Eleazar Hernández, “Rayito”, era bailarín de danza urbana y viajó a Ciudad Guzmán, Jalisco, el 16 de diciembre para participar como juez en un concurso. Después del evento, a las 20:00 horas, se reunió con amigos en una casa particular para festejar el encuentro. Hasta ahí llegaron desconocidos, quienes lo golpearon a él y a uno de sus compañeros. Sólo se llevaron a “Rayito”.
Su madre, Reina Torrecillas, lo buscó por más de ocho meses con el colectivo Sabuesos Guerreras, el cual le permitió establecer contacto con organizaciones de Jalisco para hallar rastros del joven. En agosto recibió la noticia. Ese grupo supo de la existencia de un cuerpo con las características de “Rayito”: un joven de 22 años, de complexión delgada, cabello largo y con tatuajes. El cadáver estaba en el Semefo desde el 19 de diciembre, es decir, tres días después de la desaparición.
Por Janeth Aldecoa
Culiacán, Sinaloa/Ciudad de México, 15 de septiembre (Noroeste/SinEmbargo).- Los restos de Eleazar Hernández, “Rayito”, llegaron anoche a Culiacán. Fueron entregados a su madre, Reina Torrecillas, quien lo buscó durante exactamente ocho meses y 12 días, tiempo que estuvo desaparecido.
El bailarín de danza urbana viajó a Ciudad Guzmán, Jalisco, el 16 de diciembre.
Ese día participó como juez en un concurso de baile. Después del evento, a las 20:00 horas, se reunió con amigos en una casa particular para festejar el encuentro. Hasta ahí llegaron desconocidos, quienes lo golpearon a él y a uno de sus compañeros. Sólo se llevaron a “Rayito”.
Pasaron tres días. Las autoridades de Jalisco encontraron un cuerpo que no portaba identificación. Lo mantuvieron un tiempo en un tráiler refrigerado, y en mayo lo enviaron a la fosa común.
EL INICIO DE LA BÚSQUEDA
Reina, su madre, se integraba al colectivo Sabuesos Guerreras. Buscaba apoyo para localizarlo. Dejaba muestras de su ADN aquí en Culiacán, y también en Jalisco.
Con apoyo de María Isabel Cruz, líder del grupo Sabuesos Guerreras, mantuvo comunicación con un colectivo hermano en Guadalajara, denominado Amor por Ellos, integrado por mujeres que, como ellas, buscan a sus desaparecidos.
En agosto recibió la noticia. Ese grupo supo de la existencia de un cuerpo con las características de “El Rayito”: un joven de 22 años, de complexión delgada, cabello largo y con tatuajes.
El cadáver estaba en el Semefo desde el 19 de diciembre, es decir, tres días después de la desaparición.
Ambos colectivos se coordinaron y pidieron a las autoridades que compararan las muestras de ADN con las de ese cuerpo. Coincidieron.
El 27 de agosto, Reina e integrantes de Sabuesos Guerreras se plantaron frente al Gobernador Quirino Ordaz Coppel en un festejo por el Día del Abuelo.
Pidieron apoyo para traer a “Rayito” a Culiacán. Notas periodísticas de ese día relatan que Quirino Ordaz ignoró la manifestación y el llanto de Reina.
LA LLEGADA DE RAYITO
A las 19:00 horas del jueves, las instalaciones de una conocida casa funeraria en Culiacán estaban repletas de mujeres, integrantes del colectivo Sabuesos Guerreras. Esperaban la llegada de “Rayito”.
Poco a poco se sumaron jóvenes de veintitantos años, seguramente con la misma afición al arte como “Rayito”. Daban apoyo a la madre.
Pasaban los minutos. “Rayito” sería enviado por carretera. El avanzado estado de descomposición imposibilitaba su traslado por avión.
Personal de la casa funeraria llamó a Reina. Le advertía que por el estado del cuerpo de su hijo era imposible mostrárselo. Preguntaban si aún así estaba dispuesta a que lo vistieran con las prendas que entregó para su último adiós. Respondió que sí.
Cerca de las 20:00 horas representantes de la casa funeraria pidieron a Reina que saliera al estacionamiento. El cuerpo de “Rayito” llegaba en una carroza. Así fue el reencuentro de la madre con su hijo, sin una posibilidad de verlo.
Reina recibió una bolsa con las pertenencias de su hijo: ropa, calzado. Miembros del colectivo prefirieron no abrirla, para extremar precauciones, en caso de que las prendas deban ser usadas como prueba en una nueva carpeta de investigación por el homicidio de Eleazar.
Finalmente, casi a las 23:00 horas, el cuerpo de “Rayito” fue conducido a Yebavito, Navolato, donde será enterrado.
La madre del joven danzante señala que aún le parece mentira lo ocurrido a su hijo. Sin embargo, califica como un milagro haberlo encontrado.
– ¿Tranquilidad?
– Yo creo que sí al haberlo encontrado, porque cuánta gente quisiera encontrar a sus desaparecidos. No es como habría querido encontrarlo, pero le doy gracias a Dios que pudimos encontrarlo, que podremos darle una cristiana sepultura y que ahora sí estará descansando.
EL TRASLADO
Fue María Isabel Cruz, líder de Sabuesos Guerreras, quien acudió a Jalisco para reconocer y reclamar el cuerpo de “Rayito”. Lo hizo con recursos de las integrantes del colectivo. Señaló que, por cuestiones de seguridad, la madre del joven no pudo acudir, y ella misma debió aceptar al menos 16 elementos de seguridad como resguardo.
Destacó que la coordinación entre colectivos fue crucial para encontrar a Eleazar.
“Nosotras enviábamos información de los (desaparecidos) de aquí, las del colectivo de Jalisco enviaban información de los de allá. Ellas van al Semefo, revisan los cuerpos, las prendas que hay y llevan un álbum. Se dieron cuenta de que ahí estaba ‘Rayito’, tenía ocho meses allá”.
“Me da mucho coraje porque, y entonces ¿dónde están las confrontas de ADN? Es una burla”, condenó.
Sabuesos se acercó a José Luis Leyva Rochín, coordinador general de Agencia Especializada en Desaparición Forzada de Personas no Localizadas o Ausentes. Lograron la posibilidad de acudir a reclamar el cuerpo a Jalisco.
“‘Rayito’ estaba muy torturado, le taparon los ojos. Estaba en un tráiler refrigerado y en mayo lo enviaron a la fosa común. ¿Dónde están las confrontas? Se supone que hay coordinación entre ambos estados y nos damos cuenta de que vuelve a fallar el sistema”, lamentó.