El 24 de agosto pasado, SinEmbargo reveló que la Unidad Científica de la PF dio con una red criminal que atacó a medios, periodistas y políticos considerados rivales de sus clientes. Uno de los más asiduos fue Adrián Rubalcava. Entre los agraviados por su encargo están María Fernanda Fosado y su abogado, Ulrich Richter. Ambos mantienen una batalla legal para recuperar la custodia de Valentina, la hija de Fernanda y Juan Manuel, hermano del ahora Diputado en la ALDF.
Por Linaloe R. Flores y Humberto Padgett
Ciudad de México, 21 de octubre (SinEmbargo).– ¿Qué causas sociales va a defender en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF)? –se pregunta María Fernanda Fosado Bracho. Está hablando de quien fue su cuñado, Adrián Rubalcaba Suárez. Hace casi dos años que Juan Manuel –hermano del ex Delegado de Cuajimalpa– se llevó a Valentina, hija de los dos, mediante un proceso legal en el que el presunto tráfico de influencias ha reinado.
“Los días de pesadillas suelen contabilizarse casi en segundos”, dice María Fernanda Fosado en una tarde de agosto, sin lluvia, en el bufete de sus abogados.
El relato sobre su ex cuñado continúa:
“¿Con qué sangre una persona puede llegar a representar a la sociedad de esta manera? ¿Qué va a representar [Adrián Rubalcava] si dentro de su propia familia está apoyando esta injusticia? Ellos creen que me están dañando a mí, pero están dañando a mi hijita de seis años. Yo le pido que se toque el corazón y ponga fin a esta pesadilla. Que entren en razón. Que mi único interés es que me devuelvan a mi hija”.
Este diario digital dio a conocer que Juan Carlos Zaragoza Ríos, un empleado de Televisa, habría montado una estructura cibernética para acosar y difamar en las redes sociales por encargo de políticos. Uno de los más asiduos a este servicio era Adrián Rubalcava Suárez, ex Delegado de Cuajimalpa y Diputado en la ALDF.
María Fernanda Fosado Bracho y Ulrich Richter, su abogado, identificaron por el modus operandi descrito en la investigación que ellos también estuvieron bajo la misma táctica en los pasados meses.
A través de cuentas de Twitter y videos en YouTube fueron acosados y difamados mientras daban la batalla en varias instancias legales para recuperar la patria potestad, guardia y custodia de Valentina Rubalcaba Fosado.
El rostro de Fernanda Fosado Bracho empezó a conocerse en los medios informativos después de aquel día, cuando acudió por Valentina a la escuela y fue informada que un agente del Ministerio Público había impuesto una orden de restricción en su contra. Si no podía ver a su hija a la salida del plantel, tampoco en su domicilio. Mucho menos, tenía permitido entablar comunicación con ella. Valentina tenía cuatro años. Había vivido siempre en la casa maternal. Pero en los siguientes cuatro meses, madre e hija no volverían a abrazarse.
“No tengo interés ni político ni económico. Si he luchado por mi asunto, me ha costado mucho. No es sencillo exhibir ni exponer tu vida ante millones de personas con millones de juicios distintos. Pero si lo he hecho, si he decidido hacerlo, es porque quiero a mi hija de regreso”, son las palabras de María Fernanda. Luego, añade: “Que dejen de emplear su poder para fastidiar. Que enfoquen su poder para ayudar a las personas. Que utilicen sus recursos no en pagar memes y personas que agredan a quienes no les gusta la injusticia”.
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El 21 de enero de 2014, Juan Manuel Rubalcava presentó a Valentina para que declarara ante un agente del MP de la Fiscalía Central de Investigación para la Atención de Niños, Niñas y Adolescentes de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal [PGJDF] por el probable delito de violencia intrafamiliar que su madre habría cometido en su contra, lo que originó la averiguación previa FNNA/D/T3/22/14-01.
“Adrián fungió como testigo. Finalmente es su hermano. Son familia. Pero me sorprende. Como funcionario público debería mantener el orden dentro de su familia, en vez de sumarse a una injusticia y extenderle la mano a su hermano para lograr lo que han logrado hasta el día de hoy, que es que yo lleve un año siete meses sin poder tener a mi hija donde debe estar”, relata Fernanda Fosado.
