Cientos de camiones, procedentes en su mayoría del Estado de México, empezaron a llegar al Zócalo de la Ciudad de México desde pasado el mediodía. Como cada año, desde que llegó a la Presidencia Enrique Peña Nieto, se alimenta la plancha con acarreados del Estado de México, aunque en ocasiones anteriores, también del estado de Hidalgo. Usuarios de redes sociales han compartido fotos donde se observa la fila de autobuses que transportan a personas para ingresar a la Plaza de la Constitución. La vieja tradición de acarrear invitados para llenar espacios en eventos públicos o políticos importantes para los gobiernos del PRI se cumple también hoy, como en las tres anteriores ceremonias de El Grito. Entre los acarreados hay niños, ancianos, mujeres. Gente de lo más pobre de estados cercanos a la capital.
CORTE FINAL DE ESTA CRÓNICA: 19 HORAS
Por Dulce Olvera y Shaila Rosagel
Ciudad de México, 15 de septiembre (SinEmbargo).– La vieja tradición de acarrear invitados para llenar espacios en eventos públicos o políticos y aparentar apoyo a los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se cumplió también hoy, aquí, previo a la ceremonia del Grito en el Zócalo.
Como ha sucedido en cada una de las tres celebraciones de la Independencia con Enrique Peña Nieto, ya como Presidente, camiones cargados con ciudadanos –sobre todo del Estado de México– han llegado al Centro Histórico de la capital del país para tomar parte de un festejo que, al menos en la teoría, es para el libre disfrute de los mexicanos.
Los camiones en los que se transportó a personas fueron tantos que se encontraban a la vista de todos: Se estacionaron en la zona aledaña al Zócalo, pero también en zonas que circunda el primer cuadro del Centro Histórico de la Ciudad de México, donde incluso la policía capitalina y elementos de la Policía Federal les dieron resguardo.
El azul predominó sobre la simbólica triada del verde, blanco y rojo para celebrar el 206 aniversario de la Independencia de México. Por toda la calle Palma, hay decenas de camiones estacionados. Por la ventana de algunos fue posible ver bolsas con lunches.
Esos camiones no transportaron a los llamados “acarreados”, sino a miles de policías provenientes de otros estados.
Por eso el centro de la ciudad se vistió de azul.
Por todas las calles aledañas a la plancha del Zócalo capitalino hubo elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México y de la Policía Federal. En la calle de Palma, cada 15 minutos llegaba un nuevo camión con invitados que simulaban apoyo para el Presidente mexicano.
Por la calle República Dominicana, fueron ingresando cientos de acarreados con sticker en el pecho, botón de la bandera mexicana, brazalete verde en la muñeca y algunos cargando su bolsita con lunch. Llegaron de distintos municipios de Hidalgo, Puebla y el Estado de México. Eran tantos esta tarde que debieron formarse por toda la calle de República de Brasil.
Si un ciudadano común quería acceder por ahí, no podía. Si quiere obtener un brazalete, tampoco. “Sólo es para invitados”, dijo un guardia de seguridad.
–¿Invitados de quién? – .
–De la Presidenta Municipal de Tecámac –responde una mujer.
–De la Sagarpa [Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación] de Hidalgo –responde el campesino Félix.
–Avance, avance, avance –vociferaba un policía.
Eran montones: niños, mujeres, adultos, ancianos. “¡Sticker y pulsera a la vista!”, les ordenaban.
Muchos de ellos eran indígenas. Gente humilde, con guaraches de plástico y sombrero, con zapatos sucios y ropa raída.
-¿De dónde viene?
–De Hidalgo –respondió una mujer con todo para acceder a primera fila frente al Palacio Nacional.
–¿Quién la invitó?
–No sé quién es. No la conozco.
-¿Por qué vino?
–…
–¿No sabe?
–…
Avanza. Ya no contesta.
“Bienvenidos, se divierten mucho”, les decía una mujer del equipo de las chamarras verdes, quienes vigilaban su arribo.
