En Chile, donde viven 18 millones de personas, más de dos millones han sido vacunadas contra la COVID-19 con al menos una dosis de Pfizer o de Sinovac desde que arrancó la inoculación masiva el pasado 3 de febrero, una cifra que pone al país suramericano a la cabeza de la vacunación en la región.
Por Patricia Nieto Mariño
Santiago de Chile, 16 feb (EFE). - Vacunarse contra la COVID-19 sin bajar del auto es la nueva apuesta que el Gobierno chileno desplegó esta semana en la capital y que este martes servirá para inocular a centenares de personas, una estrategia logística más que pone al país suramericano a la cabeza en la vacunación en América Latina.
En las inmediaciones del emblemático Estadio Nacional, en el sur de Santiago, decenas de vehículos hacen fila para ingresar a un circuito sanitario en el que la primera parada es la vacunación y la segunda, un estacionamiento, que funciona como zona de observación ante posibles reacciones adversas.
Desde el interior de su auto, sin necesidad de descender, Paula Escobar, de 45 años, recibe su primera dosis, no sin que la enfermera le pregunte sus antecedentes médicos y se asegure de que pertenece a uno de los grupos objetivo del calendario de vacunación.
"En auto es mucho más cómodo porque uno no pasa tanto miedo de contagiarse, hay mucha distancia social y voy más tranquila", señaló a EFE Escobar, una funcionaria pública considerada como trabajadora esencial.
Los autos se distribuyen entre 10 puestos sanitarios donde en cuestión de minutos son despachados decenas de inoculados, una estrategia que había sido desplegada ya para testeo y toma de pruebas PCR y que ahora permite vacunar a 500 personas al día, informó Andrés Zarhi, el Alcalde del capitalino barrio de Ñuñoa.
"Espero que esto dé resultado, tengo la esperanza de que en un mes esté bien la situación y, después de vacunarme hoy, creo que tengo la mitad del camino recorrido", explicó a EFE Rosana Jofré, de 60 años, que se vacunó en su auto este martes porque padece diversas enfermedades crónicas.
Para la administrativa Lidia Lillo, encargada de la toma de datos de pacientes, este sistema supone "un alivio" puesto que "para el personal sanitario también es un método más seguro", relató a EFE.
En Chile, donde viven 18 millones de personas, más de dos millones han sido vacunadas contra la COVID-19 con al menos una dosis de Pfizer o de Sinovac desde que arrancó la inoculación masiva el pasado 3 de febrero, una cifra que pone al país suramericano a la cabeza de la vacunación en la región.
Según datos de la Universidad de Oxford, hasta el 15 de febrero Chile era el quinto país del mundo y el primero de Latinoamérica en administrar más dosis por número de habitantes tras inocular a un 11.2 por ciento de su población, una cifra muy superior a la de Brasil (2.5 por ciento), Argentina (1.4 por ciento) o al promedio mundial (1.9 por ciento).
La habilidad en la negociación de vacunas, que ha servido para garantizar 35 millones de dosis de diversos laboratorios y de la plataforma Covax, así como la amplia red de la atención primaria que recorre el país, son dos de los ingredientes clave que, según los expertos, han agilizado la inmunización.
En la Región Metropolitana, la que alberga la capital y en la que viven más de siete millones de personas, se han habilitado desde el pasado febrero más de 120 puntos de vacunación distintos, que incluyen hospitales, colegios, estadios deportivos e incluso una veintena de buses.
El objetivo del Gobierno, que también ha aprobado la vacuna de AstraZeneca y desde hace semanas valora autorizar la Sputnik V rusa, es inocular a la población de riesgo -casi cinco millones de personas- antes de que finalice el primer trimestre y al 80 por ciento del resto de la población total antes de junio.
La pandemia ya ha provocado más de 780 mil de infectados y cerca de 20 mil muertes desde inicios de marzo en Chile, que pasó su primer gran pico en julio y está sumido en una segunda ola.