El empresario mexicano radicado en Nueva York afirma que las faltas del Gobierno de su país empujan a los ciudadanos a buscar “el sueño americano”. Y entre los miles que llegaron a Estados Unidos unieron fuerzas para formar comunidades y apoyarse entre ellos. Carlos Valverde se dedica a que los migrantes puedan tener una vida digna sin que nadie los moleste y también sean emprendedores.
Ciudad de México, 20 de noviembre (SinEmbargo).– Eran los años ochenta. A un centro comunitario en Brooklyn, Nueva York, una de las ciudades más importantes del mundo, llegaron unos, luego otros y esos mismos llamaron a otros más. Todos ellos mexicanos. La mayoría provenía de la sierra mixteca. No tenían otro lugar para vivir. Y pese a todo, se enfrentaron a la vida estadounidense sin saber inglés, y sin imaginarse que ahí les esperaba aquello de lo que habían huido.
Violencia, machismo, enfermedades, desempleo, discriminación, por mencionar algunos ejemplos, son el tipo de dificultades que surgen cuando se vive en hacinamiento; cuando se es migrante recién llegado y se cae en un lugar desconocido y en condiciones precarias. Porque algunos de esos problemas también se cargan al cruzar la frontera, cuenta Carlos Valverde Rojo, emprendedor inmobiliario y quien forma parte de Mixteca Organization, una iniciativa que auxilia a mexicanos desde hace 35 años en el vecino país del norte y que para lograr avances tiene una bandera: la unidad.
“Hay cosas que te empujan a dejar el país y otras que te jalan. Las que te empujan son las omisiones del Gobierno mexicano en su responsabilidad, la falta de servicios, los crímenes que en definitiva son un factor importante. También la pobreza, la falta de educación. Y lo que te jala es que existe la idea de que te puedes encontrar un empleo donde te paguen en una semana un salario que en México es muy difícil de conseguir, además de una mejor calidad de vida”, afirma.
“A lo mejor ahorita estamos viviendo momentos difíciles, pero no son criminales. Aquí no los van a meter a la cárcel, al contrario, quizá te clasifican como migrante, pero ahí te tienen. Quizá hay una zona gris. Pero en México tratamos peor a los migrantes, los metemos a la cárcel y luego luego los regresamos a sus países”, agrega.
El arquitecto mexicano que actualmente sostiene uno de los despachos más importantes en Nueva York comenta que Estados Unidos fue testigo de una ola masiva de migrantes que se desplazaron principalmente de las zonas rurales de México en busca de lo que muchos llaman “sueño americano”. No todos lo lograron, algunos fueron deportados. Otros se quedaron en el camino. Pero unos más, los que unieron fuerzas, permanecieron de pie y ahora son parte de una gran comunidad que tiene representación social e incluso política.
Es el caso de Mixteca Organization, un centro comunitario que se formó con el objetivo de brindar atención médica a aquellos migrantes que llegaron porque “un familiar o un amigo les contó que ahí podrían hallar un empleo”.
Carlos Valverde dice que la mayoría de los “paisanos” que llegan a Nueva York, y en general a Estados Unidos, provienen de Puebla, Oaxaca y Guerrero, «zonas rurales muy marginadas donde si son campesinos, no tienen las oportunidades para avanzar y son generaciones y generaciones que por muchas razones el Gobierno no les ha querido proporcionar los recursos a diferencia de los campesinos de otros países”.
El empresario expone que los “polleros” llegan a cobrar entre 5 mil y 10 mil dólares “y que las personas que deciden salir de su país lo hacen con miedo, el miedo de dejar a sus familias, de enfrentarse a lo desconocido o de que algo les pase en el camino, «sabemos de las historias más horribles que le puede pasar a una persona como daños físicos y a su dignidad”.
Sin embargo, mantiene la convicción de que a través de un sistema educativo eficiente, se puede tener mexicanos que logren grandes cosas y que “México lo tiene todo para ser de los mejores países del mundo y no lo hacemos, porque nosotros mismos a veces somos los que dejamos que nuestros gobernantes nos vean desafortunadamente la cara de esa manera”.
–¿Dónde estamos fallando como país?
–Yo creo que todos los mexicanos lo que queremos es un gobierno que cree leyes que se puedan respetar y entender; un cuerpo judicial que realmente condenen a las personas que rompen las leyes, un gobierno transparente y que no se pueda corromper. Porque eso es lo que va a ser que México sea un mejor país. Hay que recordar que el Presidente, los diputados y los funcionarios son los que trabajan para México, no al revés. Se trata de hacer conciencia entre las familias, desde la infancia entre los propios mexicanos, que demandando nuestros derechos es cómo se puede obligar a los poderosos a respetar a los ciudadanos.
MIXTECA ORGANIZATION
El emprendedor que llegó hace ocho años a Boston, Massachusetts, comentó que se hizo miembro de la junta directiva de la organización que hoy maneja un equipo de siete personas y 100 voluntarios. Ellos, todos los días de la semana, colaboran para dar clases de inglés, historia de México y alfabetizar a niños y personas adultas.
