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La vacuna de Moderna es efectiva al 94.1%, dice la FDA en EU. México le contrató 39 millones de dosis

15/12/2020 - 8:20 am

El 16 de noviembre, la farmacéutica Moderna anunció que su vacuna contra el coronavirus tiene una efectividad del 94 por ciento.

Ciudad de México/Washington, 15 de diciembre (SinEmbargo).– La vacuna contra el coronavirus fabricada por Moderna es altamente protectora para los adultos y previene casos graves de la COVID-19, según datos publicados esta mañana de martes por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, conocida comúnmente con las siglas FDA.

Son hallazgos muy alentadores. Sobre todo para México, que firmó con ese laboratorio por 39 millones de vacunas cuyas entregas empezarán a partir de abril de 2021.

La agencia estadounidense tiene la intención de otorgar una autorización de emergencia para el uso de la vacuna el viernes, reveló The New York Times. Esta decisión le daría a millones de estadounidenses acceso a una segunda vacuna contra el coronavirus a partir de la próxima semana. La primera en circular es la de Pfizer, que ayer empezó a ser suministrada a población vulnerable, sobre todo trabajadores de la salud y adultos mayores.

La revisión de la FDA confirma la evaluación anterior de Moderna de que su vacuna tenía una tasa de eficacia del 94.1 por ciento en un ensayo de 30 mil personas. Los efectos secundarios, como fiebre, dolor de cabeza y fatiga, fueron desagradables pero no peligrosos, encontró la agencia. El éxito de la vacuna de Moderna se ha vuelto aún más crucial para combatir la pandemia, ya que otros esfuerzos de vacunas han fracasado.

PRODUCCIÓN EN MASA PARA PRIMAVERA

La farmacéutica Moderna anunció el mes pasado que su vacuna contra el coronavirus contaba con una efectividad del 94.5 por ciento, según una revisión temprana a los resultados de su más amplio estudio continuo.

Los investigadores dijeron que los resultados fueron mejores de lo que se habían imaginado. Pero la vacuna no estará ampliamente disponible en meses. Probablemente hasta la primavera.

Los investigadores prueban las vacunas inoculando a voluntarios y dando a otros placebos, y luego observando los dos grupos para ver cuántas personas se enferman. En el estudio de Moderna, 95 personas contrajeron el coronavirus: cinco que fueron vacunadas y 90 que recibieron inyecciones de placebo de agua salada. Estadísticamente, la diferencia entre los dos grupos fue muy significativa. Y de los 95 casos, 11 fueron graves, todos en el grupo de placebo.

Los resultados fueron analizados por una junta de monitoreo de seguridad de datos independiente, designada por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.

Moderna, con sede en Cambridge, Massachusetts, desarrolló su vacuna en colaboración con investigadores del Centro de Investigación de Vacunas, que forma parte del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de aquél país.

Anthony Fauci, director del instituto, dijo en una entrevista con The New York Times: “Había dicho que estaría satisfecho con una vacuna 75 por ciento efectiva. Aspiracionalmente, le gustaría ver el 90, 95 por ciento, pero no lo esperaba. Pensé que estaríamos bien, pero el 94.5 por ciento es muy impresionante”.

El doctor Stephen Hoge, presidente de Moderna, celebró el “muy importante hito”, aunque dijo que lo más tranquilizador era que hubiera resultados similares de dos firmas distintas.

“Eso debería darnos a todos esperanza de que de verdad una vacuna podrá detener esta pandemia y esperemos que devolvernos a nuestras vidas”, dijo Hoge a The Associated Press.

LA TEMPERATURA DE LA VACUNA

Por otra parte, la compañía ha anunciado que su vacuna permanece estable a una temperatura de 2° a 8°C, la temperatura de un hogar estándar o de un refrigerador, durante 30 días. Además, aseguran que permanece estable a -20ºC hasta seis meses para su almacenaje y a temperatura ambiente hasta 12 horas. De la misma forma, han señalado que la vacuna no requerirá dilución en el sitio o manipulación especial, lo que “facilita la vacunación en una serie de entornos, incluyendo farmacias y consultorios médicos”. Esto supone un avance respecto a la vacuna de Pfizer, que necesita de un temperatura de -70 grados para transportar y almacenar.

“Creemos que nuestras inversiones en la tecnología de entrega de ARNm y el desarrollo del proceso de fabricación nos permitirán almacenar y enviar nuestro candidato a la vacuna COVID-19 a temperaturas que se encuentran comúnmente en congeladores y refrigeradores farmacéuticos fácilmente disponibles. La capacidad de almacenar nuestra vacuna hasta seis meses a -20° C, incluyendo hasta 30 días en condiciones normales después de la descongelación es un desarrollo importante y permitiría una distribución más sencilla y más flexibilidad para facilitar la vacunación a mayor escala en Estados Unidos y otras partes del mundo”, ha comentado el jefe de Operaciones Técnicas y Oficial de Calidad de Moderna, el español Juan Andrés.

RICOS, POBRES Y VACUNAS

Los estadounidenses, británicos y canadienses se arremangan para recibir la vacuna del coronavirus y el camino para salir de la pandemia parece claro para muchos en Occidente, aunque el despliegue requiera muchos meses. Pero para los países más pobres, la senda será mucho más larga y difícil. La ambiciosa iniciativa conocida como COVAX, creada para asegurar que todo el mundo tiene acceso a las vacunas contra el coronavirus, sólo ha conseguido una parte de los 2 mil millones de dosis que espera comprar en el próximo año, aún no ha confirmado contratos concretos para distribuir vacunas y está corta de efectivo.

El virus que ha matado a más de 1.6 millones de personas ha puesto sobre la mesa las enormes desigualdades entre países. A menudo, los sistemas sanitarios frágiles y las economías más pequeñas sufrieron golpes más acusados. COVAX es un proyecto de la Organización Mundial de la Salud, la alianza de vacunas GAVI y CEPI, una coalición global para combatir epidemias. Su objetivo es evitar la estampida internacional por las vacunas registrada en crisis anteriores, un fenómeno que reforzaría esos desequilibrios.

Pero ahora, algunos expertos dicen que las posibilidades de que las vacunas contra el coronavirus se repartan de forma justa entre los países ricos y los demás se están desvaneciendo con rapidez. El suministro de vacunas es limitado en este momento, de modo que los países desarrollados, algunos de los cuales ayudaron a financiar la investigación con dinero de los contribuyentes, están bajo una enorme presión para proteger a su población y compran muchas dosis. Mientras tanto, algunos países más pobres que hicieron causa común están buscando alternativas porque temen que el proyecto COVAX no cumpla sus objetivos.

-Con información de Europa Press

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