Álvaro Delgado Gómez
16/01/2024 - 12:05 am
Morena: Si va Hank, de una vez Salinas
“El partido de Hank Rhon lo hará en Tecate y Rosarito. Morena, de entrada, ya perdió tres municipios clave”.
El documento revelado por Marko Cortés sobre el pacto mafioso con Alejandro Moreno y el gobernador Monolo Jiménez exhibe la putrefacción del PRIAN que hundirá aún más a Xóchitl Gálvez, pero Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador y que ya lidera Claudia Sheinbaum, ha comenzado a tomar un sendero análogo con el contubernio con Jorge Hank Rhon.
Hijo de Carlos Hank González —el arquetipo del político corrupto y corruptor y figura emblemática del Grupo Atlacomulco—, el flamante aliado de Morena en Baja California representa, por la dimensión del personaje y del clan, un parteaguas en el proyecto de Cuarta Transformación, que aniquilará el compromiso de desterrar los vicios estructurales de la política.
No es el único caso, por supuesto, porque en el gobierno federal —y sobre todo en los estados— anidan aún personajes corruptos que no son sólo del PRI y, a su vez, Morena está reclutando otros como los exgobernadores Eruviel Ávila, Eugenio Hernández Flores y Alejandro Murat, pero Hank Rhon es cosa aparte: Encarna la pudrición de la política, pero también el crimen impune, entrelazados los cargos públicos, el juego, el vicio, la misoginia.
Si se vale aliarse al hampa sin castigo, se vale todo.
Hank Rhon, dueño del Partido Encuentro Solidario (PES) de Baja California —aliado ya formalmente de Morena— y del Grupo Caliente, que maneja galgódromo, hoteles, plazas comerciales y del equipo de futbol “Xolos” de Tijuana, es la representación grotesca de la escuela corrupta de Enrique Peña Nieto, Carlos Salinas, Rubén Figueroa, Manlio Fabio Beltrones, Alejandro Moreno Cárdenas, Roberto Madrazo, Felipe Calderón y alumnos de la talla de Marko Cortés, Santiago Creel, Ricardo Anaya y Xóchitl Gálvez.
Y en esto no puede haber vacilación: El pacto con el crimen, con la deshonestidad, con el fraude, con el abuso de poder, no debe avalarse jamás como estrategia electoral. Entre la eficacia y los principios, deben imponerse, siempre, los segundos.
Eso es lo que diferencia un proyecto de otro, lo que se supone que hace —o hacía— distinto y distinguible a Morena del PRIAN. Si eso ya se modificó, si todo se vale con tal de ganar, Morena y específicamente Sheinbaum tienen el deber de decirlo con toda claridad, pero no engañen a los mexicanos.
Sí: Es normal que en las elecciones se hagan alianzas para obtener la victoria, incluyendo el reclutamiento de miembros de otros partidos, pero en Morena ya es un exceso. No es sólo Hank Rhon, que es el extremo, sino en la mayoría de los estados donde los gobernadores de este partido son como lo fueron priistas y panistas: Virreyes.
La estrategia de Morena, avalada por el presidente López Obrador, ha sido romper al PRI, socavarlos desde dentro, pero la captación de gobernadores salientes con embajadas no sólo no honran al Servicio Exterior ni al gobierno mismo, sino que representan impunidad en los latrocinios que pudieron haber cometido.
No digo que los gobernadores salientes hayan “entregado” a Morena los estados, porque sería ofender a la mayoría de los ciudadanos que repudió a los candidatos del PRIAN, pero dejarlos sin investigar la herencia que dejaron es por lo menos irresponsable.
La vía para la incorporación de priistas —y panistas— a la Cuarta Transformación ha sido el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), pero Morena tiene el deber de vetar a quienes sólo desprestigian, como Eugenio Hernández Flores, el exgobernador de Tamaulipas preso por corrupción que quien ser senador.
También se cocinan las candidaturas de los expriistas José Chedraui Dib y Jorge Estefan Chidiac, en Puebla; José María Tapia Franco, director de Fonden con Peña en Querétaro, y hasta Virgilio Mendoza, en Colima, quien confesó que recibió dinero del narco; “Chingue a su madre mientras sea negocio”.
En Baja California el PVEM es el ganón, porque postulará candidato a alcalde en Tijuana, mientras que el partido de Hank Rhon lo hará en Tecate y Rosarito. Morena, de entrada, ya perdió tres municipios clave.
La responsabilidad directa del contubernio de Morena con el clan Hank es la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, que trata de ponerle un contrapeso al exmorenista Jaime Bonilla, pero también lo es de Mario Delgado y Sheinbaum, como si no supieran que el esposo de la mandataria, el expanista Carlos Torres Torres, exsecretario privado de Calderón, es el que tejió todo.
Y sí: Si Hank Rhon y sus 23 hijos están ya con la Cuarta Transformación, de una vez que se le ofrezcan candidaturas a Salinas, Peña Nieto, Calderón y a otros como ellos…
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