Greenpeace pide la renuncia de autoridades de Cibiogem y Senasica por proteger cultivos de soya transgénica

15/12/2016 - 10:08 pm

De acuerdo con Pech, la Senasica protegió los cultivos ilegales de soya transgénica recientemente detectados en 10 predios de Hopelchén (de 305 hectáreas) y seis de Campeche (31 hectáreas) que debían decomisar, destruir y sancionar administrativa y penalmente a los responsables. “Esta acción es muy grave y pone en duda la capacidad de los funcionarios para llevar la consulta indígena sobre el permiso para la siembra de soya transgénica en apego a los estándares internacionales”, dijo la apicultora Leydi Pech.

La organización ambientalista pidió la renuncia de los funcionarios. Foto: Shutterstock.
La organización ambientalista pidió la renuncia de los funcionarios. Foto: Shutterstock.

Ciudad de México, 15 de diciembre (SinEmbargo).- La organización en defensa del medio ambiente Greenpeace exigió el cese de los funcionarios de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem) y del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) por proteger a los responsables de la siembra de soya transgénica en Campeche.

En 2015, la Suprema Corte de Justicia (SCJN) amparó a las comunidades mayas de Campeche y Yucatán, con lo que se suspendió un contrato otorgado a Monsanto para la siembra de soya transgénica y avaló ordenar una consulta entre los pueblos indígenas de Yucatán y Chiapas para decidir el futuro de los cultivos en sus tierras, sin embargo los activistas denuncian que las autoridades competentes no están garantizando el mandato judicial.

Al respecto, la apicultora Leydi Pech de Ich Ek, de Campeche, denunció las irregularidades en el proceso de consulta pública como la parcialidad de las autoridades al pretender favorecer la opinión de dos grupos de productores soyeros de las comunidades de Dzibalchén y Vicente Guerrero (también conocida como Iturbide).

De acuerdo con Pech, la Senasica protegió los cultivos ilegales de soya transgénica recientemente detectados en 10 predios de Hopelchén (de 305 hectáreas) y seis de Campeche (31 hectáreas) que debían decomisar, destruir y sancionar administrativa y penalmente a los responsables.

“Esta acción es muy grave y pone en duda la capacidad de los funcionarios para llevar la consulta indígena sobre el permiso para la siembra de soya transgénica en apego a los estándares internacionales”, abundó Leydi Pech.

La activista informó que en dos ocasiones se le ha solicitado al Juez que inicie el procedimiento de inejecución de sentencia dadas las irregularidades que se han generado en el proceso de consulta y dicho órgano juzgador se ha negado.

Por su parte, María Colín, asesora legal de Greenpeace México, calificó de indignante “que las autoridades administrativas, teniendo la obligación de aplicar la Ley de Bioseguridad esté dejando impune este caso”.

“Este hecho evidencia que en México no se aplica el Protocolo de Cartagena en materia de principio precautorio, evaluación de riesgos y de consideraciones socioeconómicas acerca de las afectaciones que la soya transgénica conlleva para las comunidades mayas”, dijo Colín.

Greenpeace y los apicultores piden la destitución de Hugo Fragoso, Director General de Inocuidad Agroalimentaria, Acuícola y Pesquera, y Pedro Macías, Director de Bioseguridad para Organismos Genéticamente Modificados, ambos de Senasica, por desacato judicial derivado de la sentencia de la segunda sala de la SCJN y por ir en contra del mandato de bioseguridad.

Jaime Rendón del Instituto Epomex, de la Universidad Autónoma de Campeche, señaló que la agricultura mecanizada ha ocasionado que se apliquen grandes cantidades de agrotóxicos en todo el país.

El modelo de monocultivo, como el de los transgénicos, que se pretende imponer en México que es el centro de origen del maíz, es un grave riesgo para la biodiversidad.

Fernando Funes, agroecólogo cubano indicó que las consecuencias del monocultivo son la degradación de suelo, la pérdida de biodiversidad, la deforestación extensiva y una baja autosuficiencia alimentaria, además de una alta dependencia externa y altos costos socio-económicos.

La alternativa, apuntó Funes, está en los sistemas diversificados agroecológicos que generan producciones con eficiencia biológica, productiva, económica, energética y ambiental, conservando recursos naturales, sin degradar suelos, eliminando plaguicidas químicos, reduciendo la contaminación ambiental y suministrando alimentos sanos y abundantes para nuestra población de manera creativa por parte de los agricultores y sus familias.

 

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