La presencia de diversas agrupaciones criminales, la mayoría de ellas locales, ha dado pauta a diversas confrontaciones que han impactado a sus comunidades y pobladores desde hace años.
Ciudad de México, 15 de julio (SinEmbargo).- La pugna que mantienen Los Ardillos y los Tlacos en las regiones centro y de la montaña, relacionada a los episodios violentos de los últimos días, integran sólo una parte del mapa criminal que se ha configurado en Guerrero, en el cual al menos 16 agrupaciones criminales tienen presencia en la entidad, según un reporte del Gobierno estatal citado por El Sur de Acapulco.
La presencia de varias agrupaciones criminales, la mayoría de ellas locales, aunque también se han detectado la presencia de grandes cárteles, en las diferentes regiones que integran el estado, han dado pauta a diversas confrontaciones que han impactado a comunidades enteras y sus poblaciones. Por el momento son Los Ardillos y Los Tlacos las organizaciones que libran una violenta disputa por el control de Chilpancingo, la capital de Guerrero.
De acuerdo con Víctor Hernández, profesor-investigador en seguridad nacional de la Universidad Panamericana, lo que pasa en Guerrero obedece al “reacomodo de distintos cárteles más pequeños, pandillas, células de entre 40 y 60 personas, que son el núcleo duro de la organización, dependiendo de qué bando eligen”, explicó en entrevista para SinEmbargo.
Javier Oliva Posada, Doctor en Ciencia Política y especialista en temas de seguridad nacional, coincidió en que se trata de bandas locales y pequeñas, en comparación con los grandes cárteles, las que en este momento se disputan diversas zonas del estado de Guerrero. “Básicamente estamos hablando de bandas delictivas locales, y con escasa presencia de organizaciones más complejas como es Nueva Generación o las organizaciones de Ismael Zambada y los hijos de Joaquín Guzman”, dijo.
Son “algunos remanentes de los hermanos Beltrán Leyva y de ahí en fuera diríamos que básicamente se tratan de organizaciones locales como Los Guerreros Unidos, Ardillos, Los Rojos, y una presencia marginal de la Familia Michoacana, sobre todo en la región de Tierra caliente”, añadió el experto en entrevista para SinEmbargo.
Aunque durante varios años, el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, contribuyó a que Los Ardillos y Los Tlacos se mantuvieran sin confrontaciones, ya que de acuerdo a una fuente referida por el diario El Sur de Acapulco, los integrantes de ambas agrupaciones “podían andar en la ciudad sin ningún problema mientras ni uno o ni otro interfiriera en sus negocios”, los enfrentamientos por el control de la capital guerrerense iniciaron hace poco más de un año.
Esta tregua, se habría roto la tarde del 31 de mayo de 2022, cuando fue ejecutado a plena luz del día, el líder transportista Francisco García Marroquín, quien era el presidente de la Unión de Transportistas y Organizaciones del Estado de Guerrero (UTOEG), encargado de gran parte de los transportes de taxis y Urvan en la capital, y cercano al grupo de Los Tlacos, según refirió la misma fuente, quien por seguridad prefirió mantenerse en el anonimato.
Días después, el lunes 6 de junio de ese mismo año, fue asesinado en el Mercado Central de Chilpancingo, Tomás “N”, quien era el principal distribuidor de pollos y cuñado de uno de los jefes de plaza del grupo de Los Tlacos en Chilpancingo.
Luego de ambos asesinatos, la reacción del grupo de Los Tlacos no se hizo esperar e incendiaron vehículos del transporte público de la ruta Petaquillas-Chilpancingo y suspendieron el servicio que dejó varados a cientos de usuarios que viajan a la capital. Ante esta situación, el 23 de mayo la Fiscalía del Estado de Guerrero (FEG) detuvo a tres presuntos integrantes de los Tlacos que supuestamente se dedicaban a la extorsión en el mercado de Chilpancingo.
