Los talibanes iniciaron este domingo el asedio a Kabul y sus combatientes han tomado posiciones en varias entradas de la capital, a la espera de que se alcance un acuerdo para una “transición pacífica”, mientras los estadounidenses trasladan a su personal al aeropuerto y destruyen documentos en la Embajada.
Kabul, 15 ago (EFE).- El Presidente afgano, Ashraf Ghani, abandonó este domingo Afganistán, mientras los talibanes entraban finalmente en Kabul para evitar, dijeron, robos ante la huida de las fuerzas de seguridad, una presencia de los insurgentes en las calles de la que Efe fue testigo.
“Para evitar actos de saqueo en Kabul y que los oportunistas no hagan daño a la gente, el Emirato Islámico (como se autodenominan los talibanes) ordenó a sus fuerzas entrar en las áreas de Kabul de donde salió el enemigo”, aseguraron los talibanes en un comunicado.
Los talibanes, que previamente habían asegurado que no entrarían en Kabul hasta que se produjera una transición de poder pacifica, insistieron en que la población “no debe temer a los muyahidines”.
Afirmaron que sus combatientes entrarán en la ciudad “con calma, no se meterán con nadie. Los militares y los empleados civiles del Gobierno deben confiar en que nadie les hará daño”.
“No le está permitido a ningún combatiente entrar en casa alguna o torturar o molestar a nadie”, sentenciaron.
Tras la orden, combatientes talibanes comenzaron a patrullar las calles de Kabul, registrando a las personas que se iban encontrando, para luego dejarlas seguir, según pudo ser testigo Efe.
La situación es de pánico en la capital, con las autoridades afganas pidiendo a todos los funcionarios que abandonen sus puestos de trabajo y se vayan a sus hogares, mientras cierran tiendas y bancos y el tráfico está paralizado por grandes atascos.
Los talibanes, en un primer momento han pedido a sus combatientes, tras tomar el control de casi la totalidad de Afganistán, “no luchar en Kabul” y que permanezcan “en las puertas” de la capital, sin tratar de entrar en la ciudad.
“Dado que la capital Kabul es una ciudad grande y densamente poblada, los muyahidines del Emirato Islámico (como se autodenominan los talibanes) no tienen la intención de entrar en la ciudad por la fuerza o combatir, sino más bien entrar en Kabul pacíficamente”, remarcaron los insurgentes.
Para ello, continuaron, “se están llevando a cabo negociaciones para garantizar que el proceso de transición se complete de manera segura, sin comprometer la vida, la propiedad y el honor de nadie, y sin comprometer la vida de los kabulíes”.
A la vez, insistieron en que el control de la seguridad en Kabul sigue recayendo “en el otro bando” y recordaron a la población que no tienen “intención de vengarse de nadie”, incluidos los que sirvieron en el ejército, la policía o en la administración: “Están perdonados y a salvo, nadie será objeto de represalias”.
“Todos deben permanecer en su propio país, en su propio hogar, y no intentar salir del país”, sentenciaron.
Los talibanes se han apostado al norte, oeste, y sur de los límites de Kabul, marcando el asedio en casi todo el perímetro de la ciudad y con casi todas las provincias vecinas bajo su control. Además claman el control de 28 de las 34 capitales regionales.
“Los combatientes talibanes capturaron el distrito de Chahar Asyab y ya cruzaron hacia la ciudad de Kabul”, dijo hoy a Efe un funcionario de seguridad del distrito de Chahar Asyab, bajo condición de anonimato. Este distrito está a solo 11 kilómetros al sur de la ciudad.
Wais Baqizoi, vecino del distrito de Chahar Asyab, aseguró a Efe que vio a los combatientes talibanes justo en las afueras al sur de la ciudad, a ambos lados de la carretera.
Poco antes, se daba a conocer el anuncio de que el “expresidente” Ghani había abandonado el país, lo que acercaba aún más la victoria de los talibanes tras veinte años de guerra.
En un mensaje de vídeo, el presidente del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional de Afganistán, Abdullah Abdullah, aseguró que “el expresidente” Ghani ha abandonado el país, y le culpó de la situación que vive en estos momentos Afganistán.
