Familia vive en cuartos prestados ya que adquirieron una casa a crédito, pero manejo irregular del proceso a anteriores dueños les arruinó la vida.
Por Jesús Peña
Saltillo, 15 de noviembre (Vanguardia).- En un cuarto de cuatro metros cuadrados está metida toda la casa de Yoselin, Jonathan, su marido, y sus tres hijos.
Toda su casa: su cocineta, sus camas, colchones, cómodas, las cunas de los niños sus ropas, sus sueños, su futuro; todo metido en este cuarto de una casa ajena.
Yoselin está sentada en un sofá de la sala, con Maximiliano, su nene de un año. Es la casa de la suegra de Yoselin, en donde Yoselin, su esposo Jonathan y sus niños viven asilados.
Hace dos años Yoselin no estaba acá, estaba en su casa, una casa de dos niveles con su portón, su cochera, su jardincito y su patio interior donde jugaban los chicos, la casa de Yoselin Ramos y José Jonathan Espinoza.
La casa 1782 de la calle 9 en el Fraccionamiento Morelos, que Yoselin y su marido habían comprado en 2016 con un crédito de Infonavit.
Era la casa, una casa pequeña, pero que a Yoselin y a Jonathan, que antes vivían en una casa prestada, les había parecido como un palacio desde que vieron el anuncio de “se vende” en la fachada.
“Le dije a mi esposo ‘mira, están vendiendo esa casa’, y nos animamos”, narra Yoselin.
Era una casa usada, y en apariencia legal, con sus papeles en regla, sin juicios, sin litigios.
Estaba vandalizada; no tenía puertas, ventanas, sanitarios, cableado y crecía la maleza.
“Era una casa abandonada”, dice Yoselin.
El Infonavit les prestó 600 mil pesos a 30 años y Yoselin y su familia se pusieron a vivir en aquella casa, su casa.
Instalaron un portón, puertas, ventanas, protecciones de ventanas, levantaron una barda divisoria, le pusieron firme de concreto en los patios, la pintaron, la decoraron.
“La arreglamos bastante, le metimos mucho, uno pensando que ya era suya, que no había problema teniendo papeles”, comentó Yoselin.
Jonathan y Yoselin en aquella época tenían dos hijos, vivían felices y sin contratiempos.
Y APARECEN LOS PROBLEMAS
No bien habían cumplido un año cuando a la puerta comenzaron a llegar citatorios del Infonavit. A Jonathan y a Yoselin les dio mala espina.
A la primera de esas notificaciones llamaron a las personas que les habían vendido la casa: un tal señor Jesús Alvarado Saucedo y su apoderada, de nombre Marcela Gallegos Elizondo.
Que no pasaba nada, que ellos lo arreglaban, que no había problemas, les dijeron: y la pareja quedó conforme, confiaban en los vendedores.
Su tragedia comenzó el día que a su casa llegó la notificación de desalojo. La fecha del lanzamiento estaba fijada para el 28 de septiembre de 2018.
Yoselin y Jonathan fueron donde el Poder Judicial, solo para que un Ministerio Público, adscrito a la mesa 4 les informara que ya nada podían hacer, el desahucio se ejecutaría sin demora en el día y en el mes indicado.
Yoselin, Jonathan y sus dos niños ya no tenían casa, se habían quedado en la calle.
El matrimonio fue ante un Juez federal con la escritura y los recibos de pago a nombre de Jonathan para preguntar por qué los iban despojar de una casa que habían adquirido con todas las de la ley.
El magistrado les reveló la existencia de un amparo en contra de un juicio hipotecario que había interpuesto Blanca Idalia Vázquez Rodríguez, la anterior dueña, por la razón de que no hubo sido oída ni vencida en tal juicio antes de que el Infonavit, que mantenía asegurada la casa, la vendiera a la recuperadora de vivienda SCRAPPll.
Dicha casa había sido adquirida por Javier Urbina y Blanca Idalia Vázquez, con crédito de Infonavit abierto en 1999.
“Estos señores no pagan y en 2006, Infonavit que ya había demandado a estas personas el pago, cede los derechos a una sociedad de responsabilidad limitada que se llama SCRAPPll”, explica Saúl Godoy, el abogado de la familia Espinoza Ramos.
A su vez SCRAPPll demanda a Javier Urbina y a Blanca Idalia el crédito ante el juzgado segundo bajo el expediente 2308/2009.
El 26 de marzo de 2010 SCRAPPll cedió los derechos del crédito a Jesús Alvarado.