En respuesta, esa misma noche, al menos cinco vehículos fueron incendiados y balearon varias casas. Además, unos días antes, el 18 de mayo, Los Tlacos colocaron mantas en dos puentes de Chilpancingo, en las que aseguraron que el secretario de Seguridad Pública, Evelio Méndez Gómez, había recibido tres millones por parte de Los Ardillos “para perseguir a Los Tlacos”, por lo que amenazaron que las autoridades serían “responsables de la guerra que se desate, ya que no van a permitir a nadie entrar a la plaza”.
Para el Profesor Hernández “Guerrero siempre va a ser una zona de interés para los cárteles, fundamentalmente por el turismo, tenemos zonas como Acapulco, que son profundamente codiciadas por los Cárteles por el turismo nortamericano y europeo que llega al país”, sin olvidar la región de la sierra en la que “la disputa tiene que ver fundamentalmente por el control de zonas de producción agrícola”, agregó.
“Al final no hay que olvidar que la marihuana y amapola solamente crecen en contextos desérticos, y otra lucha distinta sería por las zonas turísticas, donde en realidad hay que tener un flujo de otras sustancias, de fentanilo, de ácido, de alucinógenos, de psilocibina, y la verdad es que la constelación es muy compleja en Guerrero, todavía quedan pedacitos de Cárteles Unidos, pedacitos de los Rojos”, destacó.
Mientras que para el Doctor Posada “el foco de conflicto, evidentemente, es la región de Tierra Caliente, que es colindante entre el estado de Michoacán y el estado de Guerrero, y está región llega hasta la región suroriente del Estado de México, o suroccidendal, esta región se ha caracterizado por muchos años por se una área propensa a las distintas actividades criminales, eso por un lado”.
“Desde luego está el puerto de Acapulco, como una zona natural de consumo por la intensa actividad turística local que hay, porque ya prácticamente no hay turismo internacional, por los niveles de violencia que hay en ese estado desde hace varios años, y desde luego el caso de Chilpancingo”, sostuvo respectó al conflicto que actualmente se libra por el control de la capital guerrerense, que están protagonizando Los Ardillos y Los Tlacos.
EL CHOQUE ENTRE ARDILLOS Y TLACOS
Los Ardillos es un grupo criminal que se creó aproximadamente en el año 2000, su fundador fue Celso Ortega Rosas, alias “La Ardilla”, un expolicía rural y tres de sus siete hijos. En un inicio, la organización fungió como brazo armado del Cártel de los Beltrán Leyva. Sus actividades principales eran la extorsión y secuestro, después incursionaron en el narcomenudeo.
Por más de 20 años, Los Ardillos ha sido una de las principales organizaciones criminales generadoras de violencia en Guerrero, principalmente en los municipios de Quechualtengo, en donde su fundador cultivaba amapola, Chilapa, Zitlala y Joaquín Herrera, de acuerdo con diversos reportes que las autoridades correspondientes han hecho a lo largo de este tiempo.
Narcotráfico, secuestros y extorsiones son algunas de las actividades ligadas a este grupo criminal, que actualmente es liderado por Celso Ortega Jiménez, Antonio Ortega Jiménez y Jorge Iván Ortega Jiménez, tres de los hijos de Ortega Rosas tras el asesinato de éste en enero de 2011 a manos, presuntamente, de integrantes de “Los Rojos”, otro grupo rival de Los Ardillos.
Por su parte, Los Tlacos, es un grupo que surgió como policía comunitaria del municipio General Heliodoro Castillo, en Guerrero, en 2017, la cual estaba comandada por Onésimo Marquina Chapa, alias “El Necho” y Humberto Moreno Catalán, cuyo objetivo era el de combatir al crimen organizado de la zona, principalmente en Tlacotepec, cabecera municipal de Heliodoro Castillo, por ellos se autodenominaron Los Tlacos, de acuerdo con información de medios locales.
