A unos días de que comience la COP21, expertos de la Alianza México Redd+ plantearon que, aunque el país fue el primero en desarrollar, aprobar y en enviar sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (INDC, por sus siglas en inglés), los esfuerzos aún son insuficientes para cumplir la meta de México al 2030.
Ciudad de México, 21 de noviembre (SinEmbargo).– El 23 de octubre pasado, Greenpeace alertó que la magnitud con la que se presentaba el huracán “Patricia” en el Pacífico mexicano era “una llamada más de atención en torno al desquicio del sistema climático ocasionado por la dependencia de nuestras ciudades hacia el consumo de combustibles fósiles como el petróleo”.
Explicó que si bien los fenómenos meteorológicos extremos tienen diversas causas, el cambio climático inducido por las actividades humanas es uno de los factores que contribuyen a ello.
“México es un país extremadamente vulnerable a los impactos derivados del cambio climático y por lo mismo debe ser un líder no sólo en la prevención de los mismos sino en la reducción de emisiones contaminantes que se generan en el país, principalmente en los sectores eléctrico y de transporte”, expuso.
De acuerdo con el inventario que el país reportó en 2013, presentado por la Alianza México REDD+, las principales causas de emisión de gases de efecto invernadero son el transporte, generación de electricidad, consumo de petróleo y gas, así como las actividades de la industria, agricultura y ganaderías, los usos y cambio de suelo y la silvicultura.
De ellas, la emisión de gases a la atmósfera relacionadas con la deforestación y degradación como son el cambio climático de uso del suelo y la agricultura y ganadería extensivas representan aproximadamente el 12 por ciento de las emisiones en nuestro país.
“El sector forestal en México representa el 25 por ciento del potencial de abatimiento de emisiones de gases de efecto invernadero”, de acuerdo con la organización.
En ese contexto, reducir la deforestación causada por la reconversión de bosques a zonas de pastoreo lograría uno de los avances más significativos para mitigar el cambio climático.
Horacio Rodríguez, del Centro de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), explicó que ante el cambio climático, la escasez de tierras y de agua, entre otras, se debe cambiar hacia una estrategia más sustentable.
Por su parte, el Doctor en Física de la Universidad Iberoamericana, Daniel Buira, planteó que México debe ver este momento como una oportunidad para empezar a crear una cartera de opciones tecnológicas nuevas que aunque en la actualidad no son comercialmente rentables, podrán serlo en un futuro.
“México en general ha sido un país seguidor en tecnologías, pero con este cambio forzado de tecnologías energéticas que nos trae el cambio climático se abre una ventana de oportunidad que México con un enorme recurso natural, solar, oceánico, eólico y otros, además de recursos industrial y humano. México puede y debe tomar esta oportunidad para definirse como un líder en tecnologías del futuro y ésta podría ser una nueva industria que nos daría crecimiento a todos”, dijo.
En un país con 55.3 millones de personas en condiciones de pobreza, mitigar los efectos del cambio climático resulta necesario, pues podría ocasionar un daño más severo.
“El tema de pobreza en México es de lo más relevante no se puede abordar si no tenemos una estrategia eficaz y eso se vincula con el uso de los recursos en las comunidades, en la zona rural”, afirmó María E. Martínez Murillo Cuerdo, especialista en el diseño e implementación de políticas públicas para el desarrollo.
De acuerdo con el Banco Mundial (BM), "sin un desarrollo rápido, incluyente y que tome en cuenta el cambio climático, junto con los esfuerzos para la reducción de las emisiones, para 2030 podría haber 100 millones de pobres adicionales”.
LA COP 21
Muertes, pobreza, desnutrición, enfermedades y migración forzada son algunos de los efectos negativos que tiene el cambio climático en el planeta. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que sólo en 2012 cerca de 7 millones de personas perdieron la vida por enfermedades relacionadas con la contaminación del aire y previó que entre 2030-2050 sean 250 mil muertes más por año por dolencias asociadas a los cambios ambientes.
