Puebla, se ha señalado en meses recientes, se ha convertido paulatinamente en un lugar de residencia y operación de jefes del crimen organizado en el país. Los choques violentos entre grupos delictivos y los arrestos de diversos capos así lo han revelado. Además, los comunicados y mensajes enviados por criminales hacia sus enemigos en esa plaza también muestran cómo esa presencia ha crecido en municipios poblanos e involucra a prácticamente todos los cárteles del país.
Por Fernando Montiel
Ciudad de México, 18 de noviembre (SinEmbargo).– A principios de noviembre apareció una comunicación que causó revuelo e inquietud en Puebla. Se trataba de un “Comunicado” firmado por R19 Gente Nueva Cartel de Sinaloa en el que se anunciaban acciones violentas (“…esto es una limpia la guerra no es contra el pueblo…”) que tendrían lugar en un conjunto de municipios de Puebla y Oaxaca. Ahí se hablaba de toques de queda (“…se le advierte a la población no salir de noche después de las 10…”); se apuntaban enemigos (“…no estamos aliados con Golfos, ni Jalisco ni mucho menos con con (sic) Z…”), se identificaban aliados (“…somos Cartel De Sinaloa unidos con los Ántrax Gente Nueva…”) y se señalaban líderes (“…comandado por el R19 o el LOCO”).
¿Qué tan veraz es la información? A ciencia cierta, nadie lo sabe, y es que en materia de narcotráfico nada puede darse por sentado. Sin embargo, es importante tratar de dilucidar qué es y qué significa aquella comunicación.
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El texto firmado por el R19, Gente Nueva, Cártel de Sinaloa tiene mucha información y gracias a ello, ofrece amplias posibilidades de análisis (por ejemplo: la relación detallada de los municipios donde habrán de actuar, permitiría un seguimiento cronológico de los eventos en esos lugares –en el pasado reciente y su evolución futura– con lo que se podría confirmar –o refutar– en el corto y mediano plazos la veracidad de lo anunciado en el escrito).
En cualquier caso, existen dos grandes criterios que permiten evaluar en primera instancia la calidad de la información: la credibilidad de la fuente y la posibilidad de verificación independiente de los hechos. La debilidad en cualquiera de estos dos pilares arroja un manto de duda sobre los datos.
(Ejemplo.– En la década de los noventa la revista Proceso tenía la política de no dar a conocer información cuya fuente fuera dudosa o no identificada: en aquellos años el semanario se negó a publicar comunicaciones anónimas sobre el espionaje en el Gobierno federal que le hizo llegar Marcela Bodenstedt, ex locutora, ex agente de la Policía Judicial y vínculo entre el Cártel del Golfo con la Presidencia de la República –al ser pareja sentimental de José Córdoba Montoya, entones, secretario privado de Carlos Salinas de Gortari).
Si bien el análisis del texto referido puede ser muy extenso, aquí nos limitaremos sólo a presentar algunos apuntes.
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El contenido del texto es congruente y verificable en casi todos los puntos. Por ejemplo: efectivamente existe un grupo de choque llamado Gente Nueva; efectivamente Gente Nueva está asociado al grupo delictivo conocido como el Cártel de Sinaloa; efectivamente existe un grupo llamado Los Ántrax; efectivamente Los Ántrax operan en concierto con Gente Nueva y el Cártel de Sinaloa; efectivamente la configuración actual de las disputas entre las organizaciones presenta al Cártel de Sinaloa en colisión con aquellos señalados como enemigos (“…Golfos…Jalisco…Z…”); efectivamente varios de los municipios referidos en el documento coinciden con eventos recientes asociados a la delincuencia organizada, para el caso de Puebla, entre otros: robo de combustible (Tehuacán y Texmelucan), enfrentamientos armados (Quecholac) y ejecuciones (Tepeaca y Palmar de Bravo) y el punto anterior además daría sustancia y lógica efectiva a la amenaza de “limpia” con “la Barredora” en Puebla y Oaxaca –como anuncia el texto los futuros choques armados.
Pero hay más.
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El comunicado difundido en 2015 coincide en su estructura y planteamientos generales con un breve anuncio liberado –también mediante redes sociales– a mediados de agosto de 2014.
Decía íntegro:
GENTE NUEVA CONTINUARÁN limpiando MÉXICO de ratazzz.