Explica que el centro comunitario se sostiene del 80 por ciento de apoyo que dan las empresas –como la que él maneja– y del 20 por ciento que aporta el Instituto de los Mexicanos en el Exterior, del Gobierno federal.
“Gracias a esto hemos podido realizar los programas y atendido a más de 50 mil personas desde que se inició el proyecto. Esto ha evolucionado y comienza a ser un centro de activismo”, asegura.
En ese sentido, detalla, las personas entran a Mixteca Organization reciben ayuda en un principio, pero después se convierten en voluntarios que ayudan a la transmisión del conocimiento y al mismo tiempo participan en colectas para el desarrollo de otras iniciativas.
“La gente que los apoya lo hace como un acto de amor, porque al final del día siguen siendo paisanos, tuyos, míos, de ellos. No todos tienen la fortuna de haber nacido en una familia estable, eso es una cuestión de suerte, pero al final del día todos somos humanos, todos somos iguales, entonces hay que ayudar”, opina.
La idea del centro comunitario, además de brindar atención médica e impartir clases también fomenta la educación, se dedica a que los migrantes puedan tener una vida digna sin que nadie los moleste y también sean emprendedores.
“Como deber de mexicanos aquí, es saber aprovechar nuestras posiciones sociales y económicas para poder ayudar a otros”, comentó el empresario mexicano que colabora con un magno proyecto de infraestructura que se pretende levantar en la zona donde cayeron las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2009.
En ese sentido, opina que la base de los grandes cambios y de las personas emprendedoras, que además ayudan, está en la educación y en los valores.
“Los empresarios que tienen el mando económico de los negocios son los que tienen que dar la cara y ser el altavoz y los que tienen que demandar para mejorar las condiciones de todos”, dice.
«NO SOMOS VIOLADORES»
Carlos Valverde Rojo comenzó en Mixteca Organization siendo voluntario hace cinco años y desde hace tres es miembro de la junta directiva de ese centro y de APEM, Asociación de Profesionistas y Empresarios Mexicanos, también en Nueva York, otro centro que apoya a los estudiantes mexicanos con becas para estudiar una carrera profesional.
“Esta fundación está vinculada con el centro comunitario y se trata de un programa de becas que se otorgan a jóvenes mexicanos que nacieron aquí. El proyecto es relativamente nuevo, un año, pero el próximo pretendemos duplicar las becas para que haya más estudiantes”, explica.
El año pasado lograron recaudar 110 mil dólares para 30 becas, aunque la demanda fue mayor, por lo que para el próximo año planean obtener 250 mil dólares para que los jóvenes estudien carreras relacionadas con negocios, computación y humanidades entre otras disciplinas.
“Las becas son para chicos que tienen una necesidad económica, buenas calificaciones y que tengan ganas de superarse, además se les pide que elaboren un ensayo de vida con sus intereses personales y profesionales y que digan cómo ayudarían a otros”, dice.
De acuerdo con el objetivo de la Asociación, se trata de “enfocar activamente nuestros esfuerzos para convertirnos en mexicanos generadores de oportunidades para beneficio de nuestros paisanos. Queremos que APEM sirva como catalizador y puente conector con instituciones existentes para que sus esfuerzos beneficien a todos aquellos mexicanos que los necesiten. De este modo, nuestros paisanos se convertirán en receptores de las oportunidades que nosotros les generemos.”
En medio de las dificultados que tienen para sobresalir en Estados Unidos, en noviembre del próximo año se llevarán acabo las elecciones presidenciales en Estados Unidos, en esa lucha por la silla presidencial se han perfilado grandes contrincantes, pero uno de ellos ha generado en la opinión pública gran polémica. Se trata de Donald Trump, que desde junio pasado anunció su desprecio por los migrantes y más por los mexicanos a quienes acusó en junio pasado de ser violadores y narcotraficantes.
Al respecto, Carlos Valverde asegura que «Donal Trump sólo ve por sí mismo […] Lo que ha dicho son sólo palabras de odio. Yo creo que todos tenemos que ponernos bien los pantalones y enfrentarlo de cara porque él está hablando de la misma manera que hablaba Hitler en Alemania», pero él, al estar constantemente en contacto con muchos empresarios y arquitectos de la gran ciudad, percibe que no todos piensan igual que el candidato.
“México es un gran, gran país. Tenemos personas haciendo el mejor cine en el mundo, tenemos una gran riqueza cultural, hacemos de todo y en todo el mundo… y que nos tachen de violadores a todos está muy mal […]. A mí me gustaría que el Gobierno mexicano enfrente esta situación porque no pueden estar condenando a los mexicanos de violadores, de traficantes de drogas”.
Para Carlos, los mexicanos son personas trabajadoras, por eso han creado ambos centros para demostrar que los jóvenes de este país pueden desarrollarse e impulsar a otros, por lo que descartó tajantemente las declaraciones del estadounidense.
