categorías, donde cada una de las palabras que componen esta cadena empiezan con “C” de corrupción, y son seis letras “C”. Empiezan con campañas políticas, que después siguen con compra de votos: con tinacos, con toneladas de cemento, con despensas, que generan clientelas políticas, que son las que reciben esos recursos, y que son los únicos que cuando alguien llega al poder pues pueden aprovecharse los programas públicos; hay compadres, que son los que financian las campañas, que son los que prestan ese dinero con la intención de recibir en contrapartida una vez que el candidato gane; contratos, contratos de obra pública, contratos de servicios, contratos para vender medicinas, uniformes, pero también hay una letra “C” adicional, que es la del crimen organizado. A veces, esos compadres lo que tienen son relaciones con el crimen, con aquellos que se dedican al huachicol, al tráfico de drogas, aquellos que se dedican al tráfico de personas, de tal manera que campañas políticas, compra de votos, clientelas, compadres, contratos y crimen organizado son parte de una cadena que hoy está instalada y que me parece que es la secuencia que vemos, en mayor o menor medida, de todos los partidos políticos, especialmente, con las enormes carretadas de dinero que están utilizando para hacer campaña, y eso es lo que siembra la corrupción y también la impunidad que hoy tiene hartos a los ciudadanos y que tiene pues en una condición de colapso al Estado mexicano.
–¿Cuáles son ejemplos concretos que usted haya observado?
–Hay dos grandes, y los conocemos todos…
–Aparte de los que hemos observado todos…
–Es que esos me parece que son suficientemente contundentes. El tema de la “casa blanca” en manos de Enrique Peña Nieto es un ejemplo de eso: una campaña política, una compra de votos, una generación de clientelas, compadre, en este caso que es Armando Hinojosa, que es el dueño de Grupo Higa, quien precisamente por participar terminó favoreciendo al Presidente de México con una “C” adicional, que es la de “casa blanca”, que tiene contratos que lo han beneficiado a lo largo de este sexenio y que lo beneficiaron también en el Estado de México. La otra es la que tiene que ver con el crimen, que también es otro de los estudios de caso que tenemos evidencia, no el único, pero donde tienes a un candidato, José Luis Abarca, quien hizo campaña y que tuvo digamos ya en el poder relaciones con el crimen organizado, y que terminó entregando a 43 jóvenes para que los desaparecieran nada menos que los sicarios; ahí es donde está digamos la relación con el crimen. No necesitamos más ejemplos, porque a lo largo y hecho del país existen ese tipo de evidencias; ahí donde hay una fosa clandestina, ahí donde no hay intención de investigar, ahí donde se evidencia que la autoridad está coludida con el crimen, me parece que es el mismo fenómeno.
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–¿Por qué estos crímenes se conocen sólo a partir de una investigación periodística y el otro porque hubo un crimen, y no a partir de las agencias del Ministerio Público?
–Porque hay impunidad, porque la impunidad lo que genera es, si tú lo que tienes es, desde el poder, una forma de estarte comportando que no quieres que se sepa, es el periodista el que lo saca a la luz pública y es lo que fuerza a que haya pues una mayor luz, una mayor atención, en el caso de la “casa blanca” fue una investigación periodística la que saca un tema tan escandaloso como este. Difícilmente, podríamos pensar, si estoy entendiendo bien la pregunta, que vaya a ser el Presidente Peña Nieto quien se la enseñe al público.
–¿Y el Congreso?
–El Congreso no está haciendo la contraparte o el contrapeso que debería ser en el país, no sólo el Congreso de la República, los congresos de los estados tampoco lo están haciendo. Esa información se supo por un acto periodístico, esa información tuvo voces que estuvimos demandando y denunciando que eso se esclareciera y se llegara a las últimas consecuencias, y ¿qué tuvimos de parte del poder? Pues una investigación pequeña, frágil, realmente limitada que fue la que entregó un subalterno de Enrique Peña Nieto que fue el entonces Secretario de la Función Pública. ¿Por qué lo quiero comentar así? La impunidad es parte del diseño y de la forma en la que está funcionando nuestra autoridad.
–¿Por qué tomar distancia apenas en febrero, si estos ejemplos de corrupción se dieron hace tres años?