Las calles de Lázaro Cárdenas, Donceles, República de Brasil y finalmente República de Cuba se volvieron un hormiguero.
Una vez que bajaban, los miles de “invitados especiales”, como seguridad los llama, los camiones estacionados en Palma –donde “llegaron los policías”– se fueron por Tacuba.
–Nosotros vinimos de varios estados en esos camiones –afirmó a SinEmbargo un Policía Federal parado a lado de una camioneta de esa dependencia.
La cajuela estaba repleta de bolsas con comida.
La jornada será larga. Algunos arribaron desde las 5 de la mañana y otros desde las 8.
–¿Y por qué no usaron las camionetas de la policía? – se le cuestionó.
–Para no llamar la atención.
Un señor que atiende un puesto de periódicos en una esquina de Palma aseguró que fueron policías quienes bajaron de los primeros camiones.
Los azules subían y bajaban. Algunos se quedaron sentados en el interior del transporte. Sus lunches incluían fruta (manzana, plátano o naranja), agua o refresco, galletas y pan. Pero algunos preferían comprarse sus propios alimentos como un par de policías que, parados, terminaban su comida china en platos de unicel.
Otros mataban el tiempo boleando sus botas, platicando entre ellos.
-¿No son acarreados? -.
-¿Por qué?– dijo un organizador de los invitados
-Les he preguntado y no saben a qué vienen.
-Es parte de la vida – contestó dando una palmada en el hombro a la reportera.
A las cinco de la tarde, los “de la pulsera verde” no dejan de llegar. Llevaban una hora ingresando…
Para pasar a donde se realiza la ceremonia de El Grito hay que cruzar por al menos ocho puntos de seguridad. Hubo una marcha convocada para hoy, y acciones de protesta. Quizás por eso.
Una mujer caminaba contenta con sus dos hijos. Los tres traía brazalete y afirmaban que acaban de llegar en un autobús del Estado de México junto con otras 40 personas.
– ¿Con ese brazalete entran rápido?
-Sí, directo al Zócalo, dice Diana Núñez, originaria del Estado de México
-¿Y con ese brazalete les dan comida?
-Sí – dice.
– ¿Y quién los trae?
-Nomás llegaron a la colonia y nos invitaron – detalló.
El acceso a la gran sede del evento fue pausado. El paso oficial fue impuesto a las seis de la tarde, pero muchos ciudadanos se formaron desde antes sobre Avenida Madero para ir ingresando hasta donde las vallas lo permitían; esto es, antes de la plancha.
Policías federales resguardaban la entrada. Incluso un miembro del Estado Mayor, que deslumbraba con su saco negro y lentes de sol.
Vigilaban mochilas. Estaba prohibido acceder con botellas de vidrio o latas; armas; o objetos punzo cortantes. “Por seguridad”, deben revisar carreolas y sillas de ruedas.
Ante la experiencia de hace dos años, ahora fueron los padres o acompañantes quienes revisaban a los menores de edad ante la presencia del guardia de seguridad.
Una mujer que lleva en brazos a su hija vestida de mexicana, dice que no irá a El Grito, porque le es muy difícil entrar con la niña.
– ¿Por qué no va a ir a la fiesta del Zócalo?
– Porque se pone muy feo. Empujan, además con la niña no quiero que la revisen. Ya no es como antes, ahora se pasan. Además no tengo nada que celebrar. Este Presidente es nefasto– contestó.
-Antes, ¿cómo era?
– Muy bonito, podías venir a convivir con la familia, a comprar buñuelos– recuerda.
Calle Tacuba, 5 de mayo y 20 de noviembre están cerradas. Los transeúntes preguntaban a los oficiales por rutas alternas. Otros, niños, caminaban tocando trompetas o vestidos de rancheros y adelitas.
En la calle 20 de noviembre hay una pantalla que muestra al Zócalo y una enorme campana dorada, como la que el Cura Miguel Hidalgo tocó llamando a la lucha.