“Mi esperanza es que Dios y el pueblo de Afganistán decidan sobre el expresidente de Afganistán, que abandonó el país y puso a la nación en esta situación”, dijo Abdullah, que en el pasado llegó a compartir poder con Ghani.
EU TRASLADA A PERSONAL DE SU EMBAJADA AL AEROPUERTO DE KABUL
Estados Unidos está trasladando al aeropuerto de Kabul a todo el personal de su Embajada en la capital afgana tras la llegada a la ciudad de los talibanes, dijo este domingo el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
“Estamos trabajando para asegurarnos de que nuestro personal está seguro y a salvo. Estamos trasladando a los hombres y mujeres de nuestra embajada a una ubicación en el aeropuerto”, dijo Blinken a la cadena ABC News.
El titular de Exteriores estadounidense no quiso confirmar del todo que se cerrará y abandonará el complejo de la embajada en Kabul, pero reiteró que la “presencia diplomática mínima” que EU ha decidido mantener en Kabul operará desde el aeropuerto mientras se evacúa del país al resto del personal.
Sus palabras llegaron después de que las imágenes de televisión mostraran el continuo vuelo de helicópteros que llegaban y luego abandonaban la embajada estadounidense en Kabul.
د ملي مصالحې عالي شورا مشر، د ملي شورا د دواړو مجلسونو مشرانو او د هېواد برجسته سیاسي او جهادي رهبرانو په ېوه خوله د افغانستان اسلامي جمهوري دولت د نظام د تداوم او دفاع لپاره د امنیتي او دفاعي ځواکونو سره اوږه په اوږه خپل چمتوالی څرګند کړ. pic.twitter.com/5qtObfDEuI
— Ashraf Ghani (@ashrafghani) August 10, 2021
Según la cadena CNN, esa misión diplomática quedará clausurada como muy tarde el martes, mientras que el encargado de negocios estadounidense en Kabul, Ross Wilson, y el resto del personal esencial trabajarán desde el aeropuerto durante un periodo indefinido.
Blinken defendió este domingo la decisión del Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de mantener sus planes de retirada militar de Afganistán a pesar del fulgurante avance de los talibanes, que han iniciado el asedio a Kabul y negocian una transición pacífica de poder con el Gobierno afgano.
En otra entrevista con CNN, Blinken argumentó que si Biden no se hubiera atenido a la fecha de inicio de retirada que negoció su predecesor, Donald Trump (2017-2021), los talibanes hubieran comenzado igualmente su ofensiva y Estados Unidos “estaría de nuevo en guerra, con decenas de miles de tropas teniendo que desplazarse allí”.
El Secretario de Estado centró las culpas en las fuerzas de seguridad afganas, a las que Estados Unidos entrenó durante dos décadas de guerra y que no han podido contener el avance de los insurgentes una vez que se retiraron las tropas estadounidenses.
Over the past several days I have been in close contact with my national security team to give them direction on how to protect our interests and values as we end our military mission in Afghanistan.
Read my full statement: https://t.co/C1f68bQaUQ
— President Biden (@POTUS) August 14, 2021
“Esas fuerzas (afganas) han sido incapaces de defender el país, y eso ha ocurrido más rápidamente de lo que anticipamos”, reconoció el jefe de la diplomacia estadounidense.
Las imágenes televisivas de este domingo recordaban a las de la caída de Saigón en 1975, cuando los helicópteros tuvieron que evacuar a los estadounidenses de la embajada en Vietnam desde la azotea, pero Blinken insistió en negar las comparaciones con ese momento histórico.
“Esto no es Saigón. Fuimos a Afganistán hace 20 años, con una misión que consistía en lidiar con aquellos que nos atacaron el 11-S, y hemos tenido éxito en esa misión, en los objetivos que nos marcamos”, subrayó.
El rápido avance de los talibanes provocó que el Presidente estadounidense ordenara este sábado el despliegue de cino mil soldados en Kabul para supervisar la evacuación de miles de estadounidenses y afganos de la ciudad, entre ellos intérpretes y otros trabajadores que ayudaron a sus tropas durante la guerra.
Esos cinco mil militares son mil más de los que el Pentágono tenía previsto desplegar en la capital afgana hace unos días, y suponen además el doble de las 2 mil 500 tropas estadounidenses que había en Afganistán cuando comenzó la retirada en mayo.