–Bueno, he tenido un proceso. Renuncié a ser candidato al Gobierno del estado de Guerrero, no solamente renuncié, sino que tomé una decisión de no ser parte del proceso electoral. Cuando yo planteé en distintos circuitos que se tenían que tomar decisiones diferentes, cuando identifiqué el circuito de corrupción e impunidad que está funcionando en Guerrero, que todos conocimos, no hablo de nada que no haya conocido el mundo, me parece que las autoridades tanto gubernamentales como las propias de PRD decidieron no hacer las cosas de manera diferente como yo planteaba; planteaba otro tipo de candidatos, tener otro tipo de acuerdos, no tenerlos con quienes habían estado en el poder público previamente. Esto lo evidencié y lo denuncié, y después busqué ser presidente del partido. Yo creo que ese tipo de cambios, especialmente cuando tienes instituciones como puede ser un partido político, pues vale la pena buscar el cambio desde adentro, y así lo busqué: busqué ser presidente del PRD, un año después lo intenté, pero pues la propia inercia, la propia forma de operar del PRD imperó, trajeron a un presidente de fuera, que ni siquiera era militante, y bueno pues conforme fueron avanzando los hechos y mi cabeza y mi corazón fueron estando fuera cada vez más del PRD, tomé la decisión de salirme, de convertirme en un Senador independiente y recientemente de anunciar que aspiro a la Presidencia de la República.
–Ha hablado de un movimiento político que buscar impulsar esta candidatura. ¿En qué se diferenciaría este movimiento de un partido político?
–La propuesta es que pueda haber 300 candidatos a diputados federales independientes, que haya 64 candidatos a senadores independientes y un candidato a Presidente de la República. Se le ha llamado “Ola 365” porque, precisamente, la sumatoria de esos tres elementos da ese número, y me parece que algo importante en la lucha electoral del 2018 es no solamente tener pues un personaje; me parece que lo que hay que tener es una visión mucho más horizontal y mucho más colectiva, entender que un país como México pues no puede tener una sola respuesta unipersonal, y creo que el culto a la personalidad es algo que hay que combatir en cómo se hace política en el país, y precisamente por eso lo que andamos buscando es que haya múltiples actores en todo el territorio nacional. Son 300 distritos federales, buscar que desde la óptica independiente puedan con esos principios, haciendo política colectiva, una visión mucho más horizontal de hacer campaña con pocos recursos, evidenciando que esos recursos cuantiosos que hoy utilizan los partidos son los que siembran la corrupción y, por ende, la impunidad. Parece que es ahí donde está el área de oportunidad y es donde estamos pidiendo pues ubicar a mucha gente que hoy tiene esas aspiraciones desde la visión independiente y que, si nos articulamos, me parece que la fuerza política electoral puede ser superior.
–¿Qué tanto motiva este movimiento esta visión de que en México se hace política con base en un personaje?
–Pues yo creo que el tema de los personajes hay que irlos aminorando; el tema de hacer política alrededor de un personaje, desde mi punto de vista, obedece a un país que poco a poco ha ido acabándose, un país donde el presidencialismo durante muchas décadas fue un factor de cohesión política, económica y social, pero es un país que ha dejado de existir progresivamente. Hay quienes no se dan cuenta, no identifican que Jalisco tiene dinámicas locales muy potentes, o Nuevo León, o Tijuana, cualquier lugar de la república y donde estas visiones, digamos colectivistas, alrededor de una sola personalidad, un solo caudillo, alrededor de un salvador o salvadora, me parece que no son pertinentes. Creo en la política horizontal, creo que hay política antes y después de las redes sociales, antes y después de Whatsapp, por ejemplo, donde hoy lo que puedes es generar valor agregado, generar articulación, generar inquietudes, planteamientos, críticas, pero, sobre todo, soluciones, propuestas, discusiones diferentes a partir de cómo la integración horizontal te permite generar mucho mayor valor agregado. Si esa articulación digamos tú la pones en un contexto, no solamente de lucha electoral, sino que con un triunfo electoral esa articulación te permita implementar políticas públicas, me parece que estamos en un plano superior de hacer política, porque dista mucho de la política que algunos creen todavía que es alrededor de un solo personaje carismático.
–¿Qué tanto esta visión de un solo personaje anima su campaña?
–Me anima mucho, porque creo que esta elección de 2018 no es una elección cualquiera. Sí creo que lo que está en juego es cómo va a ser el país en los próximos 30 años. Creo que el cambio tecnológico ha sido contundentemente disruptivo de la forma en la que está funcionando la velocidad de la información, la forma en la que se genera valor agregado con la sociedad, y me parece que ahí es donde está la disyuntiva, y hay quienes le apuestan a tener liderazgos carismáticos y con un gran culto a la personalidad, donde piensan que ese personaje, hombre o mujer, va a llegar a resolver todos los problemas del país. Me parece que esa es la base de la demagogia que hoy está construida en distintos rincones y en todos los partidos políticos. Creo que la oportunidad del movimiento independiente es en la medida que su articulación pues puede ser de distintas unidades, personajes, actores con distintas propuestas, planteamientos; me parece que es algo mucho más potente y me parece que nos permite un mejor marco de ruta para atrapar el futuro que, repito, es colectivo y no es unipersonal.
