A pesar de que el nuevo gobierno liberal de Justin Trudeau adelantó que suspenderá el ataque aéreo de las fuerzas canadienses sobre Siria e Irak contra el llamado Estado Islámico (EI), se han reforzado las medidas de seguridad en los lugares públicos.

El Sistema de Transporte de Toronto (TTC) ha desplegado elementos de seguridad en las estaciones y vagones del metro, mientras que exhortan a la población a reportar cualquier acto irregular o sospechoso a las autoridades de transporte.

“Aun cuando no hay una específica amenaza contra Toronto, hay que mantenernos vigilantes”, expresó el vocero de la TTC Brad Ross.

Se informó que alguaciles especiales de la TTC han patrullado las rutas de los trenes urbanos y las estaciones del metro.

El investigador en seguridad nacional, Arne Kislenko, de la Universidad de Ryerson, aseguró que Canadá está en riesgo debido a su participación en los ataques en el cielo de Siria contra el EI.

“Debemos estar conscientes de que somos un blanco de terror porque ISIS (EI) ve a Canadá como una extensión de Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países contra los que están combatiendo”, afirmó.

En tanto, algunas aerolíneas de Canadá no cobraron penalidad a los viajeros que decidieron cancelar sus vuelos a París este fin de semana, como resultado de los hechos ocurridos en la capital francesa donde murieron 129 personas.

Por otra parte, en la localidad de Peterborough, al norte de Ontario, la policía investiga un incendio en la única mezquita de esa ciudad, aparentemente provocado.

“Parece que fue intencionado como un acto criminal de odio”, señaló Zahid Sultan, vicepresidente de la Asociación Musulmana de esa localidad.

Según las primeras investigaciones, el incendio parece haber sido provocado por una botella con líquido inflamable que fue arrojada al interior del inmueble. Los daños se calculan en cien mil dólares.

Luego de que se conoció la posible identidad siria de uno de los atacantes del “viernes negro” en París, se ha despertado entre algunos canadienses, sobre todo los más conservadores, la preocupación de traer a 25 mil refugiados sirios, tal como lo ha prometido el primer ministro Trudeau.