En su conferencia de prensa diaria, el vocero de la ONU, Stephane Dujarric, aseguró que la respuesta a los migrantes que huyen de la violencia en Medio Oriente, y específicamente de Siria, debe ser la “compasión y la empatía” y no el rechazo, como han propuesto algunos gobierno y políticos.

“Es entendible que los países deben tomar las medidas necesarias para proteger a sus ciudadanos ante cualquier forma de terrorismo, pero enfocarse en refugiados y personas vulnerables que huyen ellas mismas de la violencia no es la manera de hacerlo”, afirmó Dujarric.

Tras los atentados de París, y de que informes de prensa revelaran que es posible que uno de los atacantes pudiera haber ingresado a Europa como refugiado de Siria, varios líderes europeos han anunciado medidas contra la migración o han llamado a implementarlas.

El gobierno de Polonia decidió dar marcha atrás a sus acuerdos de recibir refugiados del Medio Oriente por razones de seguridad, en tanto que políticos conservadores de Holanda, Francia y Alemania llamaron a sus gobiernos a cerrar las fronteras a los refugiados.

Por su parte, gobernadores republicanos de seis estados de Estados Unidos decidieron que no aceptarán a más refugiados sirios por razones de seguridad. A los anuncios del domingo en Alabama y Michigan se unieron hoy Texas, Arkansas, Louisiana e Indiana.

Por su parte, el organismo de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) coincidió con Naciones Unidas (ONU) en que los líderes del mundo en desarrollo deben rechazar la tentación de aplicar medidas anti-inmigrantes y contra los refugiados en respuesta a los ataques en París.

En un comunicado, AI dirigió su llamado a los líderes del Grupo de los Veinte (G-20) que se encuentran reunidos en Turquía, a quienes pidió responder a los “despreciables ataques” sucedidos en París con “verdadera visión de estadista”.

John Dalhuisen, director de AI para Europa y Asia Central, apuntó que los líderes mundiales deben rechazar la retórica contra los refugiados que “ya comienza a emanar de ciertas facciones”.

“Debemos recordar que muchos de quienes tratan de llegar a un santuario han huido de la violencia, el miedo y el conflicto provocados a menudo por el mismo grupo conocido como el Estado Islámico tanto en Siria como en Irak”, sostuvo Dalhuisen.

Destacó que Europa sufre dos retos comunes en el presente: la amenaza del largo plazo del terrorismo y el aumento en el número de refugiados y asilados, pero que estos desafíos son distintos y que sólo uno representa un peligro.

“Los líderes europeos deben ser cuidadosos de distinguir entre estos retos y tener claro que la seguridad de Europa no es atendida de mejor manera al voltear la espalda a la crisis global de refugiados, sino al garantizar la admisión ordenada, organizada y humana de quienes huyen de horrores similares”, dijo.

En este año, más de 700 mil refugiados han arribado a Europa en busca de asilo, la mitad de los cuales provienen de Siria, una nación devastada por un conflicto que ha generado en más de cuatro años el desplazamiento de más de 11 millones de personas.