Algunos funcionarios, incluso el Presidente Felipe Calderón, celebran las cifras que hablan de disminución de la violencia. Pero, como una maldición, cada vez que se habla de un avance en la guerra contra los cárteles, la inseguridad repunta en México. Y hoy, ciudades que parecían intocables como el DF y San Luis Potosí están ahora involucradas en procesos de degeneración que ya vivieron otras urbes del país.
México vive en estos días un nuevo episodio de violencia en un sexenio caracterizado por el derramamiento de sangre. El Gobierno Federal, que dejó de mostrar datos de los muertos hace unos meses a pesar de la promesa de ser transparente, calcula en 50 mil las ejecuciones desde diciembre de 2006 hasta este año. Pero el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad –que dirige Javier Sicilia– eleva la cifra a 70 mil y diarios como Reforma denuncian que se ocultan las cifras reales.
Según el gobierno de Calderón, hasta “el 90 por ciento” de los muertos estaban vinculados con el narcotráfico. No hay cifras con qué sustentar tal afirmación. Apenas esta semana, el diario inglés The Guardian cuestionaba este dato y afirmaba, en un amplio reportaje, que esa cifra que vincula con criminales a los mexicanos fallecidos en la guerra no son validadas por ninguna organización, sino al contrario: cuestionan en dónde están las actas, las averiguaciones previas o la simple base de datos para que el Presidente o su Secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, las sostengan.
Apenas a finales del mes pasado, el Presidente de México se congratuló de “un descenso de casi el 15 por ciento de los homicidios presuntamente atribuibles a la rivalidad de bandas delictivas en el primer semestre de 2012” en comparación con el mismo periodo del año pasado. En tanto, los asesinatos y enfrentamientos continúan y merman la calidad de vida de los ciudadanos que dejan sus lugares de origen en busca de zonas más tranquilas o que habitan en ciudades “fantasmas” donde los negocios cierran día con día y la violencia frena a la economía, aunque los datos en torno a este tema sean contradictorios.
El Gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, aseguró en diciembre de 2010 que la guerra del narcotráfico y los hechos violentos no afectarían las inversiones ni la economía de México. Seis meses más tarde, el entonces secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, descartó que la violencia tuviera una incidencia en la actividad económica.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) refutó las declaraciones y aseguró que sí existían indicios de que la inseguridad afecta la economía.
Ricardo Sepúlveda, director general del Observatorio Nacional Ciudadano para la Seguridad, la Justicia y la Legalidad (ONC) consideró, por esas mismas fechas, que se tiene el temor de que esta ola violenta “pueda ser la constante, y eso es realmente una situación muy triste, que estemos al final de este sexenio y realmente no hayamos podido, con las medidas que se han tomado, conseguir mejores y más claros resultados”.
CIUDADES BAJO FUEGO
Innumerables ciudades mexicanas han sufrido procesos de descomposición en el sexenio a causa de la violencia. Quizás Ciudad Juárez y Monterrey sean las más emblemáticas; una porque ya arrastraba problemas de inseguridad; la otra porque, siendo un ejemplo de “progreso y bienestar”, estalló en una guerra criminal que puso a ojos de todos el nivel de abandono que padecieron los jóvenes durante décadas en esa ciudad industrializada.
Pero ciudades como Acapulco, Culiacán, Mazatlán, Saltillo, Piedras Negras, Torreón, Chihuahua, Matamoros, Nuevo Laredo, Tampico, Veracruz, Xalapa y son arrasadas por la violencia a pesar de la intervención tanto de las Fuerzas Armadas como de la Policía Federal.
El proceso de descomposición es claro: empieza con ejecuciones individuales y luego sumarias; entran las fuerzas federales; la actividad económica se afecta y la ola de extorsiones se dispara; siguen más ejecuciones, combates callejeros entre los elementos del gobierno y los criminales, y muertes colaterales, muchas.
Hemos escogido algunas ciudades que pasaron y sufren esos procesos degenerativos. Aquí algunos ejemplos.
1. Ciudad Juárez, Chihuahua
En la década de los 90, la urbe se caracterizó por ser una ciudad maquiladora por excelencia, actualmente se ha convertido en un centro de enfrentamientos entre bandas del crimen organizado y autoridades, en un ambiente de tensión y miedo. Los negocios cierran en cifras de miles, otros destinan la mayor parte de sus ganancias al pago de derecho de suelo, mientras el Ejército patrulla las calles, donde la violencia no cesa y parece haber aumentado en los últimos cuatro años.