Esto es para esos rateros secuestradores extorsionadores esos que cobran cuotas.. ustedes ZETAS….LINEAS… TEMPLARIOS.. BELTRANES..
Comunicado GENTE NUEVA
Levantones y aparición de ejecuciones aumentarán a PARTIR del 17 de agosto.
Estaremos trabajando las 24 hrs.
CIUDADANOS
Empezamos la limpia.
Las rataz daña a nuestra nación y a nuestra gente pobre.. asi que eso no se va a poder.. GENTE NUEVA… activo y adelante…
Att: GENTE NUEVA…
Cartel de Sinaloa
En ambos documentos, el de agosto el 2014 y el de noviembre de 2015 se denuncia a los mismos actores (“…secuestradores, extorsionadores…”, etcétera) y en los mismos términos (descalificándolos como “ratas”). Si bien algunos de los adversarios cambian (en el texto de 2014 se menciona al hoy disminuido grupo de los Beltrán, y al derrotado grupo de La Línea –brazo armado del Cártel de Juárez– y a la hoy casi desaparecida organización de Los Caballeros Templarios) las alusiones e ilustraciones –a la patria, a los pobres y a los desprotegidos– son similares como parecidas son también las metáforas de “trabajo” y “limpieza”.
Todo lo anterior abona a la hipótesis de que el “comunicado” difundido en noviembre de 2015 es algo digno de ser tomado con seriedad.
[Lo que dicho sea de paso, confirmaría la hipótesis central de mi artículo “La geografía del narco: Puebla” –publicado en Gatopardo (Ago. 14, 2015) y reproducido después en SinEmbargo (septiembre 22, 2015) y otros lugares–. ¿Y cuál era esa hipótesis? qué los tiempos de paz en Puebla llegaron a su fin].***
Como ya se señalaba, el comunicado –ya sin comillas– de noviembre de 2015 es congruente en casi todos los puntos.
Pero casi todos no es igual a todos.
A diferencia del texto de 2014, el de 2015 no está escrito de manera casi telegráfica y en tercera persona, sino de un modo más articulado en la narración y con expresiones en primera persona, a veces del plural (“…vamos por todos los taxistas… vamos por los extorsionadores…”) y a veces del singular (“…traigo apoyo del CHAPO al 100 mis plebes… hago un atento llamado… no me querrán de enemigo…). A diferencia del de 2014, el de 2015 está firmado no sólo por un grupo (Gente Nueva) sino por una persona también: el R19.
En el texto no hay más información sobre su autor individual más allá de que está apoyado por Joaquín Guzmán Loera y que otro de sus sobrenombres es El Loco. El medio que dio a conocer el documento original (la página de Facebook, Historia del Narco el 2 de noviembre) confirma esta información en una publicación (17:45 horas) –colocada inmediatamente después de difundir el comunicado (17:44 horas)– en la que aparece una mujer con el rostro difuminado y en la que se señala: “…Es una chica con múltiples talentos respaldada por el su novio R19 o el loco escolta del Chapo Guzman.”
Algún observador podría recordar que un hombre llamado Joel Enrique Sandoval Romero fue detenido por la Marina Armada en Culiacán en un operativo conjunto con la PGR y la Policía Federal en febrero del 2014 como lo informó la Secretaría de Gobernación en el Boletín 092/14.
¿Y esto por qué es relevante? Porque según lo difundido por medios de información, Sandoval Romero se desempeñaba como jefe de sicarios de Ismael El Mayo Zambada (es decir, pertenecía como su jefe al Cártel de Sinaloa, liderado también por Guzmán Loera) y –más importante para el tema que nos ocupa- porque sus sobrenombres eran –siempre según lo publicado por la prensa en aquél momento– “El 19” y “El Loco”.
¿Es “El R19” o “El Loco” que firma el texto de noviembre de 2015 –en el que se habla de Puebla y Oaxaca– el mismo hombre que fue detenido por la Marina en Sinaloa en 2014? Aunque sus sobrenombres coinciden de forma idéntica en uno de los casos (“El Loco”)– y ambos pertenecerían a la misma organización (el Cártel de Sinaloa)- el segundo de sus apodos es diferente por una letra (“El R19” en el caso del primero y “El 19” en el caso del segundo). Es difícil que lo sea, ya que habría que considerar la dificultad que conlleva liderar desde una prisión de máxima seguridad los enfrentamientos anunciados: 96 horas después de su arresto, Sandoval Romero fue consignado por la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) al Penal del Altiplano por los delitos de delincuencia organizada, acopio y portación de armas de uso exclusivo del Ejército.
