El Clásico Real Madrid – Barcelona es uno de los momentos cumbre del futbol mundial. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando el deporte pasa a segundo término y la seguridad acapara titulares?
Ciudad de México, 19 de noviembre (SinEmbargo).- Cuando se aproxima un partido entre Barcelona y el Real Madrid, el mundo entero gira en torno a él. El Clásico es uno de los acontecimientos deportivos más seguidos en todo el orbe y hasta en los rincones más lejanos las acciones entre estos dos equipos se siguen a detalle.
Sin embargo, en esta ocasión el choque más importante de La Liga se ve cubierto por un velo de incertidumbre y, sobre todo de temor. Los atentados ocurridos en París, han colocado ahora al estadio Santiago Bernabeu –escenario de un bastante anticipado Clásico– como un blanco potencial y, si no lo es, eso no evita que todo parezca potencialmente peligroso a sus alrededores.
La mañana del miércoles, la policía de Madrid desalojó la Plaza de Cuzco, ubicada a 300 metros del estadio Santiago Bernabéu, al encontrar un paquete sospechoso. Un par de horas después, la policía confirmó que se trató de una falsa alarma y desacordonaron la zona para permitir la viabilidad.
Todo parece estar en aparente calma alrededor del próximo Real Madrid-Barcelona. Sin embargo, se trata de una calma tensa en la que muchos esperan lo peor y, con esta idea, se están preparando para el próximo sábado. Y no, no se trata de los jugadores.
El Clásico parece que de momento no corre peligro. No obstante, horas antes de las 18:15 horas (tiempo de Madrid), los alrededores del Bernabeu se convertirán en un territorio en el que la seguridad será una obsesión para los guardianes del orden.
Oficialmente, no hay cifras en cuanto al número de efectivos que velarán por la seguridad en el partido, pero se espera que el número pueda incluso duplicar al desplegado en el último duelo declarado de alto riesgo en el Bernabéu
Entonces, en el Madrid-Juventus correspondiente a la semifinal de la última edición de la Champions League, alrededor de mil 600 agentes vigilaron a los aficionados. No obstante, esta cantidad podría quedar corta el próximo sábado.
El inicio del operativo coincidirá con la llegada de los aficionados y pondrá especial vigilancia en aquellos puntos de reunión y concentración de los seguidores del Barça o del Real Madrid.
El día del partido, se dispondrán tres anillos de seguridad para hacer revisiones corporales minuciosas a cada asistente. «Habrá que examinar hasta los bocadillos», dijo Concepción Dancausa, delegada del Gobierno en Madrid.
“Se trata de hacer lo mismo que habitualmente pero con un control mayor. La vigilancia en la entrada y salida de aficionados será más exhaustiva”, agregó Dancausa e hizo un llamado a la colaboración ciudadana.
“Los aficionados franceses abandonaron el estadio tranquilos y cantando su himno nacional, fue un ejemplo, se trata de no asustarse y colaborar”.
Por su parte, el departamento de Policía y el Real Madrid piden a los aficionados que acudan al Bernabéu con mucha antelación. Así mismo, los seguidores del equipo azulgrana serán acomodados en sectores opuestos a los ocupados por los aficionados merengues. Además, en todas las puertas de acceso se colocarán detectores de metales, incluso para el palco de autoridades.
Sin embargo, el dispositivo de seguridad desplegado en torno al Clásico no es único. El juego de futbol más famoso del mundo en la actualidad sigue la tendencia en materia de seguridad que inició Estados Unidos el pasado fin de semana, en donde la liga de asquetbol (NBA), futbol americano (NFL) y de hockey sobre hielo (NHL) se coordinaron con el FBI y el Departamento de Seguridad para reforzar los controles en los estadios con más agentes, detectores de metales y perros.
El resto de Europa se sumó también a esta iniciativa y de esta forma se activaron protocolos antiterroristas en los partidos de selecciones, entre ellos el Inglaterra-Francia del martes pasado y el Bélgica-España, que finalmente se suspendió. Mientras tanto, todos esperan que pronto el tema principal vuelva a ser el deporte y los titánicos dispositivos de seguridad pasen a segundo término o incluso innecesarios.
