México

El verdugo en lo oscurito

CLOSE UP | Insensibilidad y hambre insaciable de dinero han definido a Germán Larrea

15/10/2023 - 10:00 pm

¿Reservado hombre de negocios y reconocido por los mercados financieros globales? O bien, ¿un explotador sin escrúpulos ni calidad humana, acostumbrado a la complicidad de las autoridades de sexenios anteriores? Dependiendo de a quién se le pregunte sobre el segundo empresario más rico de México, Germán Larrea.

Ciudad de México, 15 octubre (SinEmbargo).– Hasta hace unos años, el segundo empresario más rico de México era un fantasma. No se le conocía el rostro ni en fotos. Hasta el momento, ya acumula un historial como “patrón explotador”, “irresponsable” ante ecocidios, muertes y enfermedades por actividad de sus mineras e incluso es señalado de “vengativo” con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyo Gobierno le retiró un contrato jugoso para un tramo del Tren Maya y le expropió una parte de las vías de Ferrosur a uno de sus preciados negocios, los trenes de carga. Acto seguido, se generó una crisis migratoria en el centro del país mediante Ferromex.

Alto, güero y siempre trajeado, muestran sus recientes fotografías en informes presidenciales o saliendo de Palacio Nacional. Es Germán Larrea Mota Velasco, dueño de Grupo México, Ferromex y Cinemex (26,600 mdd, Forbes 2023), a quien “ni su madre lo quiere”, narró el vocero de la sección minera 65 de Cananea, el sonorense Antonio Navarrete.

Su madre es Sara Mota de Larrea, la mujer que posee la mayoría de las acciones de Grupo México y, con ello, es más rica que su hijo, de acuerdo con Bloomberg. Su padre veracruzano Jorge Larrea fue quien fundó todo este imperio en el salinismo y lo heredó a su hijo en los noventa. Germán Larrea también le heredó el gusto por el vino y las carreras de caballos. Egresado de Administración de Empresas en la privada Universidad Anáhuac, recientemente quiso comprar Citibanamex, banco del que fue consejero hasta 2015, pero no se pudo.

Germán Larrea Mota Velasco, el segundo empresario con mayor fortuna en el país. Foto: Moisés Pablo, Cuartoscuro.

Al igual que su mamá, Larrea no da entrevistas, conferencias ni habita el mundo digital. No se sabe con precisión cuándo nació en la Ciudad de México y gusta de viajar a Italia. ¿Su última aparición indirecta? A través de un comunicado de Grupo México (minera Buenavista), donde “el Rey del cobre” se pone al tú por tú con la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat), que demostró con estudios científicos que, por negligencia, su minera de cobre derramó tóxicos sobre la cuenca de Sonora y, que a nueve años de ello, mantiene a los habitantes aledaños con metales pesados en la sangre y sin acceso a agua potable.

Pero previamente, a través de Ferromex (que Ernesto Zedillo le concesionó), originó un caos en el flujo migratorio con epicentro en Huehuetoca, Estado de México. Los dos comunicados de su equipo de comunicación argumentaron que “por seguridad” de los migrantes el tráfico del ferrocarril con carga –rumbo a la frontera con Estados Unidos– se detendría en algunas rutas sin especificar cuáles.

La decisión corporativa detonó un embudo en la zona y la intervención del Instituto Nacional de Migración (INM), que acordó junto con Ferromex “ubicar los puntos estratégicos para el rescate y disuasión” del flujo de migrantes que huyen de la crisis económica y la violencia de sus respectivos países, y también acordaron retornarlos en transporte aéreo y terrestre.

LARREA, EL PATRÓN

En 1988 el padre de Germán Larrea, el empresario Jorge Larrea, compró por 680 millones de dólares las acciones gubernamentales de la mina “La Caridad” en Nacozari y la de “Cananea”, en Sonora, que bajo la gestión del hijo se volvió el reconocido Grupo México, cuya división minera es líder en producción de cobre en el mundo y tiene concesiones para extraer hasta 2062, incluso en Áreas Naturales Protegidas como la reserva de la mariposa Monarca.

Como 100 años atrás, el 30 de julio de 2007 estalló la icónica huelga de Cananea, área donde opera la mina Buenavista del Cobre, la joya de su corona que siete años después derramó tóxicos sobre la cuenca de Sonora. El movimiento obrero inició por la ausencia de condiciones de seguridad y salubridad hasta que en 2010 las fuerzas públicas del Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa les arrebataron las instalaciones.

La empresa, con apoyo del Secretario del Trabajo Javier Lozano, les quitó el Contrato Colectivo de Trabajo y contrató a otros trabajadores. Por ello, hasta la fecha hay inconformidades ante tribunales internacionales.