Lo que siguió fue una carta dirigida al Procurador General de Justicia del Distrito Federal, Rodolfo Ríos Garza; la Fiscal Central de Investigaciones para la atención de Niños y Niñas, Margarita Maguey Neria, así como a la comisionada de los Derechos Humanos del Distrito Federal, Perla Gómez. Los abogados de Fernanda Fosado detallaron supuestos abusos e irregularidades en el proceso en el que Valentina fue arrancada del hogar de su madre. En ese documento quedó relatado que cuando el agente del MP, Ricardo Serrano, interrogó a la menor no fueron respetados los protocolos de la Convención sobre los Derechos del Niño ni el de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Durante el cuestionario, no estaba presente ningún psicólogo ni ningún otro profesional especializado en menores. La niña tampoco contó con el acompañamiento de un abogado ni se siguió ningún método acorde con su edad. De la audiencia de Valentina no hay audio ni video.
Desde que sobrevino el divorcio de sus padres, Valentina Rubalcava siempre vivió en la casa maternal. Fue Fernanda quien obtuvo la patria potestad y custodia por parte de un juez en aquel entonces. El padre la podía ver martes y jueves. Los fines de semana, los pasaba uno con ella y el otro, con él.
Cuando se le pregunta por la decisión del divorcio, Fernanda Fosado responde: “Yo tomé la decisión de divorciarme por un tema de control, de abusos, de violencia psicológica y en ocasiones, física. Al poner fin, obviamente le quité su punching bag. ¿De qué manera él puede volver a retomar ese control que tenía sobre mí si no es a través de mi hija? ¿De mi niñita? Tristemente el rencor y las ganas de fastidiarme la vida son superiores al amor que le tiene a mi propia niña. Si no, no haría esto”.
Una demanda de amparo y un recurso de revisión fueron interpuestos dadas las irregularidades del proceso identificadas por los abogados de Fernanda Fosado. De modo que el Séptimo Tribunal Colegiado de Amparo en materia Penal del Distrito Federal resolvió el recurso de revisión identificado con el número 91/2014. En este punto de la historia legal, Valentina tendría que haber regresado con su madre; pero Juan Manuel Rubalcava volvió a demandar en el ámbito de lo familiar.
Fue en esa instancia, el 30 de abril de 2014, cuando el Juzgado Segundo de lo Familiar del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal le otorgó a María Fernanda Fosado un régimen de convivencia provisional con su hija. Desde entonces, Fernanda se encuentra con Valentina en el Centro de Convivencia Familiar del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, el que fue construido en 2000 en la administración de Vicente Fox Quesada y que a los seis años de funcionamiento ya presentaba saturación de casos.
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Algunos medios de comunicación se acercaron a Fernanda Fosado en cuanto conocieron su caso. Identificaban una historia periodística que debía ser relatada porque desde el principio como ahora, latía una pregunta: ¿Hubo tráfico de influencias en un proceso del ámbito familiar?
Durante junio, julio y agosto del año pasado, Fernanda Fosado y sus abogados identificaron una campaña a través de Twitter y Youtube basada en comentarios ofensivos en su contra. Las cuentas de donde surgían los mensajes difamatorios y acosadores apoyaban al mismo tiempo o después a Adrián Rubalcava Suárez. Es una táctica similar a la que periodistas de este diario digital vivieron en septiembre y octubre del mismo año y a la que fue sometido el perredista Luis Espinoza Cházaro, rival político de Adrián Rubalcava, según se identifica en el expediente 074/2015, abierto después de la denuncia de integrantes de SinEmbargo.
Sobre el ataque hacia Fosado Bracho y su abogado hay una denuncia ante el Agente del MP en la Fiscalía Desconcentrada de Investigación en la PGDF.
@Noticias_Caribe es una de las cuentas de Twitter desde las que se operó. Desde ahí, lo mismo se le dijo “cobarde” y “mentiroso” a Luis E. Cházaro, que fue difundido un fotomontaje (meme) del director de Contenidos de este diario digital. Y también desde ahí fueron lanzadas fotos de mujeres mutiladas y decapitadas, de cuyo asesinato acusaban a la señora Graciela Bracho Esquitin, madre de Fernanda Fosado Bracho.
@Lu12Wendy es otra. Un día de julio se dijo desde esta cuenta que el asunto entre Juan Manuel Rubalcava y María Fernanda Fosado no se resolvía debido a su abogado, al que llamó gágster. Otro día del mismo mes, halagó el trabajo de Adrián Rubalcava. El mismo comportamiento tuvieron @rodrigo87174, @rodriGuCc1 o @roxana91104.