A cinco horas para que el Presidente Enrique Peña Nieto saliera al balcón del Palacio Nacional a dar El Grito, los miles de acarreados provenientes de Hidalgo, el Estado de México, Puebla, Morelos y Veracruz ya están parados frente al Palacio en la zona exclusiva para “invitados especiales”. Esperaban. El cielo comenzaba a nublarse. Dentro de su kit se incluyó un impermeable blanco.
Los ciudadanos comunes esperan de las vallas para atrás. Nadie los invitó, ni tuvieron acceso a un brazalete verde para ese acceso “VIP”.
La bandera nacional, al centro de la plancha, ondea al ritmo de canciones típicas mexicanas. Previo al Grito, se dio un espectáculo musical gratuito y se anunció que alrededor de las ocho de la noche, saldrián Pandora, Los Ángeles Azules y otros artistas.
Los mexicanos que vinieron por voluntad, con sus familias, comenzaron a acceder a la plancha del Zócalo por las calles de Madero, 5 de mayo o 20 de mayo.
El Zócalo capitalino comenzaba a llenarse…
DENUNCIAS EN REDES
En redes sociales reportan la presencia de decenas de camiones procedentes del Estado de México estacionados en las calles del Zócalo de la Ciudad de México.
Ya empezaste @EPN tus acarreados! Estás solo pic.twitter.com/cnxntO3zjO
— Eduardo_Ulrich (@eduardo_ulrich) 15 de septiembre de 2016
Fuentes estatales confirmaron al diario que la convocatoria fue realizada mediante los sistemas DIF municipales.
En el punto de partida, informó Reforma, unos 40 empleados arribaron en vehículos de uso exclusivo del DIF estatal y camionetas con logos del Gobierno del Estado de México, donde llevan paquetes de comida.
En Nezahualcóyotl, los autobuses salieron de puntos como Valle del Maíz, esquina Valle del Yukon; Moneda y Avenida Texcoco, Avenida 8 y Benito Juárez.
En Twitter también se reportó la salida de camiones particulares en Chalco, Chicoloapan e Ixtapaluca.
La cuenta de Twitter Anonymous Hispano [@anonopshispano ] reportó la salida de camiones de acarreados de Calpulalpan, Tlaxcala, los cuales se dirigían al Zócalo capitalino.
Justo ahora, salen camiones de acarreados de Calpulalpan, #Tlaxcala, hacia el Zócalo de la CDMX (Netas de Tlaxcala) pic.twitter.com/IORDDKAKIU
— Anonymous Hispano (@anonopshispano) 15 de septiembre de 2016
En el pasado informe de Gobierno del Presidente, pese al cambio de formato en el que sostendría un diálogo con jóvenes, no faltaron los acarreados. Algunos de los jóvenes asistentes al encuentro son cercanos al Partido Revolucionario Institucional (PRI), según puede constatarse en imágenes que circulan en redes sociales y en las que los mismos asistentes comparten en su perfil de Facebook.
Presidencia explicó a través de un comunicados quiénes fueron los 367 jóvenes que participaron en el debate del cuarto Informe de Gobierno: cuatro técnicos de protección civil, cuatro jóvenes que dedican su trabajo a transitar al Nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio, tres ejemplos nacionales de proyectos de prevención social, seis representantes de la gendarmería, un representante de la comunidad migrante que volvió a México, una defensora de los mexicanos en el exterior especializada en temas consulares.
Desde su formación como fuerza política, el PRI (que gobernó entre 1929 y 2000 y regresó, tras perder 12 años el poder, en 2012) ha utilizado la movilización para eventos públicos y fechas históricas, y para procesos electorales. Este tipo de organización, ampliamente estudiada, se conoce como “voto duro” o “base dura”. Los movilizados son gente que responde, por lo regular, a gobiernos locales con un control férreo. Es el caso del Edomex, de donde viene el Jefe del Ejecutivo y donde no ha habido transición democrática.
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