“¡Único requisito! No ser de Cananea”, decía letrero de Grupo México en el marco de la huelga de Cananea va inicios de milenio. Foto: Cortesía para SinEmbargo de la sección 65 del sindicato minero.

El ahora Senador Napoleón Gómez Urrutia lideró la huelga en Cananea. Autoexiliado a Canadá por deber 54 millones de dólares a los trabajadores tras la venta de Cananea, califica al magnate como alguien “malhumorado, egocéntrico y sin escrúpulos” en su libro El colapso de la dignidad, que aborda otro evento que retrata a Larrea como patrón sin otorgar seguridad y ventilación suficiente: la explosión de la mina de carbón Pasta de Conchos (Industrial Minera México) en Nueva Rosita, Coahuila, que dejó atrapados a 120 metros de profundidad a 65 mineros en febrero de 2006. También dejó a sus familiares aún con la sensación de impunidad por “los cómplices” de Larrea en el gobierno foxista, dijo Gómez. Físicamente, el Senador lo describe como “de piel pálida, ojos claros y una expresión arrogante”.

“El cobarde de Germán Larrea no se presentó en la mina ni para pedirle disculpas a las familias, ofrecer las condolencias y ofrecer los recursos técnicos o materiales para el rescate”, acusó sobre Pasta de Conchos el Senador Gómez Urrutia durante la presentación del libro en marzo de 2020.

El vocero de la sección 65 en Cananea del sindicato minero, Antonio Navarrete, agregó algo más: es un explotador que, “por su hambre de hacer dinero”, ha pisoteado los derechos laborales de los mineros de Cananea, Taxco y Sombrerete, bajo la complicidad de los expresidentes “que parecen gerentes” de Grupo México, así como también la complicidad del exsecretario de Gobernación Fernando Gómez-Mont, que era abogado de la minera.

Aunque en EU, hablando en inglés, Larrea sí tuvo que comparecer en junio de 2008 ante una corte por las acusaciones de ser parte de un complot para llevar a la bancarrota a la minera Asarco LLC al despojar a esta minera de Arizona de una valiosa participación en Southern Peru Copper Corp .

“Es una persona carente de amor hacia el prójimo, que ha pasado por encima de todo mundo y que ha logrado toda esa fortuna que él posee a base de la esclavitud que tiene hacia sus trabajadores”, dijo en entrevista el minero Navarrete. “Es un personaje que obtiene todo a costa de lo que sea, con la corrupción, con el tráfico de influencias pasando por encima de autoridades”.

De las primeras fotos que México conoció sobre el segundo empresario más rico del país. Foto: Especial.

Y abundó: “Es una persona que tiene mucho resentimiento hacia las personas porque cuando le exigimos nuestros derechos lo único que intenta es reprimirnos, golpearnos; nos quitó el agua potable cuando estallamos la huelga, nos corrió a los hijos de las escuelas privadas y nos quitó lo más elemental, el derecho a la salud, que ni en las guerras está permitido”.

–¿Usted lo considera vengativo?– se le preguntó.

–Sí, es una persona muy vengativa y tal es el caso de nuestro Secretario general el Senador [Napoléon Gómez Urrutia] que tuvo que salir en un exilio forzado porque Germán Larrea intentó acabar con su vida y la de su familia.

Ya fuera de cámara, el vocero minero Antonio Navarrete planteó que el reciente paro de los trenes de Ferromex también lo considera “una venganza” por los diversos roces que ha tenido con el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

LARREA, EL VENGATIVO

Ferromex y Ferrosur, de la empresa Grupo México de Germán Larrea, dominan el transporte de carga de productos agrícolas, minerales y energía desde que el Gobierno de Ernesto Zedillo le dio concesiones tras la privatización del sector.

Ferrosur traslada desde Coatzacoalcos hacia el Valle de México, pero el Gobierno federal –con elementos de la Marina– exigió su derecho de vía en un tramo de Coatzacoalcos a Medias Aguas, clave para el proyecto Corredor Interoceánico, negociación que –aunque Larrea se quedó con el tramo del puerto– llevó al magnate a dejarle de contestar el teléfono al entonces Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, compartió el Presidente Andrés Manuel López Obrador en mayo.

Ya estaba el acuerdo para recuperar el derecho de vía por decreto y publicarse en el Diario Oficial de la Federación, contó el Mandatario federal, pero se atravesó su periódica comida con el sector empresarial, incluyendo con el magnate Germán Larrea. Al día siguiente de la comida, ambos fueron a un desayuno para acordar la devolución de este tramo de concesión sin quitarle el derecho a entrar al puerto de Coatzacoalcos, pero Larrea le pidió un pago que el Presidente consideró “un abuso”, se publicó el decreto y las negociaciones se pusieron “difíciles”, como informó la empresa en un comunicado.