El ex Delegado de Cuajimalpa, Adrián Rubalcava, fue contundente ante la periodista Lily Téllez en una entrevista para el Canal 40, de TV Azteca. Sostuvo que él no tenía ninguna relación en el conflicto familiar de su hermano, Juan Manuel.
Pero después de que periodistas de SinEmbargo denunciaron ante la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión y una denuncia anónima, la Unidad Científica de la Policía Federal intervino el teléfono celular de Juan Carlos Zaragoza Ríos, un exempleado de Televisa que aparentemente –en ese momento– brindaba servicios para desplegar campañas cibernéticas de acoso.
Uno de los audios intervenidos, el de 24 de junio de 2015, da cuenta que el ex Delegado le mintió a la periodista.
Juan: Ahora sí, ¿qué ondón?
Adrián: Ya te oigo chingón.
Juan: (se ríe) ¿Qué pasó?
Adrián: ¿Qué onda? Hermanito, ¿cómo estás?
Juan: Aquí dándole con algo de tu hermano.
Adrián: ¿Dando qué?
Juan: Aquí dándole con algo de tu hermano.
Adrián: ¿Qué está molestando otra vez?
Juan: Ehhhh, alguien le sacó una nota del Excélsior, un periodista
Adrián: Esa sí la vi, que me madrea a mí también, ¿no?
Juan: Sí, sí, sí.
Adrián: Que se siente muy chingón el güey.
Juan: Ándale y aquí andaba haciendo unos memes.
Adrián: ¿A este güey? ¿O qué?
Juan: Sí, al periodista.
Adrián: Yo creo que hay que esperarse ahí.
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Cada 15 días, se levanta de madrugada. Quiere hacer que el tiempo rinda.
Debe preparar lo que llama “ajuar” para su hija. Casi siempre, hace sopecitos porque sabe que a Valentina, de seis años, le encanta embarrarse de crema. Los lleva en bolsas de plástico con hologramas de princesas. Un pequeño regalo no le falta en la maleta. El último fue un álbum de fotografías. En la dedicatoria le dijo: “Para que tú, hija, lo armes con las fotos que yo te iré trayendo”.
María Fernanda Fosado Bracho, una mujer de 28 años de edad, acude a la cita dictada por un juez en el Centro de Convivencias a ver a su hija, Valentina. Aunque está marcada a las 9:00, con regularidad el padre llega a las 9:30 horas. Entonces, sólo les queda una hora y media para jugar. A las 11:00 horas, se acerca una psicóloga y anuncia que el tiempo ha transcurrido, que la visita se acabó.
Y están esos días, cuando el padre y Valentina no llegan. Las horas pasan para Fernanda quien se queda sentada en una banca. La explicación será que la niña estaba enferma.
“Mi hija va el centro de convivencias y tiene los ojos tristes. Me hace comentarios. Hay momentos en los que me tengo que voltear para que se me caigan las lágrimas y no me vea llorar. Me dice que me extraña, que me necesita, que se quiere ir a vivir conmigo”, relata Fernanda en entrevista.
Y vuelve a plantear:
“¿Qué tipo de amor le está entregando su papá si la arrebató de mi lado? Ella me extraña, ella me necesita. Es una niña de seis años a la que le partieron su mundo cuando más necesitaba el amor y la estructura maternal. Mi hija podrá estar bien cuidada, podrá viajar a Cancún [porque aparentemente se la llevan a Cancún cada fin de semana], podrá tener todos los regalos, los juguetes y la ropa más linda del mundo, pero si no tiene lo más preciado en este momento, ella no tiene nada”.
–Fernanda, ¿en dónde está tu esperanza?
– Mi esperanza es recuperar a mi hija. No tengo una esperanza más. El daño que ya nos hicieron es irreparable. No volverán a reconstruir ese dolor y ese trauma de no haberme tenido con ella y no haberme sentido a su lado. Por mi parte, como madre, como mujer, me han dejado marcada de por vida. Creo que sí puedo restituir el amor con amor. Tenerla a mi lado es lo único que yo quiero. Que no estén metiendo manos para obtener resultados favorables para ellos, que no estén utilizando ni sus influencias políticas ni económicas para seguir dilatando el proceso. Que no usen el poder para hacer daño.