Francia y Alemania dan a todos los animalistas un ejemplo de progreso

15/08/2021 - 12:02 am
Recientemente se difundió una noticia que promete un gran progreso. Foto: Animal Equality

No hay nada más tierno que un pollito recién nacido. Ustedes y yo podemos coincidir que son la imagen misma de la fragilidad y vulnerabilidad. ¿Quién sería tan falto de sensibilidad como para causarle daño a un tierno bebé que tiene apenas un día de haber roto el cascarón y busca el calor de su madre?

Sí ocurre. En la industria del huevo, como práctica estándar, se deshacen de todos los pollitos machos que nacen en sus incubadoras. Todos los días se matan millones de pollitos macho en todo el mundo, ya que las hembras son quienes darán los huevos y representan ganancias para esta industria. El descarte de los machos puede ser a través de trituradoras que maceran a aquellos que son arrojados vivos o a través de nitrógeno o gas argón. Y en países donde la regulación de bienestar animal es aún más baja, como México, también se llegan a ver bolsas de plástico repletas de pollitos que son lentamente sofocados antes de ser recogidos por los servicios de recolección de basura.

Sin embargo, recientemente se difundió una noticia que promete un gran progreso. Esta práctica tan cruel acaba de ser prohibida en Alemania y en Francia, y la implementación comenzará en 2022. Ambos países han trabajado en conjunto para desarrollar tecnología aplicable a gran escala para sexar a los pollitos antes de que salgan del cascarón. En el caso de Francia, estas máquinas serán financiadas por el gobierno y deberán estar instaladas en 2022 en todas las incubadoras. Ambas naciones están instando a otros países de la Unión Europea para que adopten las mismas medidas, y países como Irlanda, Luxemburgo, Portugal y Austria han mostrado su apoyo e interés para que así suceda.

En la industria del huevo, como práctica estándar, se deshacen de todos los pollitos machos. Foto: The Humane League

En The Humane League trabajamos cada día por un futuro en el que los animales no tengan que ser sometidos a ningún tipo de explotación, pero hasta entonces, esta nueva tecnología es un ejemplo del progreso gradual al que podemos apuntar en México y Latinoamérica para la industria del huevo, una de las más crueles y obsoletas del sistema alimentario. El hecho que estos dos países adopten esta tecnología a gran escala es un avance que reduce el sufrimiento de muchísimos animales explotados como alimento.

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