Desde la primera vez que Andrés Manuel López Obrador la nombró como una posible sucesora, en julio de 2021, Claudia Sheinbaum ha recorrido un largo camino para llegar a la Presidencia de México como la primera mujer presidenta del país y norteamérica. Acá un recorrido desde sus años de lucha hasta su cargo como Jefa de Estado.
Ciudad de México, 15 de agosto (SinEmbargo).- Este jueves 15 de agosto, Claudia Sheinbaum recibe su Constancia de Mayoría que la acredita como Presidencia de la República, la primera mujer en llegar a este cargo en México y con un respaldo de casi 36 millones de votos recibidos en las elecciones del pasado 2 de junio. Se puede decir que su camino comenzó desde sus años de lucha en la universidad o cuando fue funcionaria pública por primera vez en la Secretaria de Medio Ambiente del entonces Distrito Federal del 2000 al 2006. O más reciente, cuando Andrés Manuel López Obrador la nombró por primera ocasión como su posible sucesora, en julio de 2021.
Ese 5 de julio, cuando todavía no se habían cumplido ni tres años de gobierno del Presidente López Obrador, el mandatario federal mencionó a varios funcionarios como los posibles sucesores de la llamada Cuarta Transformación:
“Primero hay que tomar en cuenta que es el pueblo quien va a decidir. Ahora, del flanco progresista liberal, hay muchísimos como Claudia (Sheinbaum), Marcelo (Ebrard), Juan Ramón de la Fuente, Esteban Moctezuma, Tatiana Clouthier, Rocío Nahle, bueno muchísimos, afortunadamente hay relevo generacional”.
Desde esa fecha, Claudia Sheinbaum fue una de las aspirantes presidencial de la 4T junto a Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal. A todos el Presidente los mencionó cada que se hablaba del proceso electoral de 2024, diciendo que cualquiera era confiable para continuar con el trabajo realizado a partir de 2018. Fue oficialmente el 16 de junio de 2023 que los y la aspirante de Morena a la Presidencia se registraron en el proceso interno del partido, así como Gerardo Fernández Noroña del Partido del Trabajo, y Manuel Velasco del Verde Ecologista.
Sheinbaum fue la última en acudir al registro. Ese día dijo que tanto ella como sus compañeros estaban a la altura de las circunstancias y listos para escuchar a la sociedad:
“estoy lista para el encuentro con el pueblo, para recoger los sentimientos de la nación, que queremos la continuidad de la transformación con sello propio. Muchos mexicanos quieren continuar la transformación y también muchos saben que este es tiempo de mujeres”.
Después comenzó el periodo de recorridos por el país de los aspirantes, no fue una campaña oficial y los encuentros se realizaron con los militantes de Morena y sus aliados. El Instituto Nacional Electoral (INE) fijó un tope de gastos para cada una de las presidenciables, 34.3 millones de pesos, y fiscalización de los recursos, así como la prohibición de que hicieran promoción personal y propuestas de campaña; tampoco pudieron sacar spots en radio y televisión, y los anuncios de los partidos en medios masivos sólo podían contener propaganda “genérica” y sin mencionar por nombre a las “personas inscritas” en sus procesos internos.
La primera mujer Presidenta de México se convirtió en la primera aspirante en recorrer los 32 estados de la república, tras visitar 57 ciudades hasta el 27 agosto. Y luego, a inicios de septiembre, se convirtió en la heredera del movimiento político construido por Andrés Manuel López Obrador a lo largo de tres décadas, por ganar la encuesta interna de Morena. Esto fue la consumación de un resultado de meses por prácticamente todas las encuestas que la colocaban como la favorita y la que será la responsable de suplir la ausencia del líder de izquierda, quien se retirará de la vida pública.