Actualmente esta organización delictiva tiene presencia en los municipios de Leonardo Bravo, algunas partes de Eduardo Neri, Iguala y ahora se disputa Chilpancingo. En donde se ha enfrentado a otros grupos criminales como “Los Rojos”, del que su líder Jesús Nava Romero, alias “El Rojo”, fue lugarteniente del cártel de los Beltrán Leyva, “Los tequileros”, y con células que quedan de la Familia Michoacana.
Investigaciones periodísticas señalan a Los Tlacos de ser los que controlan el precio de diversos productos, como las tortillas, en municipios como Iguala y Huitzuco de los Figueroa. Además, de que presuntamente han amenazado a periodistas e incluso a alcaldes del estado, que habrían apoyado a grupos que rivalizan con Los Tlacos.
LOS OTROS GENERADORES DE VIOLENCIA
Pero no sólo es la disputa por el control de Chilpancingo, ni Los Ardillos y Los Tlacos son los únicos grupos del crimen organizado que en su búsqueda por el control de alguna zona en el estado de Guerrero han desatado la violencia en el estado. Por ejemplo, en octubre de 2022, tuvo lugar una masacre en el municipio de San Miguel Totolapan, región de Tierra Caliente, en el que al menos 20 personas fueron asesinadas entre ellas el Alcalde y su padre.
El ataque fue atribuido el grupo criminal Los Tequileros. En ese entonces, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana explicó que el ataque correspondía a la disputa entre este grupo delictivo, dedicado fundamentalmente al trasiego y comercialización de amapola; pero que también se dedicaba al secuestro, la extorsión, y perpetró diversos homicidios y desapariciones en la región, con la Familia Michoacana.
“Hay una disputa con un grupo criminal conocido como ‘La Familia Michoacana’, a cuyas cabezas, apodadas ‘El Pez’ y ‘El Fresa’, que son los líderes criminales de esa región, una línea de investigación también los vincula junto con este grupo ‘Los Tequileros’ como que pueden ser los responsables de estos eventos”, refirió la dependencia.
De acuerdo con investigaciones periodísticas, Los Tequileros es una organización fundada entre 2013 y 2015, por Raybel Jacobo de Almonte, alias “El Tequilero”, quien anteriormente perteneció a la Familia Michoacana, y que al abandonarla formó su propio grupo criminal, mismo que operaba en varios municipios de Tierra Caliente en Guerrero, como San Miguel Totolapan, Ajuchitlán del Progreso y algunas áreas de Arcelia, en donde dejaron mensajes firmados con la frase “Comando suicida los tequileros”.
Aunque Jacobo de Almonte fue integrante de la Familia Michoacana, ahora liderada por los Jhonny Hurtado Oloscuaga y José Alfredo Hurtado Oloscuaga, alias “El Pez” y “La Fresa”, la abandonó por diferencias con estos últimos y creó su propia organización. Ahora Ambas se disputan los territorios de la región de Tierra Caliente, que abarca varios municipios de Guerrero, Michoacán y Estado de México.
Durante el momento en que más presencia tuvo esta organización delictiva, sus integrantes se dedicaron a actividades como secuestros, extorsiones y asesinatos, así como la siembra y trasiego de droga. Además, llegaron a tener influencia con las autoridades municipales de San Miguel Totolapan, lo que quedó evidenciado en un video.
En agosto de 2015, una videograbación mostró el momento en que Juan Mendoza Acosta, quien en ese entonces era Alcalde electo por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) de San Miguel Totolapan, conviviendo junto a los presuntos criminales. La filmación, que se difundió en redes sociales, muestra al edil electo mientras bebe tequila junto a los presuntos delincuentes.
En 2015 circuló un video donde el exalcalde de San Miguel Totolapan, #JuanAcostaMendoza es exhibido pactando con supuestos líderes de 'Los Tequileros'.
