En el preámbulo de la Fase 3 de la pandemia de COVID-19, México está en medio de conflictos con sectores clave y, al mismo tiempo, bajo el mensaje del Gobierno federal de que todo está bajo control.
Ciudad de México, 16 de abril (SinEmbargo).- Fue el 31 de diciembre de 2019 cuando la noticia sobre un nuevo virus en Wuhan, China, llegó al mundo. Con el paso de los días y el incremento en el número de contagios y luego el de muertos, México comenzó a informar diario: hoy, cero casos de COVID-19. Al siguiente, lo mismo y así por algunos días más.
Después llegaron “dos casos sospechosos”, y el “no, no dieron positivo”.
Pero el 28 de febrero de 2020 fue el día: el coronavirus ya estaba en México con dos casos: uno en Ciudad de México, otro en Culiacán, Sinaloa. El 18 de marzo, además, se registró el primer fallecido por el nuevo virus.
Hasta el 15 de abril, México tiene 5 mil 847 de casos confirmados de COVID-19; 11 mil 717 de casos sospechosos, 25 mil 138 de casos negativos y 449 personas muertas. Hugo López-Gatell Ramírez, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud federal, quien ha tomado el papel principal en cuanto a la vocería de la pandemia, inició con conferencias de lunes a domingo a las 19 horas desde el Palacio Nacional.
En esos eventos, que se han convertido en consulta obligada para gran parte de la población, el doctor López-Gatell nunca tuvo reparo en anunciar que el coronavirus se expandiría por México y que habría un gran número de contagios y, lamentablemente, muertes.
Por tal razón, desde la Secretaría de Salud se optó por el llamado del “Quédate en casa” y una Jornada Nacional de Sana Distancia que culminaría el próximo 30 de abril y en la que se decretó la anulación de actividades no esenciales y a las reuniones de más de 50 personas.
Por estados, son la Ciudad de México, el Estado de México, Baja California, Puebla y Sinaloa los que lideran el número de casos confirmados de coronavirus. Tan solo ahí hay 3 mil 107 personas enfermas, el 53 por ciento del total del país– y 216 decesos.
Los tres primeros reportan ya problemas graves en los centros de salud públicos. Las denuncias las ha hecho el personal de salud, tanto de manera personal, pero también en las calles en manifestaciones.
Por municipios, lideran la lista Tijuana, Culiacán, Puebla, Benito Juárez e Iztapalapa, que suman 957 casos confirmados.
En estos 48 días, mucho cambió: la relación con los empresarios y el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador tuvo ya sus altibajos; se realizaron compras internacionales de material médico; en algunos estados no se entendió lo de la sana distancia y hay dudas dentro de los hospitales. Así se llega a la Fase 3.
ANUNCIO DE LA FASE 2
24 de marzo: Con 405 casos confirmados de coronavirus en México y cinco personas fallecidas, fue declarada la Fase 2, con el objetivo de contener los casos de contagio. Esta declaración se realizó con miras en la siguiente, la 3, que en palabras de Gatell, “es inevitable”.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Fase 2 se presenta cuando detectan contagios entre personas sin que hayan viajado al extranjero, es decir por transmisión local. Las indicaciones fueron: no saludar de beso o abrazo, cancelar clases desde el 23 marzo al 19 abril, suspender eventos masivos y cerrar restaurantes o bares. El Gobierno federal hizo énfasis en proteger y cuidar a las personas adultas mayores y otros grupos de mayor riesgo, suspender temporalmente de eventos y reuniones de 100 personas o más e intensificar las medidas básicas de prevención.
EMERGENCIA SANITARIA
31 de marzo: El Consejo de Salubridad General declaró “Emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor” a la epidemia de enfermedad generada por el COVID-19 para así tomar todas las acciones que resulten necesarias para atender a la población. Endureció las medidas: un mes a quedarse en casa, en especial los adultos mayores.
Para entonces, en México se tenían contabilizados un total de mil 094 casos confirmados de coronavirus, 2 mil 635 casos sospechosos y 28 defunciones
López-Gatell Ramírez enfatizó en la misma indicación de esos últimos días: hay que quedarse en casa, es la última oportunidad cuando el país ya está en una “fase de ascenso rápido” en la propagación de la enfermedad.
Llegaron nuevas medidas: la suspensión inmediata, desde el 30 de marzo hasta el 30 de abril, de actividades no esenciales en los sectores público, privado y social, “es decir, todo”, con excepción de las actividades esenciales, entre las que se encuentran las labores de atención de la emergencia sanitaria, las de seguridad pública, las del funcionamiento de la economía, las operaciones para programas sociales y las de conservación y mantenimiento de infraestructura.