Desde cambios de patrones de las enfermedades hasta fenómenos meteorológicos extremos como las olas de calor y las inundaciones, así como la degradación de la calidad del aire, del saneamiento y de los abastecimientos de agua y alimentos, pueden seguir causando severos daños sino se hace frente al cambio climático.
“Si no se reducen las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), habrá un impacto muy negativo sobre nuestra salud, ya sea por enfermedades transmitidas por vectores como la malaria, por las enfermedades diarreicas o bien por las migraciones forzadas a causa de la falta de producción de alimentos y malnutrición”, afirmó en días pasados la directora del Departamento de Salud Pública de la OMS, María Neira.
En ese contexto, del 30 de noviembre próximo al 11 de diciembre se realizará en París, Francia, la vigésimo primera Conferencia de las Partes (COP 21) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), con el objetivo de alcanzar un nuevo acuerdo internacional sobre clima aplicable a todos los países para mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados Celsius.
La convención universal de principios, que reconoce la existencia de un cambio climático debido a la actividad humana y atribuye a los países industrializados la responsabilidad principal para luchar contra este fenómeno, buscará alcanzar un pacto para abandonar paulatinamente la dependencia de las energías fósiles y lograr una economía global baja en carbono.
Al respecto, Daniel Buira, experto en desarrollo bajo en carbono de la Ibero planteó problemáticas del tema.
“Muchos países están prometiendo usar menos gas natural, menos carbón y menos petróleo, pero al mismo tiempo están buscando aumentar su producción. Puedes aumentar tu producción si fueses a exportar, pero no pueden todos los países aumentar su producción y disminuir su consumo, es una cosa paradójica evidente, que los países no mencionan”.
Agregó que "en términos objetivos, la COP 21 no será suficiente para lo que el mundo necesita”.
La apuesta de la COP 21 será controlar mutuamente el cumplimiento de los compromisos y financiar el apoyo a los países más vulnerables, pues de acuerdo con diversos estudios la población en situación de pobreza están más expuestos que la población promedio a los efectos del cambio climático. “Los pobres sufren más los efectos de las altas temperaturas y viven en países donde se espera una disminución de la producción de alimentos por el cambio climático”, dice el Banco Mundial.
“Pensando en lo que necesita el mundo para enfrentar el cambio climático, vamos muy atrasados y no creo que sea realista esperar de este acuerdo en París algo suficiente para lo que necesitamos”, afirmó Daniel Buira.
EL PAPEL DE MÉXICO
A unos días de comience la COP21, expertos de la Alianza México Redd+ plantearon que, aunque el país fue el primero en desarrollar, aprobar y en enviar sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (INDC, por sus siglas en inglés), los esfuerzos aún son insuficientes para cumplir la meta de México al 2030 del 25 por ciento de reducción de emisiones con base a las emitidas durante el 2013.
“Las metas fijadas por México son ambiciosas. Una de ellas es lograr cero deforestación en 2030”, comentaron.
Pero además un reto importante para el país es lograr una coordinación de acciones entre el sector ambiental y el sector agropecuario.
Con esto coincide el especialista Daniel Buira, quien considera que México tiene una gran capacidad de cambio que, aunque no será inmediato, tiene que empezar en una visión de planeación coordinada para que tanto el sector transporte como el eléctrico, petrolero e industrial tengan planes congruentes hacia una meta de cambio climático común.
"Para lograr estas metas es importante que se mejore la forma en la que México planifica, y que realmente haya congruencia entre los distintos sectores hacia las metas de cambio climático. Es importante que la mentalidad de un cambio acelerado se propague a todos los demás sectores”, sostuvo.
A partir a la visión de México para el mecanismo REDD+ (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación forestal) para lograr un desarrollo sustentable, la alianza sentó las bases para facilitar la colaboración intersectorial en especial con el sector agropecuario y forestal para impulsar una perspectiva de manejo integrado del territorio para contribuir al avance de la agenda de desarrollo con efectividad climática nacional.