Ante la escalada violenta, en marzo de 2008 el gobierno federal puso en marcha el Operativo Conjunto Chihuahua que inició con 2 mil 26 elementos del Ejército a cargo del comandante de la Quinta Zona Militar, Jesús Espitia Hernández.
Luego de dos años, según cifras gubernamentales, los policías y soldados desplegados en las calles alcanzaba los 10 mil, sin que se percibiera un descenso de violencia.
El 31 de marzo de 2010, la Secretaría de Gobernación (Segob) informó a través de un comunicado que el Ejército cedería, a partir de abril, las tareas de seguridad pública en Juárez a la Policía Federal, aunque los elementos militares permanecerían en la localidad chihuahuense.
Una de las versiones que surgieron sobre esa decisión fue que existían una serie de demandas ciudadanas de presuntas violaciones a los derechos humanos por parte de militares.
Justamente en este mes, David Peña y Micheel Salas, abogados defensores de derechos humanos, aseguraron que con la entrada del Ejército en Ciudad Juárez se incrementaron “los casos de feminicidio”. “Ahora es cuando se está peor en los últimos años”, ya que la violación de los derechos humanos “no sólo la cometen los particulares sino los que deberían protegerlos”, afirmó Peña, quien junto con su colega interpuso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos una denuncia contra el Estado mexicano por la muerte de ocho mujeres en la ciudad.
Por su parte, Salas reveló que tan sólo en 2009 se cometieron “184 homicidios de mujeres, la cifra más alta desde 1993; la prostitución aumentó un 400% en Ciudad Juárez y las desapariciones también se incrementaron un 400%”.
A pesar de las abrumadoras cifras, las denuncias y reportes de abusos y vejaciones, en noviembre de 2010 el subsecretario de Gobierno del Estado de Chihuahua, Carlos Silveyra Saito, dio a conocer que Ejército regresaría a patrullar las calles de esta frontera.
Por otro lado, la violencia en Ciudad Juárez ha llevado a cientos de empresarios a enfrentar cuantiosas pérdidas económicas. Durante 2009 el sector maquilador registró una caída de 30%, que aunado a la crisis arrojó un panorama poco favorable.
Un año más tarde, el Consejo Nacional de la Industria de Manufactura y Maquiladora de Exportación (CNIMME) indicó que la crisis y la violencia habían detenido 140 millones de dólares en proyectos de expansión y en atracción de nuevas empresas.
En ese entonces, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur) también informó sobre una situación alarmante: alrededor de 10 mil 670 negocios cerraron sus puertas entre 2008 y 2010.
En tanto la Cámara de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac) señaló que entre el segundo semestre de 2008 y el 2010 el sector restaurantero perdió al menos cuatro mil empleos y más de 40 por ciento de los negocios cerraron a causa de la delincuencia.
Sin embargo, los efectos de la violencia no sólo han afectado al comercio, incluso el sector salud ha sufrido los delitos del crimen organizado. A finales de 2010, La Jornada publicó que personal de hospitales y clínicas públicas y privadas realizaron un paro de 24 horas para exigir un freno a la inseguridad. Tan sólo ese año, 11 médicos fueron secuestrados, dos de ellos asesinados, y muchos más denunciaron ser víctimas de extorsiones.
Pero eso no es todo, en febrero de este año un estudio realizado por el Departamento de Psicología del Hospital Infantil de Ciudad Juárez, Chihuahua, a niños de entre cinco y 12 años, arrojó un dato a todas luces escalofriante: 80 por ciento de los menores que acuden a consultas externas o son internados en ese nosocomio presentan miedo y ansiedad porque han sido testigos de hechos de violencia, sobre todo relacionados con asesinatos y tiroteos.
Un mes más tarde, William Brownfield, subsecretario de Estado para el narcotráfico internacional de Estados Unidos afirmó que “Ciudad Juárez es la ciudad más peligrosa de México y de todo el Hemisferio, y posiblemente del mundo entero”.
Mas la administración que encabeza César Duarte muestra cifras triunfantes sobre el combate al crimen y así lo avala el propio secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, al detallar una disminución de aproximadamente un 50 por ciento en el índice de homicidios dolosos con respecto al año pasado en Ciudad Juárez.