Se exhortó a la población en territorio nacional y a la que arribe al país a cumplir con el resguardo; resguardo domiciliario estricto a toda persona mayor de 60 años, personas con diagnóstico de hipertensión arterial, diabetes, enfermedad cardiaca o pulmonar, inmunosupresión, en estado de embarazo o puerperio inmediato “independientemente del que su actividad laboral se considere esencial” y la postergación de todos los censos y encuestas que involucren la movilización de personas y la interacción física.
DINERO DE TRANSFERENCIAS
6 de abril: En un mensaje dominical, que fue un informe de labores del Presidente Andrés Manuel López Obrador y que se confundió con la presentación de los lineamientos para atender el coronavirus ante los primeros despidos, recortes salariales, gente que trabaja en la calle sin poder quedarse en casa, se anunció que en esta crisis de salud, no se aumentará la deuda pública; no habrá nuevos impuestos; que siguen sus proyectos de infraestructura y un nuevo recorte de salarios y hasta aguinaldos de altos funcionarios.
En su discurso el Presidente dijo que “la crisis va a pasar; nos hemos salvado de pandemias, terremotos y de la corrupción, la más peligrosa de las pestes” y ofreció condolencias a las familias por las muertes del COVID-19.
Informó que se adelantaron pensiones a 8 millones de adultos mayores; 10 millones 500 mil becas a estudiantes de todos los niveles escolares y a 15 mil 151 alumnos de las universidades Benito Juárez. Para las “Tandas para el Bienestar” se dispusieron 3 mil 400 millones de pesos para pequeños comercios.
También hubo apoyos económicos a productores del campo y a pescadores por un total de 11 mil millones de pesos para más de 2 millones de comuneros y pequeños propietarios.
Y sin ahondar, anunció que en nueve meses se crearían 2 millones de nuevos empleos.
DESPUÉS, LA INCONFORMIDAD
7 de abril: No era la primera vez: el presidente de la Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar, habló de una “falta de claridad” en el decreto gubernamental del Gobierno de México en la entrada oficial en la fase 2 de la pandemia, por la cancelación de “las actividades laborales no esenciales”.
“¿Cuáles son las implicaciones de suspender temporalmente las actividades que involucren concentración física en el tránsito de personas? Pedimos que se defina mejor esto”, cuestionó parafraseando este decreto. Exigió que se defina mejor el listado de industrias estratégicas que deberán seguir operando con normalidad durante la contingencia sanitaria ya que, a su entender, excluye el sector de alimentos y bebidas.
El dato que presentaron para sustentar esto, fue que al 25 de marzo, se habían cerrado 64 mil establecimientos, con una caída del 68 por ciento de ventas en restaurantes, del 100 por ciento en bares, del 82 por ciento en hoteles y del 4 por ciento en tiendas de alimentación.
Pero un día después del último anuncio presidencial, Carlos Salazar dijo que se trataba de un plan incompleto y que el Gobierno tiene oídos sordos. Alertó que más de un millón de empleos se perderán y que la caída del PIB llegará a un 10 por ciento.
Acusó al Gobierno federal de no escuchar a los empresarios, ni sus planteamientos, como el que hicieron en un decálogo presentado al Jefe del Estado mexicano en el que solicitaban el retraso de pagos de impuestos, entre otras medidas.
También expresó que el problema de empleo y los “dramas” a los que se enfrentará la economía nacional no se pueden lograr sin el apoyo de la inversión privada, que es la principal generadora de puestos de trabajo. “Como se nos dijo, 2 millones de empleos en nueve meses, es totalmente irrealista, no hay realismo”, dijo.
PROBLEMAS EN LOS HOSPITALES
8 de abril: En la conferencia matutina del Presidente, el titular del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoe Robledo, negó las acusaciones de personal de salud sobre las condiciones en las que trabajan. Negó que hubiera brotes de coronavirus en los hospitales y también que no hubiera insumos adecuados en las unidades.
Pero otra cosa ocurría: en el Hospital General Regional número 72 de Tlalnepantla, de acuerdo con trabajadores de ahí, aún en medio de la Fase 2 había enfermeras sin protección que atendían pacientes graves, además de personal médico en zona cero que sólo estaba protegido con cubre bocas y decenas de enfermeros, médicos y otros empleados del Hospital 1 de Octubre exigieron en las calles la entrega de más insumos médicos, conforme su hospital reciba a más pacientes que sufran de COVID-19.
En Baja California, el Gobernador Francisco Bonilla Valdez dijo que los médicos “caían como moscas” atendiendo el coronavirus y señaló que el IMSS pone en peligro a los médicos, debido a la falta de equipo y material para responder a la emergencia.
Las denuncias de médicos en todo el país, que dan testimonio de personal médico que se ha visto obligado a comprar material médico de su propio bolsillo para atender la pandemia, han comenzado a brotar a la par que las quejas sobre la situación en la que están trabajando.