Indignación. Impotencia. La prensa mexicana quedó tocada. Fueron doce los balazos que mataron al periodista Javier Valdez ayer en Culiacán. Hoy, decenas de reportores en varios estados y en la Ciudad de México protestan: “En México nos están matando”, “No se calla la verdad matando periodistas”, “Que nos maten a todos”, “Ni uno más”, “JUSTICIA”… y es que en lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto al menos 89 voces han sido silenciadas, siete de ellas en este año.
Ciudad de México, 16 de mayo (SinEmbargo).- Una bandera negra y baleada de México cubre la entrada de la Secretaría de Gobernación, donde un grupo de periodistas se manifiesta por el asesinato de la libertad de expresión.
Tan solo en este año, los periodistas Cecilio, Ricardo, Miroslava, Maximino, Filberto y Javier han sido asesinados. De 2000 a la fecha son 126 los ultimados.
Lydia Cacho, periodista, leyó un texto de Javier, corresponsal de La Jornada y cofundador de Ríodoce en Sinaloa, asesinado ayer a balazos a unas calles de la redacción.
Algunos vestidos de negro, de luto y con velas, escuchan las palabras de Javier.
“Queremos un país donde la libertad de expresión no solo sea un discurso político”, lee Lydia de Javier.
Gritan justicia. Exigen justicia para los periodistas y defensores de derechos humanos. Justicia para los desaparecidos. Para México.
Javier García leyó un texto por parte de la editorial Penguin Random House, mismo que fue publicado en La Jornada.
“Se vuelve una mancha más en este país. Asesinaron a un gran periodista, a un noble amigo. ¿Quién le responderá a su madre y a sus hijos sobre su asesinato? ¿Quién dará consuelo a su esposa y hermanos? ¿Quién hará justicia?”, firmaron 39 miembros de la casa editorial incluyendo su director, Ricardo Cayuela.
Los presentes llaman a no parar. No al silencio.
Además de periodistas, hay ciudadanos y víctimas de desapariciones en México exigiendo justicia.
Matando periodistas, dice una ciudadana, no matan la verdad. Dirige su mensaje al narco y gobierno cómplice y aliado.
A un lado del mitin, donde se conmemora a Javier, periodistas pegan fotos de otros colegas víctimas de homicidio, entre ellos, Gregorio, Adrián, Salvador.
Carmen Aristegui, periodista, dijo que el asesinato “cobarde” de Javier Valdez nos ha cimbrado a todos.
“Estamos aquí para decirle al gobierno ya basta tras lustros de asesinatos de periodistas que han quedado en la impunidad”, aseguró.
Destacó su trabajo en Ríodoce y la forma de narrar y dar la voz de los de adentro y afuera “de esta tragedia que se llama México”.
Aristegui pidió que todos estos homicidios signifiquen para la sociedad; llamó a no callarse y convencer que la muerte de un periodista es la muerte de la libertad y la democracia.
“No podemos permitir una declaración ni fiscalía hueca más. Es al Estado ineficiente y metido con la delincuencia a quien hay que reclamar”, aseguró.
“Malayerba nunca muere”, reza un letrero en alusión a la columna de Javier en el diario sinaloense Ríodoce.
Sobre el piso de la Segob han colocado moños negros, velas, fotografías. Colegas conmemorando a colegas callados a balas. “No son hechos aislados”, rematan con un cartel amarillo.
Roberto Campa, de la Segob, se comprometió a que el gobierno federal emitirá un comunicado sobre el asesinato, informan durante el mitin.
Ya anocheciendo, sobre la pared de la Segob, entre luces de velas sostenidas por los manifestantes de luto, serán proyectados videos con frases de Javier y otros periodistas.
El primer video proyectado traslada a 2011. Es Javier con smoking recibiendo el premio de la CPJ, creyendo, según sus palabras, que está soñando.
“La niñez recordará esto como un periodo de guerra. Somos homicidas de nuestro propio futuro”, dijo durante su discurso.
“Nosotros los ciudadanos ponemos los muertos y EU las armas”.
“En Ríodoce hemos experimentado un silencio sepulcral y eso nos hace más vulnerables”, agregó Valdez hace seis años.
El segundo video proyectado esta noche sobre la pared de la Segob es una entrevista a Javier hecha por La Jornada, de quien era corresponsal. Los manifestantes lo escuchan. “No sabíamos contar esta maldad; al narcotráfico. No bastaba contar los muertos, sino historias. Hacía falta humanizarlo”, les dice Javier, quien confesó padecer insomnio por el miedo.
Al término del mitin, frente a la proyección de fotos de periodistas asesinados, los manifestantes gritan “Fue el Estado”, “Ni uno más”, “Justicia”.
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