Ciudad de México, 15 de octubre (SinEmbargo).- El deslumbramiento ocular es uno de los daños más comunes a la salud de los ojos, al que cualquier persona está expuesta cuando una cantidad excesiva de luz no es tolerada por la retina y puede causar fatiga, desorientación y hasta ceguera temporal, que en ocasiones derivan en accidentes.
Rafael Bueno García, oftalmólogo-retinólogo miembro de la Asociación Mexicana de Retina, dijo en conferencia de prensa con motivo del Mes Mundial de la Salud Visual que esta problemática se puede dar en situaciones cotidianas de la vida, como cuando se maneja un automóvil, y aunque aquellos que no han corregido o no reciben tratamiento por sus problemas de visión, como el astigmatismo y la miopía, aumentan su riesgo, todos están todos están propensos a deslumbrarse.
Las probabilidades también aumentan en los adultos mayores, pues ya perdieron su agudeza visual, en las personas con patologías corneales, con cirugías refractivas, así como los trabajadores que pasan mucho tiempo en lugares con iluminación deficiente o escasa.
“Las luces del amanecer o el atardecer pueden provocar distracción y desorientación. Otra manifestación habitual es cuando se pasa de un ambiente a otro con condiciones de iluminación diferentes, lo que genera incomodidades y fatiga ocular”, dijo el experto.
Explicó que este fenómeno visual también puede incapacitar cuando la intensidad de la luz es tan extrema que reduce el contraste de la imagen retinal y, por ende, bloquea la visión más allá del momento de exposición. Y la situación más intensa de deslumbramiento es la que ciega temporalmente, producto de una luz reflejada en las superficies brillantes como agua, arena o nieve.
En estos casos, el segmento más afectado son los automovilistas, y los peatones en consecuencia, pues cuando se está detrás del volante el 80 por ciento de la información es recibida a través de los ojos.
De acuerdo con un estudio desarrollado en España en 2011, uno de cada cuatro, de los 2 mil 500 conductores encuestados, sufrieron un accidente de tránsito por deslumbramiento, la mayoría (85 por ciento) resultado de la luz solar. Asimismo, otra investigación realizada en Japón en 2013 concluyó que gran parte de este tipo de percances ocurrían al atardecer y durante el otoño, cuando el sol está en su nivel más bajo y pega directamente a la cara.
“El deslumbramiento al volante resulta incómodo y hasta peligroso para el conductor y los peatones. De ahí la necesidad de tomar medidas de protección visual. La clave está en el uso diario de lentes que se adapten a las diferentes condiciones de iluminación, regulen la cantidad de luz que ingresa a los ojos y filtren 100% los rayos ultravioleta (UV)”, agregó Bueno García.
Por su parte Enrique Blanco Díaz-López, miembro del Colegio de Optometristas de Aguascalientes, consideró que el deslumbramiento se puede aminorar con el uso correcto de lentes fotosensibles o polarizados que cumplan con estándares de calidad, tales como algunos que ya se encuentran en el mercado que reaccionan tanto a los rayos UV como a la luz visible, cambiando a color café rojizo para filtrar el exceso de luz brillante y dar una mayor protección.