La película está basada en Jimmy Hoffa: Caso cerrado (Editorial Crítica), libro escrito por Charles Brandt, que relata el caso real de la desaparición del líder sindical Jimmy Hoffa, el personaje que en la cinta interpreta Al Pacino. Tanto el libro como el largometraje muestran la confesión de Frank Sheeran, el personaje de origen irlandés que da título al filme y al que da vida Robert De Niro, como autor del asesinato de Hoffa y ese es el punto de partida del filme de Scorsese.
Madrid, 15 de noviembre (Europa Press).– The Irishman, la nueva película de Martin Scorsese, llega a los cines una semana antes de su estreno en Netflix, productora del filme. El cineasta neoyorquino vuelve a dirigir una historia basada en hechos reales, siguiendo la estela de Silencio, El lobo de Wall Street o la más lejana Uno de los nuestros.
La película está protagonizada por Robert De Niro y Joe Pesci actores de Casino y Uno de los nuestros, por Al Pacino, que trabaja por primera vez con el aplaudido director. Una historia de mafia y poder que abarca varias décadas de la historia reciente estadounidense y que está inspirada en hechos y en personajes reales.
La película está basada en Jimmy Hoffa: Caso cerrado (Editorial Crítica), libro escrito por Charles Brandt, que relata el caso real de la desaparición del líder sindical Jimmy Hoffa, el personaje que en la cinta interpreta Al Pacino. Tanto el libro como el largometraje muestran la confesión de Frank Sheeran, el personaje de origen irlandés que da título al filme y al que da vida Robert De Niro, como autor del asesinato de Hoffa y ese es el punto de partida del filme de Scorsese.
Precisamente, la desaparición de Hoffa, declarado oficialmente muerto en 1982, fue uno de los casos que más conmocionó a la sociedad estadounidense. Sus estrechos vínculos con los jefes de la mafia y el crimen organizado y el hecho de que nunca apareciera su cadáver dieron un halo de misticismo a un caso por el que nunca nadie fue condenado. La cinta narra la vida de Sheeran, apodado el irlandés e interpretado por Robert De Niro, que confesó el crimen poco antes de morir, por lo que nunca llegó a ser detenido ni investigado por la muerte de Hoffa.
Pese a su mote, Sheeran nació en Darby, un barrio de clase obrera situado a las afueras de Filadelfia, Pensilvania, en 1920. Su familia era trabajadora y no tuvo relación con la mafia. Fue cuando combatió en la Segunda Guerra Mundial donde Sheeran desarrolló su insensibilidad a matar.
LA EXPERIENCIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
El futuro asesino cumplió 411 días de servicio en combate, yendo de misión en la invasión de Sicilia, el desembarco de Palermo, la campaña de Anzio, el desembarco en el sur de Francia y la ocupación de Alemania. Durante su estancia en territorio italiano, aprendió a hablar algo del idioma, lo que le serviría después para conectar y caer en gracia a los líderes de la mafia.
Pero fue su eficacia a la hora de matar lo que le convirtió en un hombre muy apreciado por el hampa. Precisamente en su incursión germana es donde terminó de desarrollar completamente su instinto asesino, al haber participado en masacres y ejecuciones sumarias de prisioneros de guerra alemanes en actos que violaron los Convenios de La Haya de 1899 y 1907, como también el Convenio de Ginebra de 1929 sobre prisioneros de guerra.
Al volver del conflicto bélico, Sheeran trajo consigo la frialdad de acabar con la vida de otras personas. Mientras trabajaba de camionero, fue también asesino a sueldo y se sospecha que estuvo especializado en ajustes de cuentas, al matar a varios gangsters. Su perspicacia criminal le llevó a asociarse con Russell Bufalino (Joe Pesci) y Angelo Bruno (Harvey Keitel), jefes de la mafia. Bufalino fue su mentor en el mundo del crimen organizado.
LA HISTORIA DE JIMMY HOFFA
Fue Bufalino también el enlace entre Sheeran y el líder sindical Jimmy Hoffa, en ese momento presidente del sindicato Teamsters International, que protegía los derechos de los camineros, la otra profesión de Sheeran. Hoffa, interpretado en la película por Al Pacino, fue acumulando más y más poder con oscuras tretas y diferentes métodos de extorsión y presión. En este punto, sus conexiones con los capos de la mafia eran públicas y notorias y en 1964 fue encarcelado por sobornar a un jurado e intentar evitar así una condena por sus tratos con el crimen organizado.
Hoffa estuvo en prisión entre 1964 y 1971, cuando el presidente Nixon le dejó en libertad con la condición que no participase en actividades del sindicato durante una década. Pero Hoffa, que estaba planeado recurrir esa decisión, desapareció misteriosamente, el 30 de julio de 1975.
La película ahonda en esa confesión en la que Sheeran admite su relación con su desaparición y posterior asesinato. Es más, el propio Sheeran afirmó haber tenido conocimiento de una supuesta conspiración en el seno de la mafia para asesinar al presidente Kennedy, debido a que su hermano Bobby, fiscal general de los Estados Unidos, estaba investigando a Hoffa (y fue el que lo encarceló). No obstante, esa conexión nunca fue confirmada.
Estos son los trazos principales de la compleja historia real que relata The Irishman. Un apasionante relato que ofrece un fresco de varias décadas de la historia estadounidense, lo que explica la extensa duración del filme, de tres horas y medias, en el que Scorsese ejecuta un minucioso retrato de un hombre frío y calculador, cuyo proceso de deshumanización resulta clave para poder comprender la película.
Considerado de uno los mejores largometrajes dirigidos por Scorsese, The Irishman llegará a Netflix el 27 de noviembre.