Además, en un documento preliminar al próximo informe de gobierno de Duarte se asevera que de octubre 2010 a mediados de 2012 fueron desarticuladas 72 bandas de secuestradores con 280 plagiarios detenidos y se dictaron en ese periodo, 135 sentencias condenatorias
2. Torreón, Coahuila
Desde 2006 Coahuila se ha visto marcada por hechos violentos. Una de las zonas más afectadas es La Laguna, región que se disputan el cártel de Sinaloa y Los Zetas, por lo que el gobierno estatal expresó en 2010 que era “necesaria la presencia de fuerzas federales en la entidad”, aunque las pláticas con el gobierno federal para dotar al estado de efectivos comenzaron un año antes, la muerte de varios jóvenes en el ataque a un bar y de elementos de la Policía Ministerial en la Comarca Lagunera llevaron finalmente a pedir ayuda.
Militares, marinos y policías federales comenzaron a llegar al estado la última semana de ese año. En Torreón, se cuenta con elementos del Ejército, la Policía Federal, la metropolitana, la estatal y la municipal, pero los homicidios, robos, desapariciones y agresiones no paran. Hace tan sólo un mes, el secretario de Seguridad Pública en el Estado, Jorge Luis Morán Delgado, anunció la llegada de refuerzos militares a la urbe.
A pocos días del arribo de refuerzos a la entidad, incluso algunos medios indican que tras 24 horas de estar presentes en Torreón, se disminuyó la violencia en la zona de La Laguna gracias a la coordinación de trabajo de las corporaciones policiacas de los tres niveles de Gobierno y las tropas militares, informó el director de Seguridad Pública, Adelaido Flores Díaz.
Por otro lado, la inseguridad ha orillado a una crisis al estado de Coahuila, donde según datos de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), en los últimos años han cerrado 5 mil 669 negocios por esta causa.
Torreón ha sido escenario de cruentos enfrentamientos y episodios violentos, uno de los más recordados, incluso por la prensa internacional, fue la balacera en las inmediaciones del Territorio Santos Modelo (TSM) que provocó pánico entre los jugadores y asistentes al partido de futbol entre Santos Laguna y Monarcas Morelia, registrado el sábado 20 de agosto de 2011. El encuentro fue suspendido al minuto 40 del primer tiempo luego que los aficionados invadieron el terreno de juego para resguardarse del tiroteo que se registraba a las afueras del recinto.
A un año de ese inolvidable suceso, los crímenes continúan a la orden del día: el 4 de junio de 2012 se informó que un grupo armado atacó un centro de rehabilitación dejando 11 personas muertas y 12 heridas, mientras que el pasado 8 de agosto fueron encontrados en un campo de beisbol, los cuerpos de cuatro mujeres entre los 18 y 30 años de edad aproximadamente. Los cadáveres presentaron signos de tortura, supuestamente las habrían estrangulado mediante un torniquete, con un trozo de soga de plástico color amarillo y un pedazo de madera.
3. Durango, Durango
En septiembre del año pasado, un informe difundido por México Evalúa, Centro de Análisis de Políticas Públicas. A.C., reveló que el promedio mensual de víctimas visibles e invisibles de homicidio, secuestro y robo con violencia en Durango aumentó en el último periodo de gobierno.
Según el documento, entre el sexenio de Ismael Hernández Deras y del actual mandatario estatal, Jorge Herrera, los homicidios se duplicaron pasando de 160 a 360 casos; el secuestro se multiplicó por 10, y el robo con violencia pasó de 210 a mil 221.
En tanto, datos de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) indican que la inseguridad ha llevado a cerrar 4 mil 160 empresas en la entidad.
Por otro lado, tan sólo del 14 de abril de 2011 a enero del presente año, fueron encontrados 331 cuerpos en fosas clandestinas de todo el estado.
Tan sólo el 14 de abril de este año, Durango vivió una fuerte ola violenta dada a conocer por la Fiscalía General del Estado de Durango, que informó sobre: seis personas muertas en diferentes hechos violentos y la localización de tres cuerpos sin vida en el estado.
4. Monterrey, Nuevo León
La capital de Nuevo León fue por mucho tiempo considerada una de las ciudades más seguras y prósperas del país, hasta que comenzó a registrar hechos de violencia que llevaron a decenas de sus habitantes al éxodo, abandonando casas y pertenencias con tal de escapar de la inseguridad.
Uno de los hechos más lamentables a manos del crimen organizado fue el ataque en contra del Casino Royale la tarde del 25 de agosto del año pasado, que dejó un saldo de 52 muertos y 10 lesionados.