CAMPAÑA Y ELECCIONES
Sheinbaum ha enfrentado dentro y fuera de Morena un discurso que sigue poniendo en duda sus capacidades e independencia, como respuesta, la mandataria se ha rehusado a asumir una posición de subordinada, y sus campañas (oficiales o no) se han basado en el discurso del “tiempo de las mujeres” porque si bien prometió profundizar las políticas de López Obrador —prioridad a los pobres, ampliar los programas sociales, desarrollo de las regiones marginadas y austeridad—, también plantea líneas como la transición hacia las energías limpias y fortalecer el desarrollo científico y tecnológico.
Las precampañas arrancaron el 20 de noviembre de 2023. Claudia ya llevaba casi 5 meses de campaña al interior del partido y todavía le faltaban casi 7 meses para las elecciones. El 19 de enero de 2024, en el cierre de su precampaña por la Presidencia de la República, con una asistencia de miles de simpatizantes alrededor del Monumento a la Revolución, recalcó que la 4T representa la única opción de un desarrollo con bienestar, y presumió la ventaja en las encuestas: “¡Ganamos la precampaña! La distancia entre nosotros y el segundo lugar es, en el peor de los escenarios, de 20 puntos de diferencia”.
Tras definir al movimiento que ahora encabezará como luchador de la democracia, las libertades y los derechos, calificó a los conservadores como defensores de una falsa libertad y de la hipocresía, y resumió las diferencias: ellos son el pasado, nosotros somos la esperanza de México.
A esto le siguió la campaña, que comenzó el 1 de marzo pasado y terminó el 29 de mayo, cuando asistieron al Zócalo más de medio millón de personas para acompañar a Sheinbaum. En un templete frente a Palacio Nacional hizo su última promesa de campaña: “Me comprometo ante ustedes a guardar el legado del Presidente Andrés Manuel López Obrador”, a lo que las multitudes respondieron con el clásico: “¡Es un honor estar con Obrador!”, lo mismo que ella recalcó: “Y desde aquí te decimos, querido presidente, ¡es un honor estar con Obrador!”, arropada de miles convencidos de que será la mejor sucesora.
En su último mensaje antes de ser la Presidenta electa, Sheinbaum se comprometió a ser “una buena Presidenta”; a gobernar “sin distingos” para todos, incluidos sus detractores; a respetar la diferencia de pensamiento y el disenso y a no reprimir la protesta; a “gobernar con humildad y profunda responsabilidad”, y a entregar su “alma y vida” y “lo mejor de sí misma” a la función de gobierno.
Luego vino el domingo 2 de junio, donde Claudia obtuvo 35 millones 924 mil 519 votos, el 59.75 por ciento, una legitimidad nunca antes vista en la historia democrática de México, superando al líder de izquierda que en 2018 ganó con 30 millones 113 mil 483 votos. Luego de este arrasador resultado, no hubo cabida para que ni Xóchitl Gálvez y mucho menos Jorge Álvarez Máynez, negaran el triunfo de la candidata de Morena.
Con esto, por primera vez en 200 años de independencia, México será dirigido por una mujer, pese a las cuestiones sobre si un país machista estaba preparado para tener una presidenta, la gente en las urnas dieron un rotundo sí.
“Los mexicanos han reconocido los resultados, las convicciones y la voluntad de nuestro proyecto. México ha demostrado que es un país democrático con elecciones pacíficas”, dijo Sheinbaum pasada la medianoche de ese domingo, ya lunes 3 de junio, en su primera intervención tras conocer la victoria. Agradeció las llamadas recibidas de sus adversarios reconociendo su triunfo y reiteró: “no llego sola, llegamos todas”.
También celebró la mayoría calificada que lograron en el Congreso, legislatura que comenzó trabajo el 1 de septiembre para avanzar en la aprobación del llamado Plan C, el paquete de reformas constitucionales enviadas por López Obrador que incluye la que más ha causado controversia, la reforma al Poder Judicial. Con la mayoría en ambas cámaras, el poder con el que arrancará la nueva presidenta en el país será casi omnímodo, además de que la inmensa mayoría de los Estados, 24 de 32, también son de Morena.