–¿Se identificaría usted de izquierda?
–He militado en la izquierda. Milité en la izquierda alrededor de 11 años. Tengo iniciativas, defiendo las propuestas de la izquierda con gran empatía, y me parece que este movimiento del que estoy hablando no necesariamente será un movimiento de izquierda. Hablo a título personal, en donde me identifico yo, mis ideas, mi forma de pensar, pero creo que este movimiento tiene que ser un movimiento de centro, y ¿por qué lo pongo así? Ni la izquierda partidista ni la derecha partidista hoy le están ofreciendo opciones a la gente; me parece que no es de izquierda ni de derecha, sino los que están en el sistema y los que estamos en contra de ese sistema, de tal manera que ahí, con visiones de justicia, con visiones de generación de riqueza y armonía, me parece que hay que buscar una amplia mayoría social que tenga esa visión.
–¿Qué respondería a quienes digan que su candidatura es una manera de dividir el voto de esta izquierda?
–Que hay un error, que siempre tenemos estas condiciones inerciales; que le piensen mejor a cómo funcionan las candidaturas presidenciales. Las elecciones presidenciales no son fragmentadas: las elecciones presidenciales son parejeras, prácticamente plebiscitarias de una visión contra otra, y creo que lo que en esta elección y el movimiento independiente y esa área que quiero representar como candidato independiente es pues no más de lo mismo, no los que están contra López Obrador o con López Obrador, que es una reminiscencia del pasado, sino los que veamos que, en ese pleito, la verdad, es que no hay soluciones nuevas, no hay apuestas hacia delante, sino es un pleito del pasado de 2006; yo creo que más bien hay que remontar ese pleito. Mi plebiscito es entre el pasado y futuro.
–¿Se puede ser antisistema desde el Senado? ¿Por qué no renunció al Senado?
–Porque no estoy obligado a hacerlo en este momento, porque lo haré… Hoy lo que tengo es una aspiración que he hecho pública, que los tiempos de Ley son muy claros, son entre el mes de octubre y el mes de enero, que es cuando puedes salir a pedir las firmas. Hoy mi aspiración, lo que estoy haciendo es, me interesa participar como candidato a la Presidencia de la República; habré de hacerlo ¿para qué? Para poder salir a convertir este deseo, esta aspiración en firmas, y lo voy a hacer en octubre, precisamente para poder dedicarle de tiempo completo. Hoy estoy chambeando también en muchas cosas que tienen que ver con el Senado, el Tratado de Libre Comercio, la Ley de Seguridad Interior, muchas cosas que he venido trabajando no de semanas para acá, sino de muchos años.
–¿Hay alguna propuesta, medida o gestión que pudiera mencionar que se haya convertido en una realidad de mejoramiento de las personas en la demarcación que representa?
–Bueno, yo le aposté mucho a las Zonas Económicas Especiales; me parece que el sur, especialmente Guerrero, Oaxaca, Chiapas, que han estado desarticulados del desarrollo nacional, que es donde tenemos los márgenes de pobreza más grandes, con las Zonas Económicas Especiales tienen una oportunidad de generar condiciones especialmente de infraestructura que, hacia delante, en un contexto de mayor interacción comercial con Asia, de mucho mayor interacción comercial con Estados Unidos, con América Latina, es la costa del Pacífico; esa costa que hoy es pobre tiene que tener inversiones cuantiosas, hoy las Zonas Económicas Especiales abren esa oportunidad. Esa ley, cuando yo la planteé, es una ley que prosperó y es una Ley que lleva, y lo vuelvo a subrayar, este Gobierno es muy malo para gastar, este Gobierno es muy bueno para comprometer, hacer leyes, pero muy malo para implementar, ejecutar; pero este marco legal, y este Gobierno afortunadamente está apunto de acabar, nosotros seguramente, cuando ganemos, desde el movimiento independiente, pues tendremos ahí instrumentos y herramientas que permitirán articular de mejor manera el sur, articular el puerto de Lázaro Cárdenas, que es el de mayor cabotaje, que tiene capacidades de generación de energía, con la línea de conducción de gas que tiene por la conectividad que puede tener con Acapulco, es un área de oportunidad interesantísima… Apostarle a ese tipo de desarrollo es algo que hoy ya tenemos de infraestructura legislativa, y me parece que, significativamente, es un área de oportunidad que hay que aprovechar, así igual en Salina Cruz, en el Itsmo de Tehuantepec.