Mier tiene diversos lugares para recorrer, descansar y sorprenderse entre ellos la Casa de los Texanos mejor conocida como la “Casa de los Frijoles” o sus presas donde se puede hacer senderismo o pasear a caballo.
Ciudad de México, 15 de octubre (SinEmbargo).- Mier es un pueblo mágico ubicado en en medio del desierto de Tamaulipas que invita a sus visitantes a pasar días de paz y tranquilidad rodeados del agua de tres ríos que cuantan con presa en la que se pueden realizar actividades como la pesca.
Mier se fundó en 1573 y a lo largo de su historia sirvió de escenario para varias batallas entre Estados unidos y México por la independencia de Texas.
En la plaza principal se encuentra la Iglesia de la Purísima Concepción que inició su construcción en piedra labrada en 1757 por la orden de los franciscanos. Este templo muestra diversos tipos de arquitectura debido a que su edificación tardó más de un siglo.
Otro edificio destacado es la Casa de la Cultura en la que se pueden apreciar fotografía antiguas del lugar además de obras como pinturas y objetos pertenecientes al actor Eleazar García “Chelelo”. Junto a esta casa se encuentra la Capilla de San Juan Bautista que fue construida en piedra arenisca 1835.
Un lugar que despierta la curiosidad es la Casa de los Texanos mejor conocida como la “Casa de los Frijoles”, según cuentan el lugar sirvió como cárcel para 200 prisioneros texanos, que buscaban formar la república fronteriza, destinados a ser fusilados; para evitar tal número de muertes los mexicanos pusieron en un bote 176 frijoles pintos y 17 negros, los detenidos con los ojos vendados debían sacar un frijol del bote y aquellos que sacaron los frijoles negros fueron fusilados.
Las presas de Mier ofrecen la posibilidad de realizar senderismo, recorrer el lugar en bicicleta o a caballo además de participar en torneos de pesca deportiva como la de Marte R. Gómez. En el Parque Recreativo Las Blancas los visitantes pueden refrescarse en sus aguas o descasar a la sombra de sus arboles. Además en tiempo de sequía la presa Binacional de Falcón deja ver la antigua ciudad Revilla o Guerrero viejo que quedó cubierta por sus aguas.
La fauna del lugar incluye venados cola blanca, palomas, codornices, conejos, coyotes, jabalíes, gatos monteses y halcones, entre otros.
Su gastronomía incluye diversos cortes de carne y quesos, la influencia norteña, además de chorizo, tocino, carne seca; los platillos más conocidos son el asado, salpicón con queso amarillo, tamales de chile relleno, codorniz asada, mole de conejo y la milanesa estilo Mier. Otro aspecto de su comida que cautiva son sus variedades de pan como son las semitas, pan de campo y las empanadas.