–Los abogados o asesores expertos malaconsejan y viene con una propuesta, que querían que les pagáramos nueve mil 500 millones de pesos. Pues así ya no se puede –compartió el Presidente Andrés Manuel López Obrador el 22 de mayo respecto a las negociaciones con Larrea por el referido tramo en el sureste.

¿O sea, que se lo querían vender?

Sí, pero ni siquiera a un precio justo, sino un abuso […] La diferencia son 120 kilómetros, pero Zedillo les entregó 24 mil kilómetros a dos empresas.

En azul, las vías de Ferromex. En verde, las de Ferrosur. Imagen: Agencia Reguladora de Transporte Ferroviario.

Los títulos de concesiones fueron otorgados por el Gobierno de Ernesto Zedillo y Vicente Fox en junio de 1997 a Ferromex (8 mil 130 km); y en junio de 1998, y octubre de 2005 a Ferrosur (1,823 km), de acuerdo con la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario. El Gobierno puede expropiarlos cuando así lo vea conveniente.

Pero no fue la única vez que el Gobierno federal le arrebató algo (con indemnización) a un magnate que estaba acostumbrado al contubernio con los expresidentes y exsecretarios de Estado en la época de Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto.

A inicios de junio, Grupo México (México Compañía Constructora) informó a sus inversionistas en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) que se llegó a un acuerdo reparatorio con el Gobierno de México, por lo cual cerró su participación en el tramo 5 sur del Tren Maya por tener la “imposibilidad técnica” de terminar los trabajos para julio de 2023, es decir, en el periodo exigido por el Presidente López Obrador.

Ese tramo, de la selva del Caribe, ha sido el de mayor retraso por la presencia de amparos y la reubicación ante la presencia de cenotes en la Península de Yucatán. Actualmente, lo construye la Sedena.

LARREA, EL “ECOCIDA”

El último round que ha tenido el empresario Germán Larrea con el Gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador –con quien se ha reunido en más de una ocasión en Palacio Nacional– es por la falta de reparación de daño tras el derrame de tóxicos en la cuenca de Sonora.

Desde agosto de 2014, mantiene contaminación en el aire, suelo y agua de la zona, donde los habitantes presentan metales pesados en la sangre y el ganado registra abortos o nacimientos prematuros, algo no visto hasta antes del derrame, aunque el comunicado de la empresa de Germán Larrea señale como responsables al abono agrícola y a los insecticidas de los campesinos.

Por un lado, Grupo México alegó incompetencia de la Semarnat para levantar esos estudios, señaló que solo la Cofepris y la CONAGUA –donde tenía aleados– pueden hacerlo y citó un estudio del Gobierno de Sonora de 2019 bajo gestión de la priista Claudia Pavlovich.

Por el otro, la Semarnat alertó con base en muestreos que algunas comunidades continúan sufriendo “alarmantes” niveles de contaminación en el suelo, el aire y el agua, y confirmaron con imágenes satelitales que el derrame no se debió a las fuertes lluvias, como se informó inicialmente, sino al “diseño deficiente” de una presa en la mina Buenavista del Cobre, por lo que el Gobierno federal y la empresa deben entregar a las víctimas el resto del Fideicomiso opaco durante el peñismo.

Ganado sobre cuerpos de agua contaminados. Foto: PODER.

José Manuel López, productor ganadero y víctima del derrame en Sonora, lo considera una persona “irresponsable” y de “muy baja calidad humana” porque, ha percibido a lo largo de esta casi década, no le interesa el sentir de los demás más allá de sus ganancias.

“Su empresa se dedica a pisotear los derechos humanos de las personas de aquí del río Sonora, pues me imagino que igualmente lo hace con sus trabajadores”, aseguró el habitante de Baviácora, en entrevista a parte, pero en coincidencia con el líder minero de Cananea, Antonio Navarrete.

Esté o no de acuerdo el magnate, finalizó el ganadero, debe reparar el daño por la cuenca de Sonora, en representación también de los mineros de Pasta de Conchos, Cananea y demás víctimas de un empresario, reconocido en las finanzas mundiales, pero sin escrúpulos para lograr sus fines.

“Le va a llegar la hora, le tiene que llegar su hora”, espera José Manuel ahora que la Semarnat –a diferencia de los sexenios anteriores– está de su lado.

Dulce Olvera
Reportera de temas de crisis climática, derechos humanos y economía. Egresada de la FCPyS de la UNAM.
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