Sheinbaum ganó y comenzó a presentar a los miembros del próximo gabinete. Primero fue Rogelio Ramírez de la O, quien continuará a cargo de la Secretaría de Hacienda. Luego presentó a Julio Berdegué como el siguiente secretario de Agricultura; a Rosaura Ruiz en Ciencia; Juan Ramón de la Fuente en la Secretaría de Relaciones Exteriores; Ernestina Godoy será la Consejera jurídica de la Presidencia y Marcelo Ebrard como secretario de Economía. Los días que presentó, por más de dos meses, a los integrantes de su equipo fueron nombrados “jueves de gabinete”, así hasta conocer a todos los perfiles.
LA TARDANZA PARA VALIDAR LA ELECCIÓN
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) declaró hasta este 15 de agosto la validez de las elecciones del 2 de junio de 2024 para llamar, oficialmente a Claudia Sheinbaum, Presidenta Electa de los Estados Unidos Mexicanos. Esto significa más de dos meses y medio para la determinación que, al menos, en los pasados tres gobierno no ocurrió.
Por ejemplo, cuando Vicente Fox le pasó la Presidencia a Felipe Calderón, las elecciones fueron el domingo 2 de julio del 2006 y el Tribunal Electoral declaró la validez a los dos meses, el 5 de septiembre, aún cuando las impugnaciones para que se declarara inválida por las acusaciones de fraude tenían argumentos comprobables. Lo mismo ocurrió con Enrique Peña Nieto, quien ganó la Presidencia el domingo 1 de julio de 2012, a los dos meses, el 6 de septiembre el TEPJF ya había reconocido el triunfo.
Y con Andrés Manuel López Obrador fue menos tiempo. Las elecciones de 2018 fueron el 1 de julio, tras obtener más de 30 millones de votos, el Tribunal declaró válido el proceso un mes después, el 8 de agosto de 2018. En esta ocasión, ocurrió la segunda quincena de agosto pese a los votos obtenidos, y a que los mismo magistrados preveían desde julio aprobar un proyecto de resolución para desechar la demanda de Xóchitl Gálvez respecto a la elección presidencial, y los juicios en los que PAN-PRD y PRI demandaban la nulidad de los comicios, para así declarar la validez del proceso electoral y emitir la constancia de presidenta electa a Claudia Sheinbaum.
LA LUCHA DE CLAUDIA
Científica de profesión, Sheinbaum es nieta de abuelos judíos que migraron a México e hija de padres científicos-académicos. Estudió Física y obtuvo el grado de licenciada con una tesis sobre el uso de estufas de leña en comunidades rurales. Luego estudió la maestría y el doctorado en Ingeniería de Energía en la UNAM, e hizo una estancia en la Universidad de California, en Estados Unidos.
Durante la universidad, formó parte del movimiento contra un proyecto de reforma universitaria de corte neoliberal. Luego se casó con Carlos Ímaz, se unió al PRD, donde tuvo participación desde las bases y fue asesora de la Comisión Nacional para el Ahorro de Energía y de la Comisión Federal de Electricidad. Antes del 2000, participó en la elaboración de metodologías que permitieron a las autoridades de Ciudad de México medir la contaminación, crear un sistema de alerta y establecer medidas de contingencia ambiental.
Luego fue la Secretaria de Medio Ambiente en el gabinete de López Obrador cuando fue jefe de Gobierno de Ciudad de México (2000-2005) y fue parte de la huelga de 48 días en Paseo de la Reforma tras las elecciones de 2006. En el gabinete “legítimo” tuvo a su cargo la defensa de los recursos naturales de la nación.
En 2012, López Obrador volvió a proponerla como colaboradora de su Gobierno en Medio Ambiente, si es que ganaba las elecciones, pero tras esa derrota, Sheinbaum retomó su carrera en la academia como investigadora pero para la fundación de Morena regresó como líder y brigadista de a pie en Ciudad de México.
Y después 2015, el partido la postuló a la alcaldía de Tlalpan, ganó. Dejó el cargo dos años después para construir su propia candidatura a la Jefatura de Gobierno, con lo que logró ser la primera mujer alcaldesa de la capital. Y ahora, la primera Presidenta de México.
