Taylor-Joy también es querida por sus directores. Autumn de Wilde, quien la dirigió en Emma, dijo ella y otros cineastas la adoran y se mantienen actualizados sobre la actriz.
Por Amanda Lee Myers
EU, 15 de diciembre (AP).- En un periodo de siete meses, tan sólo en este año, Anya Taylor-Joy interpretó a una mocosa británica entrometida en Emma, a una mutante rusa con poderes de teletransportación en la más reciente entrega de X-Men, y a una huérfana estadounidense que se vuelve un fenómeno del ajedrez en The Queen’s Gambit (Gambito de dama).
Y apenas comienza.
La actriz de 24 años se encuentra en el norte de Irlanda filmando The Northman junto a Nicole Kidman, Alexander Skarsgard, Willem Dafoe y Ethan Hawke. En octubre, Warner Bros. anunció que dará vida a Furiosa en la anticipada precuela de Mad Max: Fury Road (Mad Max: Furia en el camino). Y tiene otra película que se estrenará en abril: el thriller psicológico de Edgar Wright Last Night in Soho.
“Cuando era una niña, todo lo que quería era ir a Narnia, volar a la tierra del Nunca Jamás y visitar todos esos lugares increíbles”, dijo Taylor-Joy en una entrevista reciente con The Associated Press, que la nombró una de sus Artistas Revelación del 2020. “Y ahora como adulta es como si viviera en Narnia. Es increíble”.
Taylor-Joy es “la persona más ocupada que he conocido”, dijo Marielle Heller, quien interpreta a su madre adoptiva en The Queen’s Gambit y dirigió A Beautiful Day in the Neighborhood (Un buen día en el vecindario) y Can You Ever Forgive Me? (¿Podrás perdonarme?).
“No sé cómo hace tantos proyectos al mismo tiempo. Es realmente alucinante”, dijo Heller.
Netflix dice que The Queen’s Gambit fue su serie limitada más grande hasta la fecha y Emma recibió grandes elogios de la crítica y fue éxito de taquilla, al igual que la cinta de terror de Robert Eggers de 2015 The Witch (La Bruja), el debut de Taylor-Joy como protagonista que le mereció el Premio Gotham del Cine Independiente a la actriz revelación. También ha sido elogiada por su trabajo en Split (Fragmentado) de M. Night Shyamalan, la comedia oscura/thriller Thoroughbreds (Purasangre) y Peaky Blinders de BBC One.
Todo ese éxito podría fácilmente habérsele subido a la cabeza, pero Heller dijo que Taylor-Joy ha mantenido la humildad.
“El peligro de tener una carrera que despegue cuando se es muy joven, es que uno puede volverse un imbécil, pero ella no lo ha hecho”, dijo Heller. “Es un verdadero placer trabajar con ella. No podrías obtener tantos papeles consecutivos si no eres una persona con la que es bueno trabajar”.
Taylor-Joy también es querida por sus directores. Autumn de Wilde, quien la dirigió en Emma, dijo ella y otros cineastas la adoran y se mantienen actualizados sobre la actriz.
“Compartimos un vínculo común en el sentido de que creemos 100 por ciento en ella y nos emociona ver cómo nuestras ideas florecen con ella”, dijo de Wilde. “No es un recipiente vacío. Es una caja infinita de gavetas y pasajes secretos”.
Parte de lo que hace a Taylor-Joy tan magnética es su completa falta de narcisismo, agregó la directora.
“Una gran fotografía te hace desear estar ahí. Creo que ella te hace desear estar ahí viéndola trabajar. Eso es porque ella no se ve a sí misma en el espejo, ella ve a la persona con la que está actuando, me siente a través del lente como director”, dijo de Wilde.
Taylor-Joy nació en Miami y creció en Argentina. Sólo hablaba español cuando sus padres y sus cinco hermanos se mudaron a Inglaterra, donde le resultó difícil encajar y aprender inglés.
Aunque ha escapado el bullying que sufrió en aquella época, aún está aprendiendo a ser amable consigo misma.
“Una amiga me dijo una vez, ‘Jamás hablarías de tus amigos del modo en que hablas de ti’, y eso fue enorme”, dijo Taylor-Joy. “Es un viaje tan difícil para cada individuo hacerse amigo de uno mismo. Algunas personas nacen y lo tienen, y yo aplaudo a esas personas. Yo no fui una de ellas”.
Aunque dice que su fama “puede ser un poco intensa”, el camino ha sido “un proceso hermoso”.
“Tengo muchísima energía, y creo que esta carrera y las horas que requiere esta carrera me cansan lo suficiente como para mantenerme cuerda, lo cual aprecio”, dijo.
“Hacer películas es difícil. Cualquier película que se hace es un milagro que pueda ser atestiguada por otras personas. El hecho de siquiera haber llegado ahí es un pequeño milagro, y trabajar con tanta gente talentosa y tanta gente diferente para hacer eso realidad es extrañamente reafirmante. Me hace muy feliz”.