El agente especificó que desde el 19 de enero llegaron a La Paz, en Baja California, donde comenzó el entrenamiento y la preparación de la DEA y los marines para el operativo para la captura del “Mayo” Zambada, quien se suponía estaba en un rancho, al este de la ciudad de Culiacán.
Nueva York, Estados Unidos/Ciudad de México, 16 de enero (EFE).- Un agente de la DEA narró hoy en el juicio contra Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera el primer esfuerzo realizado en México para capturar al acusado así como a Rafael Caro Quintero e Ismael “Mayo” Zambada, líderes del cartel de Sinaloa, en el que reveló no pudieron contar con la policía federal mexicana dada su corrupción.
Para este operativo, que realizaron el 13 de febrero del 2014, el primer objetivo fue Mayo Zambada y para ello conformaron un equipo especial únicamente con marines mexicanos, cuerpo especializado en operativos, porque, según el agente Víctor J. Vázquez, no podían confiar en la Policía federal “por su nivel de corrupción”.
“Fue la primera operación de este tipo para capturar a estos líderes del cartel”, dijo el agente durante el interrogatorio de la fiscal Andrea Goldbarg, de origen argentino.
Vázquez, que estuvo presente en el arresto de “El Chapo” en 2014 en un edificio de apartamentos en Mazatlán, explicó que en el operativo, planificado entre la DEA en EU en conjunto con su oficina en México, sólo participaron un centenar de marines.
Afirmó que el secreto se mantuvo entre el grupo debido al poder del cartel en el estado de Sinaloa, por lo que no podían confiar en nadie. “Por la corrupción queríamos mantenerlo entre nosotros”, argumentó.
Vázquez, que nació en Durango, México, trabajó entre el 2008 y el 2014 como vínculo entre la DEA y las autoridades mexicanas, con quienes trabajaban casos en conjunto compartiendo información de inteligencia y operativos.
El agente explicó que a su llegada a México tenía dos asignaciones principales: el cartel de la Familia Michoacana, que también opera en EU, e investigar a Carrillo Quintero, Mayo Zambada y Guzmán Loera, a los que identificó como los líderes del cartel de Sinaloa.
“El propósito era capturarlos y traerlos para enfrentar cargos” en EU por narcotráfico, indicó.
“¿Fue exitoso?”, le preguntó la fiscal. “Sí, pudimos capturar a Joaquín Guzmán Loera”, en 2014, afirmó Vázquez, que ahora supervisa agentes en Lima, Perú. Guzmán Loera escapó de una prisión de máxima seguridad a través de un túnel en el 2015.
Vázquez indicó además desde la silla de los testigos que pidió a su supervisor utilizar a los marines mexicanos en los operativos de captura de los capos “por su reputación” y que este cuerpo especializado estuvo de acuerdo desde el principio.
El agente especificó que desde el 19 de enero llegaron a La Paz, en Baja California, donde comenzó el entrenamiento y la preparación de la DEA y los marines para el operativo para la captura del “Mayo” Zambada, quien se suponía estaba en un rancho, al este de la ciudad de Culiacán.
El operativo, para el que se desplazaron en helicópteros y camionetas, se realizó pero no hallaron a Zambada, quien en cuatro décadas de vida delictiva nunca ha sido capturado.
No obstante fueron arrestados dos socios y tras dos días de operativo en Culiacán salieron de la ciudad por seguridad, y que era territorio del cartel de Sinaloa.
Antes del testimonio de Vázquez, finalizó su testimonio Alex Cifuentes, uno de los empleados de “El Chapo”, que contó que como parte de su acuerdo de colaboración, su familia, dedicada al narcotráfico en Colombia, pagaba una mensualidad al general Óscar Naranjo, entonces director de la Policía Nacional, a cambio de protección.
Naranjo, que ha negado la acusación, fue negociador del Gobierno en las negociaciones de paz con las FARC y vicepresidente del país entre 30 de marzo de 2017 y el 7 de agosto de 2018.