En el video se escucha decir a los presuntos criminales que ellos le hicieron ganar la elección. pic.twitter.com/7dmrRYgS2Q
— Noticias Guerrero Hoy (@NoticiasGroHoy) October 6, 2022
De acuerdo con información difundida por el diario El Sur, en 2023 se tiene registro de que en Guerrero operan al menos 16 grupos delictivos que disputan el control de territorio para la explotación de recursos naturales, el trasiego y distribución de drogas, así como el cobro de cuotas y las extorsiones, de los que resaltan: La Familia Michoacana, Los Tlacos y Los Ardillos, según el mapa de seguridad del actual Gobierno estatal.
El mapa evidencia la reconfiguración de las agrupaciones delictivas, las regiones en las que operan, el avance que han tenido y las alianzas que han hecho durante la administración de la Gobernadora Evelyn Salgado Pineda. Por ejemplo, La Familia Michoacana tiene presencia en Tierra Caliente, zona Norte y Costa Grande; Los Tlacos en la región Centro, zona Norte y la Montaña; y Los Ardillos operan en la región Centro, Montaña y Costa Chica.
Sin embargo, son, en total, 16 grupos que se contabilizan en todo el estado: en la zona Norte los territorios se los disputan Los Tlacos, La Bandera y La Familia Michoacana; Tierra Caliente está en pugna por La Familia, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Tequileros, aunque se sabe que es menor la zona de influencia de este último grupo.
Mientras que en la Costa Grande se reporta la presencia del CJNG, Los Granados, Los Arreola, Los Maldonado, Los Viagras –en el municipio de La Unión–, y la Familia Michoacana. En la región Centro están asentados Los Tlacos, Los Ardillos y Cárteles Unidos, entre éstos, un grupo que se fortaleció en esta nueva administración llamados Los Jaleacos, especialmente en 2022, con la pugna por el control de la venta de pollo en la capital.
En la Montaña se ubica la alianza LosTlacos-Los Rojos, así como a Los Ardillos; en la Costa Chica están reportados Los Ardillos con presencia especialmente en Ayutla y Tecoanapa, además de los grupos regionales de Los Carrillo y Los Añorve, así como la alianza entre Los Rusos y el Cártel de Caborca. En Acapulco se ubica principalmente a Los Rusos y al Cártel Independiente de Acapulco (Cida), quienes han ganado terreno al CJNG y al Cártel de Sinaloa, cuya presencia en 2023 ya no fue registrada en el mapa.
Destaca la presencia de Los Ardillos en Chilpancingo, Tixtla, Quechultenango, Mochitlán, Chilapa y parte de la Montaña Alta, así como en Ayutla y Tecoanapa, en Costa Chica. El principal negocio de este grupo es la siembra de amapola y la producción de heroína, así como el cobro de cuotas.
La DEA (Administración para el Control de Drogas por sus siglas en inglés) publicó un informe en marzo de 2021, en el que expuso que se había realizado una alianza entre el CJNG con el grupo Guerreros Unidos (GU) y una tregua con La Familia Michoacana (FM). Otra alianza, según fuentes de seguridad nacional, es la que se pactó a inicios de este 2023, entre Los Tlacos, Los Granados, Los Maldonado y Los Arreola para detener la expansión de la FM hacia sus territorios.
Respecto a esta reconfiguración y las nuevas alianzas que se han creado, el profesor-investigador de la Universidad Panamericana consideró que “Guerrero es un microcosmos de lo que pasa en México, no es mapa nítido, como si fuera una guerra convencional, Ucrania contra Rusia, conde hay banderas, hay uniformes, en realidad son grupos fluidos que a veces van cambiando de nombre”.
“Tu puedes arrestar a los miembros pero después surge una nueva camada que dice ‘yo soy la nueva versión de este cártel’, y lo que hacen muchas veces es pagar, por ejemplo, así funciona el Cártel Jalisco, el núcleo del Cártel Jalisco no es realmente tan grande pero muchos grupos criminales pagan su cuota para decir ‘oye, reconocerme como miembro del Cártel Jalisco’, (…) y por eso cuando los atrapas todo el cártel no se colapsa, son engranajes sustituibles”, añadió.
