"El asesino sigue suelto": la portada de Charlie Hebdo a un año del ataque terrorista

04/01/2016 - 9:37 am

La publicación especial de Charlie Hebdo, de la que se imprimirán un millón de copias, muestra en su portada a un Dios ensangrentado que porta un rifle bajo el siguiente titular: "Un año después, el asesino sigue suelto".

Publicación especial del semanario Charlie Hebdo a un año de los ataques terroristas. Foto: Charlie Hebdo
Publicación especial del semanario Charlie Hebdo a un año de los ataques terroristas. Foto: EFE

Ciudad de México, 4 de enero (SinEmbargo/EFE).- El semanario satírico francés Charlie Hebdo publicará un número especial en conmemoración del primer aniversario del ataque yihadista, cometido el 7 de enero de 2015, en el que murieron ocho miembros de la publicación en su sede de París.

El título de portada de la revista, que saldrá a la venta el miércoles, es "Un año después, el asesino sigue suelto", sobre la caricatura de un Dios que va a la carrera con las manos manchadas de sangre y con un kalachnikov a la espalda.

En su editorial, el director Laurent Sourisseau, conocido como "Riss" y uno de los supervivientes del ataque terrorista, señala que en la historia de Charlie Hebdo, desde su reaparición en 1992, "la muerte siempre ha formado parte del periódico", en primer lugar porque estaba amenazado de desaparición por razones económicas.

Riss denuncia que desde que publicaron las famosas caricaturas del profeta Mahoma en 2006, "muchos esperaban que nos mataran", y en ese grupo incluye a "fanáticos embrutecidos por el Corán", pero también de otras religiones que "nos deseaban el infierno en el que creen por habernos atrevido a reírnos de la religión".

También, añade, algunos "intelectuales amargados" o "periodistas envidiosos" decían que "ese atajo de locos y de cobardes quería nuestra muerte".

El director recuerda que en 2011 sufrieron un primer atentado, cuando fueron incendiados sus locales en un momento en que estaban vacíos, lo que llevó a la policía a darles protección, la cual, consideraba en ese entonces el mismo Riss, no hacía falta antes del ataque de enero de 2015: "las historias de las caricaturas era pasado. Pero la religión desconoce el tiempo. No cuenta en años o en siglos porque sólo cuenta la Eternidad".

"Un creyente, razona Riss, sobre todo fanático, no olvida nunca la afrenta a su fe porque tiene por detrás y por delante la Eternidad. Es lo que habíamos olvidado en Charlie. La Eternidad nos cayó como un rayo ese miércoles 7 de enero".

El 7 de enero de 2015, los hermanos Cherif y Said Kouachi entraron en las oficinas de Charlie Hebdo en París y asesinaron a 12 personas, entre ellos a ocho miembros de la publicación. El ataque fue reivindicado por Al Qaeda en la Península Arábiga.

París volvió a ser escenario del terror el 13 de noviembre de 2015 cuando varios terroristas del Estado Islámico asesinaron a 130 personas en varios lugares de París, entre ellos, la sala de conciertos Bataclan.

Riss justifica la continuidad de la publicación después del atentado precisamente porque "todo lo que hemos vivido desde hace 23 años nos da la rabia" para continuar.

"Nunca hemos tenido tantas ganas de romper la cara a los que han soñado con nuestra desaparición. No serán unos gilipollas encapuchados los que van a echar por tierra el trabajo de nuestras vidas y todos los momentos formidables que vivimos con los que murieron. No serán ellos los que verán morir a Charlie. Es Charlie el que los verá morir".

Su conclusión es que "las convicciones de los ateos y de los laicos pueden mover todavía más montañas que la fe de los creyentes".

Su número especial de esta semana sacará a la venta cerca de un millón de ejemplares con 32 páginas, en lugar de las 16 habituales, con ilustraciones de los dibujantes asesinados el 7 de enero pasado pero también de los actuales, así como mensajes de apoyo de personalidades.

Entre esas personalidades están las actrices Isabelle Adjani, Juliette Binoche o Charlotte Gainsbourg, intelectuales como Talisma Nasreen, o músicos como Ibrahim Maalouf, además de la ministra francesa de Cultura, Fleur Pellerin.

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