Además, tan sólo por un día, el 15 de junio de 2011, Monterrey le arrebató a Ciudad Juárez el título de la ciudad más violenta del país al tener 32 ejecutados y muertos en choques armados, contra los 25 que había sumado la ciudad juarense el 12 de septiembre de 2010. Pero lamentablemente los enfrentamientos y ejecuciones no terminaron.
Ayer se reportó la muerte de ocho personas y una más que resultó herida durante un ataque al bar “Matehuala”, a donde arribaron hombres armados que se identificaron como miembros del cártel del Golfo.
De acuerdo con una nota publicada por el diario El País el 17 de junio pasado, la violencia en Nuevo León estalló en 2007, procedente de Tamaulipas, donde el Cártel del Golfo controlaba el tráfico de drogas a Estados Unidos y se recrudeció en 2010 con la aparición de Los Zetas, hoy dominantes en la zona.
En el texto, El País cita las declaraciones de Camilo Ramírez, secretario del Ayuntamiento de Monterrey, quien afirmó: “Los narcos vienen a esconderse aquí, a hacer negocios y lavar dinero. Nos pillaron desprevenidos”.
Por otro lado, en julio pasado comerciantes y empresarios denunciaron que el crimen organizado obliga a los dueños de los negocios a pagar semanalmente entre 20 y 30% del total de sus ventas, por lo que entre 30 y 40% de total de los comercios del centro histórico de esta ciudad han cerrado.
5. San Luis Potosí
Hasta hace una semana San Luis Potosí era considerado un estado tranquilo, si bien no libre de violencia, sí mucho más seguro que otras entidades.
El pasado jueves 9 de agosto, se hallaron 14 cuerpos en una camioneta Mercedes Benz que estaba reportada como robada. Las víctimas fueron secuestradas en el estado de Coahuila y trasladadas hasta San Luis Potosí.
La Procuraduría General de Justicia de San Luis Potosí precisó que las muertes ocurrieron “por arma de fuego” y que “ya atrajo la investigación”.
Horas después de este sucesos, se registraron tiroteos en el oeste de la ciudad donde se reportaron tres personas muertas, dos mujeres y un hombre.
Al día siguiente, se dio otro enfrentamiento entre presuntos delincuentes y elementos del Ejército que dejó un saldo de cinco muertos y tres detenidos en el municipio de Cedral. El tiroteo, con una duración de casi tres horas, atemorizó a los habitantes de la región.
Todavía con la zozobra y el temor de los hechos pasados, San Luis Potosí tuvo que enfrentar una lamentable noticia el sábado 12: el alcalde electo del municipio de Matehuala, Édgar Morales Pérez, y su coordinador de campaña, Juan Francisco Colunga, fueron asesinados luego de salir de una fiesta, informaron la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) y la Procuraduría General de Justicia estatal.
Tras los hechos violentos de la semana pasada, el procurador General de Justicia del Estado, Miguel Ángel García, señaló que el estado se encuentran en un estado de alerta máxima y reconoció que la ruptura de bandas delincuenciales repercutirá en una espiral de violencia, como han pronosticado expertos en seguridad.
6. Distrito Federal
Comparado con otros estados del país, el “santuario” de la República es de los lugares más seguros para vivir, de acuerdo con datos del Centro de Investigación para el Desarrollo AC (CIDAC); sin embargo, en las últimas semanas se han registrado gran cantidad de delitos que tienen sumidos en el miedo a gran cantidad de capitalinos.
El viernes 3 de agosto un pepenador encontró una cabeza humana en Tepito, un día después se registró una balacera en la zona que dejó tres heridos, uno de los cuales falleció más tarde; horas después se informó sobre el homicidio de dos ancianos y un adolescente en Xochimilco.
Además, el martes 7, cuatro jóvenes fueron baleados por la madrugada; tres de ellos fallecieron en el lugar, mientras que otro murió cuando era trasladado al hospital. Al día siguiente, el empresario Jaime Quiroz Gutiérrez fue asesinado en la calle de Nueva York, esquina con Oklahoma, en la colonia Nápoles, delegación Benito Juárez.
El sábado 12, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) dio a conocer el hallazgo de un hombre descuartizado en la colonia Copilco El Alto, delegación Coyoacán.
El domingo otro cuerpo descuartizado fue localizado en Iztapalapa.
Ante la escalada de crímenes en la capital, el candidato electo a jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, confió en la respuesta de las autoridades para que no exista impunidad ante los recientes hechos de violencia ocurridos en esta capital y precisó que con base en cifras de un análisis general estos hechos no reflejan que se esté dando una “descomposición” en la ciudad de México.