En medio de las crisis de movilidad, transporte público, medio ambiente e inseguridad, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público propuso quitar 8 mil 622 millones de pesos a la Ciudad de México para su ejercicio fiscal del año entrante. La situación preocupa al Jefe de Gobierno de la capital del país y a su Secretario de Finanzas. Incluso, dicen, hay molestia, porque en caso de que el documento se apruebe en esos términos lo que está bien seguirá, pero los problemas no se podrán atacar.
Ciudad de México, 15 de septiembre (SinEmbargo).– “Es un ataque a la ciudad. Es un gran daño sobre todo a la parte de los proyectos especiales, que no son temas nuevos ni que se nos estén ocurriendo en este momento. Son indispensables para la ciudad y de urgencia, porque ya están avanzados. Se están trabajando. Hay compromisos y se está dejando descobijada a la capital”, dijo ayer Miguel Ángel Mancera Espinosa a SinEmbargo.
Habla del Presupuesto para 2017. El Gobierno federal ha enviado una propuesta que plantea casi una locura: quitarle a la capital del país el 95.25 por ciento del monto que le asignó en 2016.
Mancera, por supuesto, ha pegado el grito en el cielo. También el hombre que deberá hacer magia con un 4.75 por ciento de los recursos que tenía 12 meses antes: Edgar Amador Zamora, Secretario de Finanzas capitalino.
Ambos hablaron con SinEmbargo. La relación con el Gobierno federal caminó bien durante más de tres años pero en las últimas semanas se ha agriado. Hay, ciertamente, sorpresa. Algunos creen que la razón de fondo está en lo que viene: dos disputadas elecciones: la del Estado de México en 2017 y la federal, de 2018.
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La primera noticia importante que dio José Antonio Meade Kuribreña, el nuevo titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), fue que para 2017 habría un recorte presupuestal de 239 mil 700 millones de pesos y que con base en ese ajuste se había elaborado el Paquete Presupuestal.
Días después, Mancera Espinosa, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, le criticó hasta la sonrisa con la que hizo el anuncio, ya que la dependencia hacendaria entregó un recorte del 95.25 por ciento al presupuesto de la capital del país para 2017.
En el Proyecto de Egresos de la Federación (PEF) –enviado para su aprobación a la Cámara de Diputados–, la capital pasó de recibir 9 mil 053 millones en 2016 a los 431 millones de pesos, que propone ahora el Gobierno federal.
De acuerdo con ese documento, la ciudad más poblada del país y una de las más habitadas del mundo se olvidaría de recibir dinero de los fondos de capitalidad, de fortalecimiento de infraestructura y para la accesibilidad de personas con discapacidad. También de los rubros para proyectos de desarrollo regional, Ampliaciones de Cultura, para Ciudades Futuro, para la ampliación de la Línea 12 del Metro y para la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).
La afectación financiera recaería fuertemente en el subsidio para administrar el agua residual y potable, y los subsidios agrícolas, donde la SHCP propuso un recorte de cerca del 70 por ciento. Además tocó a las instituciones de cultura, que recibirían 19 millones de pesos menos, de los 34 millones que ya se les destinaban.
Estos recortes no sólo pegan a Mancera y al partido que lo acompaña, el de la Revolución Democrática (PRD): también afecta al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que lidera Andrés Manuel López Obrador.
Al final, en la Ciudad de México conviven hoy esas dos fuerzas de izquierda. Morena nunca jugará con el PRI y el PRD difícilmente hoy, cuando el partido en el Gobierno federal arrastra un desprestigio por su propio Presidente pero además por varios de sus gobernadores.
Para Miguel Ángel Mancera, el nuevo presupuesto simplemente “estrangula financieramente a la Ciudad de México”.
En entrevista con SinEmbargo, dijo que hay un gran molestia porque el ajuste no haya sido parejo. La sorpresa no fue que hubiera menos dinero, dijo, sino que la ciudad sería la más afectada entre todas las entidades de la República Mexicana.
La afectación presupuestal de la Ciudad de México –que aporta el 17 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y el 10 por ciento de las participaciones federales– es mayor comparada con los estados que le siguen en niveles de recorte y que son Campeche, Veracruz, Hidalgo y Tabasco.
“Se ha hablado de lo que se requiere para el país y hemos hecho eco de que si es un recorte parejo, ni modo, entre todos tenemos que jalar. Pero encontramos muchos rubros en los que no vemos esta realidad. Hay muchas tareas que son desiguales y eso es lo que yo quiero platicar con la Secretaría de Hacienda. Hasta el momento no he podido hablar con él [José Antonio Meade], pero quiero conocer algunas de las visiones y previsiones que vienen”, agregó el Jefe de Gobierno.
Al ser cuestionado sobre un posible el mensaje político incluido en el Presupuesto de Egresos 2017, sostuvo que no correspondía con “la realidad de cómo está trabajando la ciudad” y que no abonaba a mejorar las condiciones actuales.
“Hay una gran molestia. Están ahorcando a la ciudad. La está ahorcando este presupuesto”, insistió Mancera.
