A la ceremonia, celebrada según el rito civil, acudieron el presidente de la República, Sergio Mattarella, el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro y los familiares y amigos de la joven que murió la noche del viernes en la sala Bataclan junto con centenares de ciudadanos.

En la monumental Plaza de San Marcos de Venecia ondearon las banderas de Italia y la Unión Europea a media asta y sonaron los himnos nacionales de Italia y Francia, que los familiares de Solesin escucharon emocionados.

El féretro de la joven de 28 años llegó desde la capilla ardiente en una góndola que navegó por el Canal Grande de Venecia y que fue transportado después por cuatro "gondolieri" hasta el centro de la plaza.

El padre de Solesin, Alberto Solesin, dedicó unas palabras frente al féretro recubierto de rosas blancas a todas las "Valeria y Andrea (el novio de Valeria, que la noche del atentado estaba con ella en la sala Bataclan) que trabajan, estudian, sufren y no se rinden".

Agradeció además a las autoridades italianas la ayuda durante estos días y a Francia, país que "acogió a su hija" durante siete años.

La ministra de Defensa, Roberta Pinotti, leyó el mensaje que el presidente de Francia, François Hollande dedicó a Solesin: "Valeria había venido entre nosotros a Francia por amor a la vida y a la cultura y ha encontrado la muerte bajo el fuego del los terroristas. Comparto el dolor de la familia, de una dignidad enorme, y de toda Italia".

También el imán de Venecia, Hamad Al Mohamad, pidió durante su intervención que "Alá tenga en su gloria a Valeria y a todas las víctimas".

Al funeral, que se ha celebrado entre un fuerte dispositivo de seguridad, también acudieron el presidente de la Comunidad islámica de Venecia, Amin Al Hadab, el patriarca Francesco Moraglia y el rabino Scialom Bahbout.

El féretro de Valeria Solesin, tras la conclusión de la ceremonia, fue transportado hacia el muelle de San Marcos y desde allí, para su entierro, hasta el cementerio de San Michele.