El informe titulado “México: Crimen y Organizaciones de tráfico de Drogas”, que realizó el Servicio de Investigación del Congreso de los Estados Unidos (CRS, por sus siglas en inglés), publicado en junio de 2022, confirmó que en el estado de Guerrero operan principalmente grupos locales, entre ellos Los Ardillos, La Familia Michoacana, Los Rojos y Guerreros Unidos.
Aunque este último grupo cuenta con menor presencia, debido a que tras la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el grupo se dividió y se enfrentó, lo que resultó en un nuevo grupo delictivo: La Bandera, mientras que otra parte de Guerreros Unidos se alió con Los Tlacos. Asimismo, otros grupos que se encuentran debilitados tras la detención de sus líderes o porque se aliaron con otros grupos son los Tequileros y Los Rojos, informó El Sur.
“La DEA sostiene que Los Rojos opera en Guerrero, Morelos y otros estados mexicanos. Aunque este cartel se identifica como una TCO [Organizaciones Criminales Transnacionales, por sus siglas en inglés] importante en la NDTA [Evaluación Nacional de Amenazas de Drogas, por sus siglas en inglés] anual de la DEA publicado en marzo de 2021, algunos analistas sostienen que no se trata de un narcotráfico significativo organización”, indicó el informe del CRS .
En el mismo, se señaló que pese a que en 2011 la detención de José de Jesús Méndez Vargas, alias “El Chango”, entonces líder de la Familia Michoacana, permitió la disolución de este grupo delictivo, también originó el surgimiento de células más pequeñas, mismas que continúan operando en actividades como el narcotráfico, la extorsión y el secuestro principalmente en Guerrero, el Estado de México e incluso la Ciudad de México.
“Los observadores informan que LFM fue expulsado en gran medida de Michoacán por los Caballeros Templario, aunque un grupo autodenominado la Nueva Familia Michoacán (La Nueva Familia Michoacana) al parecer ha estado activo en partes de Guerrero y Michoacán”, señala el informe, en el que refirió que la “DEA sostiene que, en algunos casos, LFM ha desarrollado vínculos al CJNG”.
“Según un estudio de alianzas en el panorama criminal mexicano actual realizado por el Instituto Baker de Estudios Políticos de la Universidad de Rice, grupos derivados de LFM y otros de la La región de Tierra Caliente tiene alianzas con cualquiera de los polos centrales de las dos principales TCO, CJNG o Sinaloa, que el estudio calificó de densa y compleja”, se añadió en el documento.
LOS BELTRÁN LEYVA, EL ORIGEN
En el informe también mencionan a Guerreros Unidos, que junto con “Los Rojos” serían células derivadas del Cártel de Los Beltrán Leyva, el cual “trafica cocaína tan al norte como Chicago pero, según los informes, opera principalmente en el centro y los estados del Pacífico de Guerrero, México y Morelos”, indicó.
Otro de las organizaciones que se ha detectado en Guerrero es el CJNG, el cual surgió en 2011 con el nombre de los Mata Zetas, y aunque su sede se encuentra en Jalisco, se ha detectado que también opera en los estados de Colima, Michoacán, México, Guerrero, y Guanajuato.
“Se ha convertido en una fuerza dominante en los estados de Tierra Caliente, incluyendo partes de Guerrero, Michoacán y el estado de México. El CJNG tiene raíces tempranas en el Cartel del Milenio, que estuvo activo antes de 2010 en la región de Tierra Caliente”, se destacó en el informe realizado por el Servicio de Investigación del Congreso de los Estados Unidos.
Para los dos expertos un elemento que ha permitido el avance de las organizaciones criminales en Guerrero: la corrupción. “Hay un elemento político, el que sobre la familia Salgado Macedonio haya sospechas desde el inicio de la gubernatura de su posible relación con el narco, no se diga el sólo gesto de reunirse con un líder criminal, la Alcaldesa de Chilpancingo”, dijo el profesor Hernández.
