Con la mira puesta en Marte para ser habitada, surgen obstáculos antes no mencionados. ¿Qué necesitamos para tener una colonia humana en Marte con éxito?
Ciudad de México, 2 de octubre (SinEmbargo).- Desde que el ser humano tiene la capacidad de enviar equipo y a personas al espacio, ha sido el sueño de la humanidad colonizar otros mundos. No obstante, en el transcurso de la carrera espacial nos hemos topado con que planetas como Mercurio, Venus y todos los gigantes gaseosos presentan condiciones muy hostiles para poder vivir en ellos. No obstante, en muchos aspectos Marte no parece ser tan diferente de la Tierra, pero ¿qué se necesita para poder fundar una colonia que sea exitosa en el Planeta Rojo?
Sin embargo, lo cierto es que aunque Marte sea prometedor hay una gran diferencia entre la Tierra y este mundo. Y, si nuestro objetivo es que los seres humanos pueblen el Planeta Rojo, hay algunos obstáculos importantes que tendrán que superarse. Dejemos de lado la terraformación de Marte (el cual llevará, por lo menos, muchos siglos en completarse) y pensemos en el simple hecho de hacer que los seres humanos aterricen en este planeta con una oportunidad de luchar para sobrevivir. De acuerdo con el astrofísico Ethan Siegel, éstos son los obstáculos que necesitaremos resolver y para los cuales aún no se han descubierto soluciones viables, ya probadas, para dejarlos atrás:
- Una manera de lanzar con éxito cargas pesadas desde la Tierra a Marte.
- Blindaje suficiente (durante el viaje y sobre la superficie de Marte) para prevenir enfermedades derivadas de la exposición a la radiación cósmica y solar de las cuales normalmente nos protege nuestro campo magnético y atmósfera.
- Una manera de navegar a través de la atmósfera marciana sin el riesgo de quemarse o moverse demasiado rápido.
- Un aterrizaje suave exitoso para cualquier carga sensible como inteligencia artificial o humanos.
- Un hábitat cerrado que esté lo suficientemente aislado de los letales exteriores marcianos.
- Recursos suficientes para el sustento (o continuo reabastecimiento) de los seres vivientes que lleguen a Marte.
No se tratan de cuestiones sencillas de resolver. Simplemente, para solucionar el problema de la exposición a la radiación se requiere una capa de protección de mínimo cinco metros de grosor en las naves o en los refugios establecidos sobre la superficie marciana. Algo que no es imposible, pero tampoco sencillo.
En el mismo tenor se encuentra el asunto de la navegación, lo cual se trata de una tarea titánica en Marte y, en este aspecto, las soluciones se contraponen, ya que mientras más se reduce la velocidad con cosas como paracaídas, se corre mayor riesgo de ser arrastrado por los vientos marcianos y ser sacados de curso. No es algo nuevo, cada nave espacial que ha sido probada para aterrizar en Marte ha llegado con un gran riesgo y más de la mitad no ha podido aterrizar e instalarse con éxito, debido a estos dos factores que se anulan uno a otro.
Así mismo, la creación de una "biosfera" cerrada y autosustentable en Marte raya también en lo utópico, sobre todo si se toma en cuenta el intento fallido que tuvo lugar aquí mismo en la Tierra a finales de 1990 (Biosfera 2), el cual fue un fracaso colosal. No se trata de un capricho, la creación de un ambiente hermético con un interior estable es una necesidad absoluta y esto es un obstáculo que todavía no sabemos cómo superar ni siquiera en nuestro propio planeta.
No hay que dejar de lado que el hecho de que Marte sea la alternativa más inmediata para dirigir los esfuerzos de llevar humanos no quiere decir que este mundo tenga todo en bandeja de plata. Su gravedad es más baja que la Tierra y tiene una atmósfera mucho más tenue y delgada a la que estamos acostumbrados y, pese a que ya existe una fuerte evidencia de agua líquida en su superficie, no podemos respirar su aire. Sumado a lo anterior, el cuarto planeta del Sistema Solar no tiene un campo magnético que garantice protección de la radiación de los rayos cósmicos y el Sol que constantemente lo bombardean.
Sin embargo, a su favor tiene un montón de cosas en común con nuestro mundo, incluyendo un rango de temperatura similar a la que se registra cerca de nuestras regiones polares y un día de más o menos 24 horas. Eso sin dejar atrás las capas de hielo polares y una inclinación del eje casi idéntica a la nuestra y, a partir de los módulos de aterrizaje y rovers que han descendido en su superficie se ha encontrado un mundo cuyo terreno no parece ser tan diferente de la de los grandes desiertos de la Tierra. Entonces... Es difícil, pero no imposible. No obstante, hay que trabajar muy duro para lograrlo.