Los resultados de la investigación sugieren que los menores que padecen COVID-19 pasan la enfermedad de forma más leve que los adultos, aunque existen diferencias entre afroamericanos, hispanos y blancos no hispanos.
Madrid, 16 de mayo (Europa Press).- La mayoría de los niños infectados por el SARS-CoV-2 podrían no presentar síntomas típicos como fiebre, tos o dificultad para respirar, según un estudio publicado en la revista Scientific Reports en el que se examinaron los datos de 12 mil 306 niños con COVID-19 en Estados Unidos.
Los investigadores descubrieron que en el 18.8 por ciento de los niños incluidos en el estudio se registraron síntomas como fiebre, malestar general, dolor muscular o articular y alteraciones del olfato o el gusto.
El 16.5 por ciento de los niños tenía síntomas respiratorios, como tos y dificultad para respirar, el 13.9 por ciento tenía síntomas gastrointestinales, como náuseas, vómitos y diarrea, el 8.1 por ciento tenía síntomas dermatológicos (erupción cutánea) y el 4.8 por ciento tenía dolores de cabeza.
Datos de estudio publicado en Nature sobre 12.306 pacientes de COVID-19 en edad pediátrica de EEUU
Alrededor del 13% de los casos de COVID-19 en EEUU son de niños y adolescentes.
El 16,5% presentó síntomas respiratorios (tos, disnea)https://t.co/PTgCFttdBi
— Masanpra (@masanpra) May 14, 2021
El 5.5 por ciento (672) de los niños incluidos en el estudio fueron hospitalizados. De ellos, 118 (17.6 por ciento) y 38 (4.1 por ciento) requirieron servicios de cuidados críticos y ventilación mecánica, respectivamente.
El riesgo de hospitalización fue similar entre hombres y mujeres, pero mayor en los niños afroamericanos e hispanos en comparación con los niños blancos no hispanos. El riesgo de requerir cuidados críticos y ventilación mecánica fue similar en todos los grupos.
Los hallazgos sugieren que los niños y adolescentes con COVID-19 pueden tener un curso más leve de la enfermedad que los adultos, pero parecen existir disparidades en la gravedad entre los niños negros no hispanos, hispanos y blancos no hispanos.
Dada la alta frecuencia de casos sin síntomas típicos, es posible que se requiera una mayor vigilancia, un cribado innovador y pruebas frecuentes entre los niños que van a la escuela y sus contactos inmediatos cuando se reabran las escuelas. Es posible que la aplicación de estas estrategias deba reforzarse entre los niños de minorías raciales/étnicas para reducir las disparidades sanitarias existentes relacionadas con la COVID-19.