El templo de Quechula, Chiapas, emerge de las aguas del río Grijalva tras 49 años

19/10/2015 - 8:47 am

Con la construcción de la presa Malpaso en 1966, se perdieron bajo las aguas del río Grijalva las mejores tierras de cultivos, pero sobre todo, a los habitantes de Quechula les dolió perder el templo del Señor Santiago.

Foto: Notimex
El templo de más de 400 años de construcción, volvió emerger de las caudalosas aguas del Grijalva, lo que conforma el embalse de la presa. Foto: Notimex

Tuxtla Gutiérrez, 19 Oct (Notimex).- Indígenas zoques de la cuenca del río Grijalva sufren el impacto de la baja presencia de lluvias, que ya se resienten los cultivos, pero, a la vez, están agradecidos.

Ya con el bajo nivel de la presa Netzahualcóyotl, del cauce del Grijalva, es posible apreciar, admirar y contemplar la riqueza arquitectónica de lo que fue el templo de Santiago, patrono del pueblo zoque de Quechula, en el municipio de Tecpatán.

Quechula o San Juan Quechula o Quechula Viejo es una antigua población que representó un asentamiento donde los frailes dominicos construyeron esta singular edificación, a la par del convento de Tecpatán.

Al lugar se arriba en lancha a través del embarcadero de ApicPac, municipio de Ocozocoautla, desde el poblado Raudales Malpaso y desde otras comunidades rurales de la zona.

El lanchero de la sociedad cooperativa Quechula, Juan Álvarez Díaz, comentó que frecuentemente lleva personas a las ruinas.

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El que fue un bastión de la evangelización española en las comunidades indígenas zoques hoy es solo recuerdo donde reina la desolación. Foto: Notimex

Dijo que mucha gente que le solicita sus servicios desea tener más información sobre lo que pasó con la geografía de la zona, a partir de la construcción de la presa de Netzahualcóyotl o, también, Malpaso.

La zona de la cuenca del Grijalva, donde se localizan los restos del antiguo templo, está alejada de las colonias; aunque hay quienes desean fotografiar la región, las aguas, los árboles secos que emergen de las aguas, las aves que vuelas, sobre todo, patos y garzas.

El que fue un bastión de la evangelización española en las comunidades indígenas zoques, de la ribera del río Grijalva en el siglo XVI, hoy es solo recuerdo donde reina la desolación; pero hoy es también fiesta al ver emerger de las aguas su templo.

Álvarez Díaz señaló que esta antigua población y su gran templo fueron anegados por las aguas de este caudaloso río, tras la construcción de la presa hidroeléctrica Netzahualcóyotl o Malpaso.

Se ubica en el poblado Raudales Malpaso, antes perteneciente al municipio de Tecpatán, ahora al nuevo municipio de Mezclaba.

Recorrer la zona, llegar en lancha hasta las ruinas a partir de la cabecera municipal de Tecpatán, es constatar como el templo antiguo y la población quedaron sumergidos a una veintena de metros bajo el agua, por lo que solo es posible ver la edificación con el desfogue.

Este fenómeno sucede con irregularidad, por lo que los pobladores de las comunidades del bajo Grijalva aprovechan para visitar las ruinas, alternativa a la producción pesquera que disminuye por la baja precipitación pluvial.

El templo de más de 400 años de construcción, volvió emerger de las caudalosas aguas del Grijalva, lo que conforma el embalse de la presa. Lo que mejor se observa es la fachada, que se conserva, aun cuando ha pasado 40 años bajos las aguas.

El majestuoso templo era sede del Santo Patrono, Santiago, el pueblo de Quechula tenía varios barrios, se llamaban Santiago, San Miguel, La Cruz Blanca y El Calvario, donde la población se organizaba para realizarla fiesta del Santo Santiago.

El templo era sede del Santo Patrono, Santiago. Foto: Notimex
El templo era sede del Santo Patrono, Santiago. Foto: Notimex

El lanchero refirió que los lugareños cuentan que se trataba de una fiesta grande, el señor Santiago era muy conocido. Para la actividad comercial se usaban cayucos, para descargar la mercancía.

Quechula llegó a ser un poblado grande, incluso municipio libre; sin embargo, en 1913 cuando empezó a depender del municipio de Tecpatán, se administraba por agencia municipal y su primer agente fue Hermelindo Álvarez.

Con la construcción de la presa, se perdieron bajo las aguas las mejores tierras de cultivos, pero sobre todo, a los habitantes de Quechula les dolió perder el templo del Señor Santiago.

La gente llega al sitio caminando por las veredas, parten de diversas comunidades, los acompaña el calor, se refugian en los matorrales; la vegetación arbustiva los lleva la nostalgia de ver otra vez su templo grande, ahí donde se congregaron sus padres y sus abuelos.

En su mejor apogeo del pueblo Quechula la gente hablaba zoque, esta lengua se conserva, pero ya no es la principal, ha sido desplazada, pues muchos jóvenes hablan inglés, también variantes del zoque, pero ya no son mayoría.

El templo en ruinas es tan solo una reliquia de la majestuosa construcción dominica del siglo XIV, se ubica muy cerca del complejo arquitectónico de Tecpatán, el ex Convento de Santo Domingo.

Tomando como referencia la fundación del convento de Tecpatán en 1564, hace presumir que el templo de Quechula fue posterior, existen similitudes en su arquitectura.

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