Andrés Manuel López Obrador llega a su primer Grito de Independencia con una gran aprobación de la población y se hace evidente en el festejo de este año. Miles de personas llenaron la plancha del Zócalo para dar el Grito con el primer Presidente de izquierda.
Ciudad de México, 16 de septiembre (SinEmbargo).– Hace apenas un año, en las calles aledañas al Zócalo capitalino, las labores de llegada y entrada de gente acaparaban la atención: eran filas largas para verificar que tuvieran la invitación que los acreditaba como gratos a la fiesta del Presidente Enrique Peña Nieto. Esa imagen de hace un año fue el retrato de todo un sexenio. Un año después, estas calles parecen haber despedido ya los detectores de metales y las revisiones del Estado Mayor Presidencial.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador llegó a su primer Grito de Independencia con una gran aprobación de la población y se hace evidente en el festejo de este año y aunque por otro lado arrastra críticas y también impaciencia justificada ante la falta de resultados, el hecho es que este 15 de septiembre encabezó la ceremonia el primer Presidente de izquierda.
En punto de las 22:58 horas, el Presidente López Obrador caminó junto a su esposa hacia el balcón central de Palacio Nacional, recibió la bandera nacional y se asomó hacia la explanada del Zócalo capitalino.
En esta ocasión, a diferencia de otros sexenios, no había invitados esperando a la pareja presidencial para verla recorrer el camino hasta llegar al balcón. Los pasillos lucían vacíos. Solamente el Mandatario federal, su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, y la escolta de cadetes.
A las 22:59 horas, la gente comenzó a gritar cuando vieron asomarse a Andrés Manuel y comenzaron las arengas:
“Viva la Independencia. Viva Miguel Hidalgo. Viva José María Morelos y Pavón. Viva Josefa Ortiz de Domínguez. Vive Ignacio Allende. Viva Leona Vicario. Vivan las madres y los padres de nuestra patria”.
“Vivan los héroes anónimos. Viva el heroico pueblo de México. Vivan las comunidades indígenas. Viva la libertad. Viva la justicia. Viva la democracia. Viva nuestra soberanía. Viva la fraternidad universal. Viva la paz. Viva nuestra riqueza cultural de México. Viva México. Viva México. Viva México”, gritó el Presidente ante miles de personas congregadas en la Plaza de la Constitución para celebrar el 209 aniversario del inicio de la Independencia de México.
El Presidente lanzó 20 vivas y los asistentes que llenaron el Zócalo le respondieron con vivas y gritos de: “No estás solo”, “Sí se pudo” y “Presidente”.
Ningún invitado estuvo de su lado derecho, solo del otro lado salieron el Canciller Marcelo Ebrard y el titular de Hacienda, Arturo Herrera, cada uno con sus esposas. En el siguiente, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum y el presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar.
Después del himno vinieron los cohetes y la música que apagó el grito de “no estás solo”.
Desde dos horas antes del Grito, el equipo de López Obrador pudo presumir que el Zócalo estaba lleno. De acuerdo con el C5 de la Ciudad de México, en la explanada del Zócalo capitalina se reunieron 130 mil personas para presenciar el primer Grito de Independencia del Ejecutivo federal.
LA FIESTA EN EL ZÓCALO
Previo a la ceremonia, cada estado desfiló por el escenario puesto frente a Catedral y la atención y recibimiento fueron buenos.
En los espacios la gente comenzó a cantar el Cielito Lindo, ya viendo hacia el balcón central de Palacio Nacional, resguardado por elementos de la Guardia Nacional y elementos de lo que fue el Estado Mayor Presidencial.
Eduardo, visitante del Estado de México, consideró que “desde la entrada de zapatistas y villistas” el centro del país no estaba “tan cercano a la raza” y agregó que después de tantos años, el Zócalo “por fin volvía a ser nuestro”.
A las 22:30 horas, a unos minutos de empezar la ceremonia, la gente comenzó a gritar “sí se pudo” y recordó el camino de 12 años de López Obrador para llegar a la Presidencia.
Hubo gritos y aplausos cuando las luces dentro de Palacio se encendieron, hubo más cuando la ventana central se abrió y colocaron el micrófono y el templete.
GRITOS DE FOX, CALDERÓN Y PEÑA
Fue Lázaro Cárdenas el que incluyó en la arenga un “¡Viva la revolución social!”; Adolfo López Mateos externó un ¡Viva la Revolución mexicana! Luego quien modificó de nueva cuenta el grito fue Vicente Fox, que incluyó a Leona Vicario y para 2006, con un país que se debatía entre el fraude o no de las elecciones de ese año, gritó por la democracia, las instituciones y la unidad.
Ese fue, quizás, el último grito abierto a la población. Felipe Calderón en 2007 gobernó para una población divida y los gritos con él eran oportunidad para mostrar la inconformidad por el sabor a fraude y luego el incremento de la violencia encarnecida en muchos de los estados del país, viéndose reflejado en el estallido de dos granadas en pleno grito de Independencia en Morelia, justo el lugar donde él dio inicio a su guerra contra el narcotráfico.
Calderón tuvo al país enojado y al mismo tiempo desangrado. En el Zócalo se disputaban los gritos de “Viva”, “espurio” y “asesino”. En consecuencia, esos últimos años el Zócalo no se llenó de gente como era costumbre.
Y de eso el siguiente Presidente, Peña Nieto, tomó nota. El objetivo fue llenar de gente la plancha, a como diera lugar.
Con Peña, el Zócalo se privatizó para los “invitados” que se reunían alrededor del balcón en el que salía la familia presidencial y que daba pie a las notas de cuántos miles de pesos habían costado los vestidos de cada una de las mujeres y quién había sido el diseñador.
A esas alturas, el Zócalo era ya un cuadro cuidado por policías y detectores de metales. Y fue exclusivo para esos “invitados”.
Peña y familia utilizaron esta fecha para hacerle una fiesta a la frivolidad, teniendo como público a gente que aprovechaba el acarreo para conocer la Ciudad de México, así tuviera que esperar hasta las 5 de la mañana del siguiente día para poder abordar de nuevo un camión que los llevara a su comunidad.
Hay una generación que desde 1988 aguardó este momento. Y las palabras que Cuauhtémoc Cárdenas, el candidato presidencial de esa elección, dijo el pasado martes 11, caben perfectamente: “No hay ningún partido, ningún funcionario ni ninguna persona que pudiera o debiera adjudicarse estos cambios de manera individual, ha sido un esfuerzo colectivo que nos toca a quienes estamos presentes y a muchos otros que tienen reconocimiento por habérselo ganado en distintos ámbitos de la vida social”.
Pasaron más de 30 años de esa elección en la que la izquierda parecía la triunfadora, pero en cambio vinieron Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Sobre lo dicho por Cárdenas, López Obrador también fue claro; le dio la razón y dijo que “la victoria era de todos”, hasta de los que hoy ya no están.
Y aunque en la misma calle en la que hoy hay fiesta, es posible ver los problemas que aquejan, como la pobreza y un poquito más lejos la inseguridad, el Grito hoy fue distinto; hoy quien quiso se dio el derecho de venir al Zócalo y gritar que viva este país.