EL HOMBRE DEL CINTURÓN
Un día de este año, Presidencia de la República decidió borrar de sus fotos a Miguel Ángel Mancera. Luego, de acuerdo con el Jefe de Gobierno, la federación empezó a endurecer las políticas de medio ambiente a los habitantes de la capital del país, pero no así a otras entidades de la gran metrópoli, como el Estado de México, gobernada por más de 80 años por el partido del Presidente, el Revolucionario Institucional (PRI).
Gestos por aquí y por allá confirmaron ese cambio abrupto después de poco más de tres años de buenas relaciones. El Edomex ha estado presionando en últimas fechas, por ejemplo, con el manejo de basura: quiere poner fin a un acuerdo que permite utilizar sus confinamientos. Todo esto se da como preámbulo del gran contexto: vienen elecciones.
Apretar a los ciudadanos de la Ciudad de México (“ahorcar”, dice Mancera) es apretarle al Partido de la Revolución Democrática, que no sólo vive el embate del PRI sino que, en términos electorales, tiene competencia fuerte: Morena.
“Todos los actores políticos, incluido el Jefe de Gobierno, deben ser responsables”, dijo ayer Enrique Ochoa Reza, presidente nacional del PRI. “Y apretarse el cinturón”.
Lo que no dijo es que el recorte a la capital es superior al 95 por ciento. Y que el Presidente mexicano no sólo tendrá un pequeño aumento de salario, sino también se hizo crecer sus prestaciones.
Ahora, el PRD ha planteado que votará con un “no” al Presupuesto presentado por el Ejecutivo. Un “no” que responde al recorte al gobierno capitalino y que, considera, está basado en razones políticas y no en responsabilidad o en equidad con aquello de “apretarse el cinturón”.
El hombre con el cinturón es Édgar Amador. Él es quien deberá hacer básicamente magia con lo que le intentan dar para el próximo año.
El Secretario de Finanzas del Gobierno capitalino, Amador Zamora, explicó a SinEmbargo que la administración de la capital del país entendió la presión a la que están sometidas las finanzas federales, pero no justifica que el presupuesto no esté equilibrado. Que se le cargue la mano, pues.
“Lo que no podemos aceptar es que la reducción descanse de una manera tan desproporcionada en la ciudad. Más allá de temas políticos y del nivel del discurso. Lo que preocupa es que la afectación no será sólo en inversión, sino en la operatividad”, dijo Amador Zamora.
LO QUE ESTÁ BIEN Y LO QUE ESTÁ MAL
Para el Secretario de Finanzas era clara la necesidad de reducir el superávit primario para cuidar la calificación crediticia del país, pero en este caso fue desproporcionada la parte del ajuste, que se recarga en la Ciudad de México.
“Entendemos que los fondos regionales tuvieran una reducción muy importante. El fondo de capitalidad fue tratado como un fondo regional y esa no es la perspectiva cuando ese fondo impulsa a regiones muy específicas del país que necesitan mayor apoyo presupuestal para avanzar en el desarrollo. Pensamos que podemos tener un presupuesto mucho más balanceado, pero la ciudad se está llevando una parte muy desproporcionada del ajuste”, dijo Edgar Amador en entrevista con este diario digital.
En caso de que el presupuesto no se modifique, la capital tendría dinero para mantenimiento, pero no para inversión, expansión ni para proyectos nuevos, afirmó.
De entre las principales afectaciones enlistó la ampliación de la Línea 12 a Mixcoac, a pesar de que se justificó que ante el arranque de operaciones del Tren México-Toluca, la estación Observatorio de la Línea 1 colapsará por el número de pasajeros que lleguen a la Ciudad de México mediante esa ruta.
La ampliación de la Línea 9, por ejemplo, se observa ahora más lejana, expuso.
Hay preocupación por las cámaras de seguridad, ya que de los 4 mil millones de pesos del Fondo de Capitalidad, al menos mil millones son utilizados para esa operación, que es una de las grandes fuentes de financiamiento del C5, ya que el sistema aumento de 8 mil a 15 mil cámaras en el corto plazo, todo realizado con ese fondo.
Está también el tema del Sistema de Aguas, que pasaría de 930 millones a 300 millones de pesos, 600 millones de pesos menos. Ese es un recorte del 70 por ciento de los fondos federales para agua.
“El director del Sistema de Aguas mencionaba que era como un suicidio y lo es. Con el agua de la ciudad no es posible jugar. Es muy crítica una reducción”, señaló Amador Zamora.
También preocupa el Fondo de Aportaciones para Seguridad, que tiene una disminución pequeña, pero como sirve para financiar los sueldos y salarios de una parte de la fuerza pública de las entidades, se tendría que buscar cómo garantizar el empleo y mejorar las condiciones salariales de la fuerza, lo que traerá también otras presiones.
La Ciudad de México cuenta con un Fondo de Estabilización de Ingresos de 4 mil 200 millones de pesos, pero no sería suficiente para acomodar un impacto de tales magnitudes. El fondo se agotaría y aún habría un faltante.
Pero no todo está dicho. El PRD, de entrada, se ha opuesto a la propuesta federal. Morena, si entiende que le afecta el recorte (gobierna varias delegaciones) tendrá que pelear lo suyo.
Esto uniría a esas dos fuerzas, de facto, entorno a un objetivo: frenar los intentos por paralizar financieramente una ciudad que ha sido, desde 1997, un bastión de las izquierdas.