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El Fondo baja previsiones

La economía de México crecerá menos: 2.4% en 2024 y 1.4 en 2025, dice el FMI

16/04/2024 - 9:03 am

El Fondo Monetario Internacional estimó que América Latina crecerá dos por ciento este año, es decir, una décima más que en su anterior informe de enero; sin embargo, previó un avance económico de 2.5 por ciento para el próximo año.

Ciudad de México, 16 de abril (SinEmbargo/EuropaPress).– El Fondo Monetario Internacional (FMI) bajó las previsiones de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México al 2.4 por ciento, es decir, las colocó tres décimas por debajo de lo que pronosticaba en enero: un 2.7 por ciento.

De acuerdo con el informe de Perspectivas Económicas, el Fondo proyectó que México crecerá 2.4 por ciento este año, y 1.4 por ciento el próximo, lo que se traduce en una reducción de tres y una décima, respectivamente.

«El pronóstico para México se ajustó a la baja debido a resultados más débiles de lo esperado para finales de 2023 y principios de 2024, con una contracción en la manufactura», se lee en el documento.

Asimismo, el FMI apuntó que las proyecciones a partir de 2024 suponen «el cumplimiento continuo de las reglas establecidas en la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Fiscal», y señaló que los supuestos de política monetaria son «consistentes con una inflación que converge hacia la meta del banco central durante el periodo de proyección».

Por otro lado, el Fondo revisó una décima al alza la previsión de crecimiento para el PIB de América Latina en 2024, al calcular una expansión económica en la región del dos por ciento, frente al 1.9 por ciento que preveía el pasado enero.

Ya en 2025, América Latina crecerá un 2.5 por ciento, siendo este el mismo porcentaje que se esperaba en enero para el próximo año. En aquel momento, se mejoró en una décima el pronóstico para 2025, mientras que se llevó a la baja la estimación de 2024, que todavía no se ha recuperado desde los niveles previstos en octubre de 2023.

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En su informe, presentado este martes en Washington, el FMI afirmó que los riesgos para las perspectivas mundiales están ahora «bastante equilibrados», aunque advirtió de la amenaza de una nueva escalada de precios derivada de las tensiones geopolíticas, como la guerra en Ucrania y la situación en Oriente Próximo.

Brasil y México, las principales economías de la región, tendrán un desempeño positivo durante 2024, lo que permite mejorar el pronóstico para el conjunto de América Latina, impulsada por el mayor crecimiento en el país sudamericano, entre otros.

Entre otros, frente a la previsión del pasado enero, cuando se esperaba que Brasil creciese un 1.7 por ciento, el FMI proyectó ahora que su economía llegará a una expansión del 2.2 por ciento. En 2025, llegará al 2.1 por ciento, dos décimas más de lo que se calculaba en la anterior actualización.

No obstante, las proyecciones para México se revisaron a la baja, y se estimó ahora un crecimiento del 2.4 por ciento, lo que supone tres décimas menos que en el informe del pasado enero. En 2025, la estimación es del 1.4 por ciento, una décima menos.

Asimismo, el crecimiento de la economía mundial será ligeramente más fuerte de lo esperado anteriormente, según el FMI, que elevó una décima su anterior pronóstico para 2024, hasta el 3.2 por ciento; mientras que mantuvo sin cambios en el 3.1 por ciento el de 2025, como consecuencia de un mayor impulso de Estados Unidos, en contraste con la recuperación más débil prevista ahora para Europa, donde únicamente España ve mejorada su expectativa de crecimiento entre las grandes economías del bloque.

La institución señaló que la actividad económica mundial se ha mostrado «sorprendentemente resiliente» durante el periodo de desinflación acometido estos dos últimos años, aunque reconoció que el ritmo de crecimiento estimado «es históricamente lento», debido a factores a corto plazo, como los costes de endeudamiento todavía elevados y la retirada de apoyos fiscales; así como por los efectos a más largo plazo de la pandemia y la invasión rusa de Ucrania, el débil crecimiento de la productividad y el aumento de la fragmentación geoeconómica.

De la misma forma, consideró que las altas tasas de interés «podrían ralentizar la economía más de lo previsto», ya que el vencimiento y renegociación de las hipotecas a tipo fijo y el elevado endeudamiento de los hogares podrían provocar tensiones financieras, mientras que en China, la falta de una respuesta integral a los problemas del sector inmobiliario, podría lastrar el crecimiento y perjudicar a sus socios comerciales.

Ante este panorama, «con el aterrizaje suave de la economía mundial ya a la vista», para el Fondo la prioridad a corto plazo de los bancos centrales es garantizar el descenso suave de la inflación, sin flexibilizar las políticas de forma prematura ni hacerlo demasiado tarde, mientras que, a medida que las autoridades monetarias adoptan una orientación menos restrictiva, «habrá que poner énfasis en la consolidación fiscal a medio plazo» para recuperar margen de maniobra presupuestario, llevar a cabo inversiones prioritarias y garantizar la sostenibilidad de la deuda.

«Pese a las muchas predicciones sombrías, el mundo ha evitado una recesión, el sistema bancario ha demostrado resiliencia en su mayor parte, y las principales economías de mercados emergentes no han sufrido frenadas bruscas de la entrada de capitales», destacó Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI, recordando que la escalada de la inflación, pese a su gravedad, «no desencadenó espirales descontroladas de precios y salarios» y se ha reducido casi con la misma rapidez con la que aumentó.

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