Francisco Ortiz Pinchetti
16/02/2024 - 12:04 am
AMLO y Claudia: el doble play de Slim
“En términos políticos es claro que se trata de una ruptura del empresario con el Presidente”.
Luego de nadar de muertito durante cinco años y de recibir contratos multimillonarios para sus empresas –que en algo habrán ayudado para que su riqueza se haya duplicado en apenas un lustro- Carlos Slim Helú apareció inesperadamente en una maratónica conferencia de prensa para aplicar un fulminante doble play a la autollamada Cuarta Transformación.
Con la certeza de un calculista, pero con la destreza de un neurocirujano, sin mayores aspavientos, el magnate asentó un golpe en donde más le duele a su amigo el Presidente, al cuestionar la militarización del país. Calificó como “excesivo” el poder, la autoridad y facultades que tienen las Fuerzas Armadas en México.
“Están en demasiadas cosas”, dijo. “Es un exceso”, remató.
Se fue como suavecito: “(Los militares) son excelentes, pero creo que es demasiado”, dijo. “Por ejemplo, cuando se les invitó a participar en la construcción fue muy bueno porque hay buenos ingenieros militares y es bueno que en lugar de estar en el cuartel estén trabajando… pero es demasiado”.
Cuidadosa, comedida, con pinzas fue la respuesta de López Obrador el día siguiente. “Yo respeto mucho a Carlos y siempre dialogamos y debatimos. No estamos de acuerdo en todo, yo lo respeto mucho porque es una gente trabajadora que invierte en beneficio de México”, dijo el Presidente.
Andrés Manuel aseguró que México es un país libre donde todos pueden manifestarse y expresarse. “Respetamos mucho el punto de vista de Carlos Slim nada más que yo no lo comparto porque a lo mejor se desconoce que el ejército tiene cinco misiones”.
El otro zarpazo del propietario de Grupo Carso, quizá más grave por las implicaciones políticas que tiene hacia el futuro inmediato, en pleno proceso electoral, fue su referencia a la tragedia de la Línea 12 del metro, cuando el 31 de mayo de 2021 colapsó una traba del tramo elevado que dejó 27 personas fallecidas y más de un centenar de heridos.
La alusión, traída a colación casi tres años después y sin motivo aparente, golpeó directamente a la candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum Pardo. Y al propio líder del Movimiento, por supuesto.
Slim Helú, de 84 años de edad actualmente, aseveró que el desplome de la Línea 12 del Metro fue por problemas de mantenimiento y no por errores en la construcción, en la que por cierto participaron las compañías del acaudalado ingeniero, uno de los hombres más ricos del planeta.
Abundó: “(La línea 12) trabajó 12 años y no le pasó nada, no es una cosa de origen, después de 900 millones de pasajeros. Yo creo que ya es algo muy discutido, hubo varios dictámenes”.
Explicó que luego de varios años de operación, el problema del vencimiento de una trabe al paso de un convoy fue por la falta de mantenimiento, que también se da en otras obras de infraestructura. “En general, hay muchas cosas que se han hecho en México y les falta mantenimiento, no en este Gobierno, de varios y en otros lugares”, ponderó.
El tema es por razones obvias el más sensible de la administración de Sheinbaum Pardo y el principal escollo a su candidatura. En buena medida, sin embargo, lo había logrado mitigar… ¡con la ayuda precisamente del propio Slim Helú!
Hay que recordar que el gobierno capitalino, entonces encabezado por ella, contrató a una empresa noruega especializada, para realizar el peritaje sobre las causas del derrumbe ocurrido entre las estaciones de Olivos y Tezonco de la ruta elevada. La propia Jefa de Gobierno avaló el prestigio internacional y la experiencia de más de 150 años del consorcio. La intención de la mandataria local era obvia: librar a su administración de la responsabilidad de la tragedia y pasarle la factura a su principal contendiente en la pugna por la sucesión, Marcelo Ebrard Casaubón, en cuyo gobierno capitalino (2006-2012) tuvo lugar la construcción de la llamada Línea Dorada.
Ocurrió sin embargo que en el informe final de la DNV-GL, entregado a principios de mayo de 2022 –que por cierto nunca fue difundido de manera oficial por el gobierno, aunque publicado por medios como el periódico español El País–, el dictamen señalaba “fallas en las inspecciones y el mantenimiento como causas concurrentes” en la tragedia de la Línea 12. Era un golpe directo contra la propia Sheinbaum Pardo, que podía en riesgo inclusive su posible candidatura presidencial. Y estalló: calificó el informe final como “tendencioso y falso” y anunció sin recato que el Gobierno capitalino había iniciado el proceso de la recisión de contrato con la compañía DNV-GL, como en efecto ocurrió.
Fue entonces cuando Slim Helú salió al quite. Anunció que su consorcio, el Grupo Carso, se haría cargo de todos los gastos de la reconstrucción de la Línea 12, gesto que López Obrador le agradeció de manera más que elocuente. ““Las empresas decidieron ayudar, sin cobrar. El tramo que se afectó correspondía a una empresa de Carlos Slim, él asumió la responsabilidad (sic). Se hizo un dictamen para la reparación de todo el tramo de la obra, participaron expertos independientes y él está asumiendo toda la responsabilidad, sin gastos para el gobierno de la ciudad”, aseguró entonces López Obrador.
Hoy las cosas parecen bien distintas. En términos políticos es claro que se trata de una ruptura del empresario con el Presidente. Para Claudia, las afirmaciones del magnate dan nueva, contundente y calificada vigencia a las acusaciones que le hace la oposición sobre su responsabilidad en la tragedia. Les da armas a sus enemigos, sin más. Y no la van a soltar.
Cabe ahora preguntar cuáles fueron las razones del empresario consentido del régimen –beneficiario de los mejores contratos, visitante frecuente de Palacio Nacional, invitado especial a las inauguraciones de sus obras insignes y asesor oficioso en materias financieras y de relación con el sector privado–, para golpear como lo hizo en temas fundamentales para el Presidente López Obrador y su posible sucesora. ¿Por qué ahora? Válgame.
DE LA LIBRE-TA
¿MAREA ROSA? Las concentraciones de este domingo 18 en el zócalo capitalino y en más de 110 ciudades de la República y del extranjero serán el mejor termómetro para medir la verdadera temperatura electoral de nuestro país: en la medida en que haya una respuesta verdaderamente ciudadana a la convocatoria “En defensa de nuestra democracia”. Lo veremos.
@fopinchetti
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