“Jesús gana la sentencia que declaró judicialmente vencido el crédito, se lleva la audiencia de remate y se adjudica a Jesús Alvarado Saucedo ese inmueble”.
En 2016 Yoselin y José Jonathan celebraron un contrato de compra-venta de esta casa, a través de un crédito de Infonavit.
“Infonavit ya pagó dos veces el mismo inmueble, así queda”, expone el abogado Godoy.
Pero el 16 de febrero de 2017 Blanca Idalia Vázquez promueve un juicio de amparo en contra del emplazamiento realizado por SCRAPPll.
“Diciendo Blanca Idalia que ella nunca fue emplazada, ella gana el amparo y le regresan la casa en 2018, resulta que esta señora está ahí sin pagar el crédito y sin nada”, reitera Saúl Godoy.
En pocas palabras dice Yoselin: “La casa tenía dueños, Infonavit se la vende a SCRAPPll, que ya no existe, SCRAPPll vende la casa a este señor Jesús Alvarado, este señor, con sus abogados, arregla la situación de la casa, la maquilla porque no la arreglaron bien, hicieron un fraude, saca escrituras, libertad de gravamen. De hecho, según su Facebook, el señor Jesús se dedica a cometer este tipo de fraudes.
ECHA MANO DE UN JURISTA
Yoselin y Jonathan, asesorados por un abogado, intentaron echar mano de cuantos recursos legales encontraron, como los derechos del niño, Yoselin tenía ya a sus dos hijos y estaba embarazada del tercero, con miras a tumbar la resolución de aquel amparo o cuando menos conseguir una prórroga del lanzamiento. No pudieron hacer nada.
La víspera del 28 de septiembre de 2018, el día del desalojo forzoso con policías, la familia decidió huir de su casa.
“El día que fui con el Juez, después de la notificación, le supliqué, le lloré y le dije ‘hágalo por mis hijos, no por mí, no tengo dónde llevarlos, lo único que pudo hacer fue darme una semana para atrasar el desalojo.
Ante la situación. Yoselin y su familia perdieron su casa, ahora todas sus posesiones se amotonan en un cuarto.
INSTITUTO SOLO EVADE CONFLICTO
SEMANARIO buscó a Gustavo Díaz, delegado de Infonavit en Coahuila, para que informara sobre los avances del Instituto en torno a este caso.
Díaz Gómez remitió la solicitud de entrevista a Apolo Vélez, enlace de comunicación de Infonavit Coahuila, quien respondió que de acuerdo con el departamento de seguimiento, este caso se iba a abordar internamente. La semana pasada fue el análisis y aunque se comprometió a agendar una entrevista a SEMANARIO para hacer el anuncio de la resolución; hasta el cierre de esta edición no se había comunicado.
A DOS AÑOS DEL DESPOJO HAY UN BRILLO DE ESPERANZA
Aquel 28 de septiembre de 2018, el día del desalojo, quedaría grabado en la memoria de Jonathan, el hijo mayor de la familia Espinoza Ramos.
“Es algo que los niños siempre recuerdan. Mi niño el mayor en ese entonces tenía cinco años y hasta la fecha pregunta por qué pasó esto, por qué nos fuimos de su casita”, dice Yoselin.
A la sazón Yoselin recién había parido a su segundo bebé y cumplía 10 días de una cirugía de vesícula.
En un cuarto de cuatro metros cuadros la familia refundió su historia.
“Nos dieron una semana para el desalojo, tuvimos chance de guardar nuestras cosas. En una habitación de la casa de mi suegra está nuestra casa metida, eso es muy difícil porque una casa que teníamos tanta ilusión de tener mi esposo Jonathan y yo se vino abajo por unas personas que malamente nos vendieron una casa que no era legal”.
La pareja y sus dos hijos se fueron a dormir a otra pieza de la casa de la madre de Jonathan.
“Ahorita donde vivimos es una habitación, ahí dormimos los cinco: mis tres bebés, mi esposo y yo, no como quisiéramos, pero bendito Dios tenemos a nuestros niños resguardados”.
De aquel despojo han pasado ya dos años.
EL PAGO NO SE HA DETENIDO
Quincena a quincena en la empresa donde trabaja Jonathan le siguen rebajando entre tres y cuatro mil pesos, para pagar al Infonavit una casa de la cual fue despojado, una vivienda que no está disfrutando.
“Imagínate pagar una casa que no tienes y nos faltan 28 años para pagar una vivienda que no tenemos, es una burla… Estamos viendo la manera de que se acabe esto, dejar de pagar, recuperar dinero y que esas personas se hagan responsables de esta venta que hicieron”.
