Las visitas continuadas, sobre todo en Semana Santa y verano, así como el pastoreo de ganado han desgastado el suelo de algunas zonas, en las que ya no crece vegetación.
Por Eduard Ribas i Admetlla
Lerdo (México), 15 noviembre (EFE).- Más de 570 especies diferentes de flora y fauna, entre las que se encuentran algunos árboles milenarios, son el tesoro que resguarda el parque natural Cañón de Fernández, una de las áreas con mayor biodiversidad del norte de México y que busca conservarse frente a la huella humana.
Ubicado en la región de La Laguna, en el norteño estado de Durango, el Cañón de Fernández abarca cerca de 17 mil hectáreas de sierra semidesértica atravesada por el río Nazas, que abastece de agua esta árida zona del país.
Debido a su importancia ecológica, el gobierno estatal de Durango declaró el Cañón de Fernández zona protegida en el año 2004, sin embargo no se estableció una vigilancia formal del parque ni un control de visitantes.
“De manera cultural, el sitio ha sido utilizado siempre por gente de la región porque ofrece agua para nadar, sombra para recrearse, hacer asados…”, comenta a Efe Adrián Varela, director de conservación de la ONG Pronatura, desde un pequeño cerro del cañón.
Las visitas continuadas, sobre todo en Semana Santa y verano, así como el pastoreo de ganado han desgastado el suelo de algunas zonas, en las que ya no crece vegetación.
Además, se han introducido especies invasoras que han puesto en peligro a las endémicas como los ahuehuetes -un tipo de árbol de la familia de las cupresáceas- algunos de los cuales han sido datados en miles de años, mientras que la demanda de agua en esta zona árida ha debilitado sensiblemente el caudal del río.
“El cañón es el último santuario vivo del río Nazas, a partir de aquí perece el río con toda la presión por el riego que se utiliza en la zona lagunera. Esa es la principal amenaza”, explica Varela, quien tiene un estrecho vínculo sentimental con la zona dado que su madre nació cerca.
Los expertos calculan que al menos 20 especies del parque estatal presentan alguna categoría de peligro, como es el caso de algunas cactáceas y una especie de pez conocida popularmente como cachorrito del Nazas (Cyprinodon nazas).
EL PLAN DE CONSERVACIÓN
Es por ello que Pronatura ha diseñado un plan medioambiental, que será íntegramente financiado por la Fundación Iberdrola y está apoyado por el Gobierno estatal de Durango, que tiene como objetivo restaurar, proteger y conservar el Cañón de Fernández.
El programa prevé proteger 600 hectáreas del parque estatal para garantizar la supervivencia de árboles milenarios, así como controlar las especies invasoras que ponen en riesgo a las especies autóctonas y promover un ecoturismo respetuoso con el entorno.
La energética Iberdrola, que tiene una planta generadora de energía de ciclo combinado en la cercana ciudad de Gómez Palacio, invertirá seis millones de pesos (unos 315 mil dólares) en los próximos cinco años para formar a las comunidades que habitan en la zona en cómo proteger el medioambiente.
Así lo plasmaron el gobernador de Durango, José Rosas, y el director general de Iberdrola México, Enrique Alba, quienes firmaron este jueves el acuerdo en Lerdo, municipio en el que se halla el cañón.
“Por la importancia que tiene es importante hacer actividades de conservación para que no se vaya descuidando lo que es este parque”, relata a Efe Dayanira Álvarez, responsable del área de Seguridad, Salud y Medio Ambiente de Iberdrola en la región.
Álvarez desvela que el proyecto se originó cuando grupos voluntarios de vigilantes ambientales, que se habían organizado para proteger el parque, se acercaron a la Fundación Iberdrola para pedir apoyo en sus labores.
La compañía decidió impulsar el proyecto dado que está “comprometida con el medioambiente” y concluyó que sobre todo “hay que controlar el personal que ingresa en la zona” ya que se practican actividades como el motociclismo que “desgraciadamente dañan los alrededores y la vegetación”.