El director de cine canadiense reflexiona sobre su película reciente, Remember, cuyo tema central es la venganza
Por Astrid Riehn
Ciudad de México, 10 de noviembre (SinEmbargo/dpa).- “No soy un moralista, soy un humanista", afirma el director de cine canadiense Atom Egoyan al reflexionar sobre su última película, Remember, uno de cuyos temas centrales es la venganza.
“La película no pretende ofrecer una senda moral, simplemente muestra dos seres humanos", aseguró Egoyan en entrevista con dpa.
Esos dos seres humanos son Max (Martin Landau) y Zev Gutman (un impecable Christopher Plummer), dos ancianos internados en un asilo con un pasado en común: haber sobrevivido al campo de concentración de Auschwitz.
Si bien Zev sufre de demencia senil y olvida cosas a cada rato -sobre todo después de la reciente muerte de su esposa, Ruth-, Max, que está postrado en una silla de ruedas pero completamente lúcido, le encarga encontrar al nazi que mató a sus familias hace 60 años. Y darle muerte.
De esta forma, Zev emprende un largo viaje en busca de los únicos cuatro Rudy Kolander -nombre falso del ex SS- que siguen con vida, con la esperanza de encontrar al responsable del sufrimiento de su familia y la de su amigo.
“Soy de familia armenia y estas historias extremas de violencia y tortura, necesidad de justicia y venganza son las historias que escuchaba de chico, por eso esta historia me conmovió tanto", dijo el director de películas como The Sweet Hereafter, Exotica y la recordada Ararat, sobre el genocidio armenio, quien aunque suele escribir sus guiones, se basó para esta película en un libro de Benjamin August.
LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD
Como en otras muchas películas de Egoyan, Remember trata temas como la búsqueda de la verdad, la identidad, la inmigración y la memoria, aunque en este caso se suma una vuelta de tuerca un tanto sorprendente hacia el final que resignifica el film.
“Existe la idea de que el tiempo cura todas las heridas, pero en este caso el tiempo no cura nada”, dijo el cineasta nacido en 1960 en El Cairo, Egipto.
“Algo los inspira y les da esta gran cantidad de energía intelectual a Max y de energía física a Zev. No son procesos de envejecimiento normales, estos dos hombres han experimentado algo muy radical”, explicó Egoyan.
Por eso, cree que Remember, que compitió por el León de Oro en Venecia, donde no tuvo gran aceptación de la crítica, puede verse como un complemento de Ararat, ya que trata “sobre los efectos residuales de la historia con el paso del tiempo y sobre cómo nos formamos cuando nuestra historia personal involucra traumas”.
En palabras del director, nunca se puede saber a ciencia cierta cuáles serán los efectos de algunos hechos históricos sobre los hijos de los victimarios y las víctimas. Algo similar a lo que sucede actualmente con la crisis de los migrantes que intentan llegar a Europa.
“El genocidio es la expulsión causada por una decisión de Estado de erradicar una raza. Los migrantes están huyendo de una vida que no pueden seguir viviendo, pero no están siendo expulsados por un acto de exterminio”, explicó este hijo de refugiados armenios criado en Canadá.
Lo que tienen, en todo caso, en común fenómenos como el Holocausto, el genocidio armenio y la actual crisis de refugiados para el director es que siempre es difícil predecir sus consecuencias.
“No sabemos a qué llevará (la crisis de refugiados). Es algo que está sucediendo, está en progreso, estamos testeando distintas tolerancias. Hace poco leí en el New York Times que más de la mitad de un pueblo del este de Alemania estará habitado por inmigrantes. Parece una receta para el desastre, pero veremos. Europa está lidiando con un experimento radical”, afirma.
Se supo que en la víspera que el cineasta Atom Egoyan recibirá el Premio Internacional al Cine Digital El Pochote 2014, un galardón que otorga la Galería Arvil, en conjunto con el Centro de las Artes de San Agustín, Etla, Oaxaca; la Cineteca El Pochote de Oaxaca, Oaxaca, (animada y creada por el pintor Francisco Toledo), la Cineteca Nacional y el maestro Jaime Humberto Hermosillo.