“Después las narcomantas que aparecen de ‘Oye, sigo esperando el segundo desayuno’, eso ya de entrada deslegitima la autoridad, es decir, el sólo mostrarles que la puerta está abierta (…) eso de entrada pone un mensaje de desorden, una narrativa de desorden”, añadió el experto en seguridad nacional.
En tanto, el Doctor Posada señaló que esta problemática en Guerrero tienen que ver con “la corrupción local básicamente, la corrupción de las corporaciones policiacas locales y en muy buena medida también por la capacidad de fuego que tienen las organizaciones criminales frente a instituciones municipales de seguridad pública”
Además, para el profesor Hernández hay un segundo problema que se concentra en las policías municipales y estatales, las cuales “han seguido erosionando sus capacidades, pensemos, por ejemplo, en la desaparición de Fortaseg (Fortalecimiento para la Seguridad), aprobado con una mayoría del Congreso de Morena, que le sigue quitando esos recursos a las policías municipales y que se los da a la Guardia Nacional”.
“La Guardia Nacional lo único que está haciendo es dar vueltas al azar en algunas regiones del país, construir cuarteles pero muchas veces los cuarteles ni siquiera disuaden el delito, hay veces que el delito se comete fuera del cuartel de la Guardia Nacional y ni siquiera salen los centinelas o la fuerza de reacción o salen muy tarde”, añadió el investigador de la Universidad Panamericana.
Por ello, consideró que para combatir el clima de violencia en Guerrero “hay que dejarnos de ocurrencias, ya tres sexenios de candidatos, a todos los niveles, municipales, estatales y federales, que quieren reinventar el agua tibia, es de verdad no sólo molesto para el público sino, además, ineficiente y que le cuesta la vida de los mexicanos, el mejor ejemplo es el plan ángel que propuso el precandidato Marcelo Ebrard, que no es más que un refrito de cosas que ya se han hecho”.
Enfatizó que todos los últimos tres gobiernos federales han “repetido la misma fórmula que sus predecesores, a la misma estrategia siguen los mismos resultados, si yo mezclo dos átomos de hidrógeno y un átomo de oxígeno siempre que repita ese experimento lo que voy a obtener es agua, y así lo haga mil veces o le cambie el nombre y ahora al hidrógeno le llame Jorge y tengo dos moléculas de Jorge y una de oxígeno, el resultado va a ser el mismo”.
“Vemos a miles de guardias nacionales desplegados en estados que no tienen un problema grave de seguridad pública y estados que se están incendiado como Guanajuato, como Tamaulipas, como Michoacán, vemos despliegues de 200, 300 elementos (…) y ¿qué sí están haciendo? corriendo migrantes o construyendo aeropuertos, cosas que no impactan en la seguridad pública”, subrayó.
Reiteró que es necesario “dejar de querer reinventar el agua tibia, dejar de querer dorarnos la píldora de que todo se resuelve con robots y con drones porque en el fondo es un problema de personas, de quién litiga, de quiénes son los jueces, de quienes son los detectives”.
Mientras que el Doctor pasada consideró que para combatir al crimen organizado en Guerrero se requiere “una reestructuración de la Seguridad Pública en lo que se refiere a las policías municipales”, así como considerar las características particulares, no sólo de cada estado sino de cada región para que, ya que no se puede aplicar un mismo plan para toda la diversidad con la que se cuenta en el territorio nacional.
“Un programa nacional de seguridad pública no puede tratar de la misma manera a Yucatán que a Baja California Sur, incluso dentro de un mismo estado no puede tratarse de una manera homogénea a la parte norte de Veracruz colindante con Tamaulipas que a la parte sur colindante con Tabasco (…) se necesitan enfoques georegionales específicos en materia de Seguridad Pública”, concluyó.
– Con información de El Sur e InSight Crime