Cuando aún estaba fresco lo del desalojo, Yoselin y Jonathan se presentaron nuevamente al Poder Judicial para solicitar ayuda y les asignaron un defensor de oficio.
El abogado interpuso una demanda en la que se pedía la cancelación del crédito de Infonavit; no procedió.
Más tarde la pareja promovió otro recurso legal para exigir que Jesús Alvarado Saucedo, la persona que les había vendido la vivienda, les devolviera los 600 mil pesos que le habían pagado, pero el resultado fue negativo.
Finalmente, el asunto quedó radicado en los juzgados civiles de primera instancia en Saltillo.
QUIEREN APOYO Y CERTEZAS
“Lo que buscamos es apoyo, ayuda por todos lados, para ver qué podemos hacer. Lo que nos dicen es que Infonavit no debió otorgar ese crédito para la compra de una casa que el mismo Infonavit había recogido y vendido a SCRAPPll”, dice Yoselin.
Yoselin narra que Marcela Gallegos, quien fungió como apoderada de Jesús Alvarado Saucedo, fue quien recibió los 600 mil pesos de la venta de la casa.
“Ella nos dijo: ‘es que Jesús nos debe dinero, por eso estamos interviniendo en la venta de esta casa y yo voy a recibir la cantidad porque Jesús me debe dinero’”.
Los Espinoza Ramos recurrieron a los servicios de un jurista privado quien apenas echar un vistazo al asunto les advirtió que se trataba de un caso complicado.
“Porque lamentablemente fuimos mal defendidos en su momento y por esa mala defensa que hemos tenido es que no se ha hecho nada”.
Desde el día que recibió la notificación del desalojo, la familia se dirigió al Infonavit para que aclarara la situación, pero a decir Yoselin, el Instituto les dio la espalda.
“Antes de lo del desalojo fui al Infonavit y le dije al jurídico, ‘¿qué va a pasar?, ¿Infonavit cómo va a intervenir en esta situación?’, dijo ‘cuando le salga el desalojo, viene y nos trae la copia de desalojo, la copia de escritura, vamos a hacer un expediente y lo vamos a mandar a México y allá van a hacer la cancelación del crédito’. Nos las pintó muy bonito, Yo iba cada 15 días y preguntaba, hasta que el jurídico me dijo ‘no es necesario que venga, cuando resuelvan algo yo le hablo y es fecha que no se ha comunicado con nosotros.
“No hemos tenido ayuda de nadie ni de los que nos vendieron la casa ni del Infonavit. Nuestro abogado me dijo: ‘ya no vayas, ya no les veas la cara, vamos a seguir con la demanda, vamos a demandar a Infonavit’.
LA POSTURA DEL INFONAVIT
Lo que Infonavit respondió a la demanda fue que ellos nos dieron un crédito nada más, no nos vendieron la casa y que lo que nosotros hayamos hecho con la casa no les interesaba a ellos, incluso sin tener nosotros la vivienda”, relata Yoselin.
Todo lo que Yoselin y Jonathan habían invertido, unos 120 mil pesos, en aquella casa, la casa de sus sueños, se perdió.
“Estamos desesperados, buscando ayuda por todos lados… Es una pesadilla”.
La casa 1782 de la calle 9 que había sido recuperada mediante amparo por Blanca Idalia Vázquez Rodríguez, su antigua dueña, ahora está rentada a otra familia.
“A los 15 días de que pasó lo del desalojo esa casa fue habitada por otras personas que no éramos nosotros”.
¿Jonathan su esposo, cómo se encuentra?
Está devastado, ni siquiera platicarlo puede porque se derrumba, piensa en sus hijos, en que esa casa era nuestro único patrimonio… No puede hablar…
UNA ESTRATEGIA POSIBLE
Saúl Godoy, el abogado de la pareja, dice que la única esperanza es que invocando al artículo 2508 del Código Civil de Coahuila, Infonavit libere a la familia de la obligación de pagar un crédito por una vivienda de la que no está en posesión.
“La ley dice que ‘la obligación se extingue sin responsabilidad para el deudor cuando sin estar este en mora y por una causa que no es imputable, la prestación se hace imposible’ y obviamente se hace imposible para el señor estar pagando por una casa que yo no tiene y el Infonavit está en todo su derecho de cobrarle a esta mujer, Blanca Idalia, que es la dueña original de la vivienda, ese crédito”.