México subió un lugar en el Índice de Competitividad Internacional 2015 al posicionarse en el puesto 36 de 43 países, pero se colocó en los últimos tres lugares con los peores niveles en Estado de Derecho.
Ciudad de México, 9 de noviembre (SinEmbargo).– México sólo avanzó un lugar en el Índice de Competitividad Internacional 2015, al pasar de la posición 37 a la 36, de 43 países evaluados. De acuerdo con los indicadores que fueron tomados en cuenta, los que frenaron el avance del país son los relacionados con materia de derecho y corrupción.
Los resultados del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) ponen a México por sobre Argentina, Colombia, Indonesia, India, Guatemala y Nigeria, y por debajo de Sudáfrica y Perú.
En términos generales, el mundo disminuyó en 2 por ciento su índice de competitividad, sobre todo en materia de derecho, medio ambiente, una menor cobertura de salud, menor libertad de prensa, libertades civiles, menos estabilidad política y una menor seguridad en Internet.
En el caso de México, Rodrigo Gallegos del IMCO, explicó que el país no ha logrado recuperarse de la crisis de violencia de 2006.
"El país se ha estancado. Se mejoró en cosas de Estado de Derecho pero fueron insuficientes, la confianza en la policía se deterioró y hubo mayores homicidios. Hay menos agua disponible por habitante y una mayor ocupación de fertilizantes. Hay más gasto destinado a la salud por parte de las familias", comentó durante la presentación del Índice.
Para María Amparo Casar, Directora de Anticorrupción del IMCO, explicó que la corrupción es el enemigo público número uno: no se ha logrado combatir y en México frena el desarrollo económico, derrota el emprendedurismo, disminuye la productividad, favorece el rentismo e inhibe la inversión.
Por tal razón, sostiene la investigadora, México tiene a los ciudadanos más desencantados con su democracia. "Es una desgracia para los mexicano, confiamos cada vez menos", dijo.
De acuerdo con información de su estudio Transamos y no avanzamos, sostiene que la corrupción disminuye el bienestar social, reduce la eficiencia del gasto y agrava la desigualdad.
Las pérdidas que ocasiona la corrupción son de entre 2 y 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) anual.
Según un estudio ejemplo puesto por Amparo Casar, si en 2014 el PIB nacional fue de 17 mil millones de pesos y se le resta una pérdida de 5 por ciento por corrupción (cifra promedio resultado del margen de entre 2 y 10 por ciento), la pérdida, de 890 millones de pesos, equivale a 87 veces el presupuesto de la UNAM; 7.7 veces el presupuesto de la SEDESOL; y tres veces el presupuesto de la SEP.
"México tiene una calificación de corrupción que corresponde a un país con un PIB entre 2 y 10 veces menor, cifra que es vergonzosa para ser la 15 economía mundial", agregó.
En México se destinan sólo 5 centavos al combate a la corrupción por cada 10 mil pesos ejercidos, cuando en otros países como Hong Kong y Singapur, por ejemplo, se gastan hasta 120 pesos, comentó por su parte Juan Pardinas, Director general del IMCO.
"Necesitamos potenciar la tecnología y reducir el efectivo. El dinero en efectivo es a la corrupción lo que el agua a la navegación, es la plataforma que le permite subsistir", comentó.
Potenciar el uso de tecnología anticorrupción, sería para ofrecer un pleno acceso a sistemas ínter inyectados de información financiera y fiscal, como el SAT, de la CNBV, Compranet y otras; sin embargo, actualmente sólo 38 de 2 mil 457 municipios y delegaciones cuentan con trámites interactivos.
Datos del IMCO muestran que todos los años se registran más de 200 millones de pequeños actos de corrupción y se destinan para ello 32 mil millones de pesos en mordidas, cada una con un costo promedio de 165 pesos.
Por esta razón, agrega Pardinas, es necesaria una institución que pueda atender todos estos actos, sin embargo, de los delitos cometidos, el 99 por ciento quedan en la impunidad.