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En todo caso –y hay que decirlo– hay muchas discrepancias en la información. El semanario Proceso dice que Sandoval Romero era “encargado de las comunicaciones del Cártel de Sinaloa en esa región” (“La cacería del Chapo, paso a paso” Proceso. No. 1947 Feb 23, 2014); La Jornada publicó –citando textualmente un comunicado conjunto de la PGR, Semar y PF- que “El 19 o El Loco es considerado uno de los principales operadores de El Mayo Zambada” a lo que luego agregó –ya sin comillas pero refiriéndose al mismo documento- que “su función principal era coordinar la seguridad del capo del narcotráfico.”; la información difundida por La Jornada es parecida a la publicada por El Universal (“Presunto escolta de Zambada ingresa a penal federal”. Feb. 17, 2014) pues dice que: “El 19 o El loco, es considerado uno de los principales operadores del Mayo Zambada” pero atribuye esa afirmación a “reportes de inteligencia” y no “un comunicado conjunto de la PGR, Semar y PF” como lo hace La Jornada.
La detención de Salvador Romero está consignada en un boletín de la Secretaría de Gobernación –emitido el 14 de febrero- en el que no se menciona ninguno de los sobrenombres del detenido (ni “El 19” ni “El Loco”), y en el que tampoco se habla de su función dentro de la estructura del cártel de Sinaloa (ni como “jefe de escoltas de Ismael El Mayo Zambada” –El Universal–, ni como “escolta de el Chapo” –Historia del Narco–, ni como “encargado de las comunicaciones del Cártel de Sinaloa en la región” –Proceso).
¿Y el famoso boletín conjunto entre la PGR, la Marina y la Policía Federal que citan las fuentes periodísticas? No aparece. Entre el 10 y el 20 de febrero de 2014 –cuando ya los medios daban cuenta pública del hecho– no existe ni en el archivo de prensa en línea de la PGR, ni en el de la Secretará de Marina, ni en el de la Comisión Nacional de Seguridad ni en el de la Presidencia de la República: dato no menor tomando en consideración que –siempre según las mismas fuentes periodísticas y las autoridades– la detención de la célula de Sandoval Romero fue clave (gracias a “tareas de inteligencia” dicen –una mentira–) para la aprehensión posterior de Guzmán Loera, también en Sinaloa, 10 días después.
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Muchas más cosas pueden ser dichas [Por ejemplo.- sobre la ortografía. Si bien la del texto es mejor que la acostumbrada en “narcomantas”, tampoco es impecable; pero se trata de un detalle periférico, después de todo, Diego Osorno –quien tuvo acceso a las memorias de Miguel Ángel Félix Gallardo para escribir su libro El Cártel de Sinaloa (Grijalbo, 2009)– me ha dicho que la redacción del capo “no era tan mala”].
Aquí se han presentado apenas algunos ángulos del tema y sus análisis. Pero hay preguntas que permanecen. ¿Es el autor individual del documento de noviembre de 2015 el mismo que se encuentra hoy recluido en el penal de alta seguridad de El Altiplano en el Estado de México? En temas de narcotráfico nada es seguro y todo es posible. En todo caso, sí existen rastros –aunque tenues– de una persona apodada “El R19”, vinculada con Gente Nueva, cuyas andanzas en el norte del país se registran todavía en fechas posteriores a la detención de Joel Enrique Sandoval Romero. Su identidad sigue siendo un misterio.
¿Es legítimo el anuncio que advierte de confrontaciones en Puebla y Oaxaca? ¿Es parte de una estrategia de presión/negociación –obviando el interregno de la mini-gubernatura– al nuevo gobierno de cara a la sucesión sexenal? No es claro. Pero en lo que se refiere al comunicado, creo que hay que tomarlo en serio.
Fernando Montiel. Es profesor en la Cátedra Unesco en Ética y Cultura de Paz del Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México. Analista en temas internacionales y especialista en Estudios de Paz. Consultor en prevención de la violencia, manejo de conflictos y construcción de paz. Autor de los libros “Morir por nada: Narcotráfico y violencia de estado en México” (L.D. Books, 2012) y “Días violentos: 77 imágenes del conflicto en el siglo XXI” (TUP, 2011), entre otros.
@FmontielT