El futuro por fin comienza un domingo. Hay un antes y un después de la marcha del 13 de noviembre. No fuimos decenas de miles, sino cientos de miles los que, a lo largo y ancho del territorio nacional y en varias ciudades del exterior, dijimos un rotundo SÍ a la democracia.

Fue un espectáculo maravilloso por sus resonancias éticas y políticas. Lo fue también porque surgió espontáneamente de la sociedad mexicana que ya no es una mayoría silenciosa sino que ahora toma las calles y las plazas públicas para decir su palabra. Y esa palabra habla con la fuerza de la razón y no con la razón de la fuerza. Hoy somos más que nunca porque ya nos escuchamos y sabemos que estamos unidos. El futuro por fin comenzó un domingo.

Pero ahora hay que inventar nuestro porvenir común y fijarnos metas tácticas y estratégicas.

Nuestro movimiento abreva de dosis equivalentes del idealismo de los últimos fines y del realismo de la ética de la responsabilidad. Unidos y el movimiento que encabeza es, a la vez, Don Quijote y Sancho Panza. Por lo primero tenemos una visión de país ideal que soñamos. Pronto hablaremos más de esto. Por lo segundo, sin embargo, tenemos los pies bien puestos en la tierra.

La marcha del domingo pasado fue un momento quijotesco de idealismo a lo que ahora debe seguir un momento sanchezco de realismo.

Lo urgente ahora es que las fuerzas políticas en el Congreso hagan efectiva la demanda de la marcha, que se puede resumir en la frase “el INE no se toca”. Sabemos que la ciudadanía tiene varios aliados entre los Diputados y Senadores en el Congreso que votarán con base en sus principios. Pero también estamos conscientes de que la arremetida del oficialismo tiene el potencial de mermar la alianza de partidos de oposición, sobre todo en la Cámara de Diputados.

Quizás haya llegado la hora de que la ciudadanía organizada haga oír su voz más fuerte en el Poder Legislativo, que finalmente es una instancia elegida por la ciudadanía.

Quizás haya llegado la hora de llamar a cuentas a los representantes populares que pretendan traicionar lo que claramente es una causa ciudadana: la defensa de nuestra institución electoral autónoma.

Por ello, estamos coordinándonos para realizar tres tipos de actividades: de difusión, de organización y de movilización. Estos esfuerzos incluyen 1) acompañar a los legisladores que defienden al INE, 2) Iniciar esfuerzos, junto con los ciudadanos, para que quienes así lo deseen puedan fácilmente expresar su parecer a sus legisladores. 3) Promover las convocatorias para actos públicos o en línea. 4) Continuar llamando a los ciudadanos para que participen en la construcción de una propuesta ciudadana. 5) Seguir construyendo la red ciudadana que fue fundamental para el triunfo de la marcha. Es hora de renovar esfuerzos. Esto apenas comienza.

Gustavo de Hoyos Walther

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Abogado y empresario. Ha encabezado diversas organizaciones empresariales, comunitarias, educativas y filantrópicas. Concentra su agenda pública en el desarrollo de líderes sociales (Alternativas por México), la participación ciudadana en política (Sí por México) y el fortalecimiento del estado de derecho (Consejo Nacional de Litigio Estratégico).

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