Pese a la controversia, este no es el único conflicto que tienen México y Estados Unidos por el sector automotor. En agosto pasado el Ejecutivo mexicano llamó a consultas al Gobierno estadounidense por “interpretar con una forma diferente a la negociada” la metodología para definir las reglas de origen de los coches.
Eduard Ribas i Admetlla
Ciudad de México, 15 dic (EFE).- México está valorando “muy seriamente” imponer aranceles a Estados Unidos si aprueba incentivos fiscales para la compra de vehículos eléctricos fabricados en territorio estadounidense, advirtió este miércoles la Subsecretaria mexicana de Comercio Exterior, Luz María de la Mora.
“Lo estamos considerando muy seriamente y ojalá que no lleguemos a eso pero es algo que definitivamente tenemos a nuestra disposición”, explicó en entrevista con EFE la mano derecha de la Secretaria de Economía de México, Tatiana Clouthier.
La inquietud del Gobierno mexicano surge de una iniciativa tramitada en el Congreso de Estados Unidos que prevé créditos de entre 7 mil 500 y 12 mil 500 dólares para la adquisición de vehículos eléctricos fabricados en Estados Unidos, lo que pondría en desventaja a los autos hechos en México.
El Presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, abrió el martes pasado la puerta a activar un panel internacional, un mecanismo de arbitraje previsto en el tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Pero la Secretaría de Economía va más allá y evalúa “represalias” como la aplicación de aranceles a productos estadounidenses.
“Lo que queremos no son aranceles pero si necesitamos hacerlo tendríamos que hacerlo. No se trata de tener medidas que afecten al otro, se trata de generar una industria competitiva”, recalcó de la Mora.
Y es que la funcionaria consideró que los incentivos para vehículos eléctricos de Estados Unidos son “una medida proteccionista que busca llevar la industria de vuelta a Estados Unidos disfrazada de medida ambiental”.
UNA INDUSTRIA VITAL
La preocupación del Gobierno mexicano no es baladí, puesto que la industria automotriz representa el 4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de México y el 25 por ciento de sus exportaciones, genera un millón de empleos directos y cinco millones indirectos, además de que el 80 por ciento de los vehículos mexicanos se venden a Estados Unidos.
Asimismo, ya hay empresas que “están deteniendo su inversión porque no saben cuál va a ser el potencial exportador de México” si pierde el acceso al mercado estadounidense.
Por ello, la Secretaría de Economía está calculando el impacto que tendría la medida para la industria mexicana para poder decidir qué tipos de aranceles “permiten contrabalancear el daño”.
Durante los primeros 10 meses de 2021 nos mantenemos como el principal socio comercial de EE.UU. por ello estamos en contra del crédito fiscal discriminatorio que atenta contra la competitividad d la región. ¡Vamos por una recuperación económica de calidad para América del Norte!
— Tatiana Clouthier (@tatclouthier) December 7, 2021
“Nos podemos compensar en cualquier sector como ya hemos hecho en el pasado”, dijo de la Mora al recordar que en 2018 México puso aranceles a productos agrícolas e industriales de Estados Unidos en respuesta a la decisión del Presidente Donald Trump de grabar al acero y aluminio mexicanos.
CONTROVERSIAS EN EL T-MEC
Este no es el único conflicto que tienen México y Estados Unidos por el sector automotor, pues en agosto pasado el Ejecutivo mexicano llamó a consultas al Gobierno estadounidense por “interpretar con una forma diferente a la negociada” la metodología para definir las reglas de origen de los coches.
“Estamos trabajando para ver en qué momento podremos llegar a solicitar el establecimiento de un panel (sobre este anuncio)”, afirmó.
Acogiéndose al T-MEC, vigente desde julio de 2020, Estados Unidos también ha presentado quejas contra dos plantas mexicanas, una de General Motors en Silao (Guanajuato) y una de Tridonex en Matamoros (Tamaulipas), al considerar que se vulneran los derechos de los trabajadores previstos en el tratado.
De la Mora sostuvo que el primer conflicto ya se resolvió al repetirse la negociación del convenio colectivo de los trabajadores, mientras que la segunda corresponde a un conflicto “previo” al T-MEC.
“Estamos trabajando en una transición hacia una reforma laboral que busca fortalecer la capacidad de negociación colectiva de los trabajadores y un sistema de justicia laboral mucho más robusto”, defendió al funcionaria.
OPTIMISTA POR EL TLC CON ECUADOR
Sobre la mesa de Luz María de la Mora también está la negociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Ecuador, que ya lleva siete rondas y que, según reveló López Obrador, afronta algunos “temas polémicos” relacionados con el camarón y el plátano.
La alta funcionaria admitió que hay productos agropecuarios “sensibles para México”, pero el objetivo sigue siendo alcanzar un acuerdo “a la mayor brevedad” con Ecuador y que este país pueda ingresar así en la Alianza del Pacífico.
“Siempre hay que encontrar balances adecuados pero somos optimistas y seguiremos trabajando para que en 2022, durante la presidencia pro témpore de México en la Alianza del Pacífico podamos lograr ese acuerdo”, zanjó.