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La Boca: esencia de la Buenos Aires emigrante y transgresora

15/07/2016 - 12:00 am

El barrio del Riachuelo es mucho más que el famoso Caminito y Boca Juniors. Museos, restaurantes de moda y espacios para el arte más actual completan el paisaje de este imprescindible porteño.

Foto: Viajar Ahora/ElDiario.es
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Por Viajar Ahora

Ciudad de México, 15 de julio (SinEmbargo/ElDiario.es).– Las pinturas del genial pintor argentino Benito Quinquela Martín muestran una ciudad de barcos, estibadores, de grúas de carga y gentes de todas las nacionalidades en torno al puerto. El puerto fue, durante la mayor parte de la historia de la urbe, el pulmón y razón de ser de Buenos Aires. Y en este rincón del sur capitalino, justo donde el Riachuelo desemboca en el impresionante Río de La Plata, el puerto sigue dejando su impronta aunque ya nada quede de aquella actividad de país pujante que atrajo a millones de inmigrantes de todos los rincones del planeta. El barrio de La Boca fue, para una gran parte de aquellos hombres y mujeres su primer hogar en tierra extraña. Y de aquella suma de costumbres y realidades nació un lugar en el que confluyeron cien culturas, mil maneras de entender la vida. Y se nota.

Lamentablemente, la inseguridad de las zonas aledañas a los principales atractivos turísticos impiden una exploración detenida. Es una pena, porque las calles de este barrio porteño aún guarda la esencia de la Buenos Aires más auténtica: vecinos sesteando en las puertas de sus casas, pequeños Maradonas jugando al fútbol, asados improvisados los fines de semana en plena vereda. Y sobre este ambiente de viejo arrabal porteño se añade el gusto por la modernidad, por lo más nuevo y transgresor que se manifiesta a través de centros de arte vanguardista, teatro experimental, galerías y cultura callejera.

Caminito es el epicentro turístico del barrio. En torno a las calles Magallanes, Caminito (antiguo ramal del tren portuario), La Madrid y Doctor del Valle Iberlucea sobreviven algunos de los conventillos más antiguos de la ciudad. Antiguas casas de vecinos en las que la madera y la chapa metálica pintada de colores chillones forman un curioso rompecabezas cubista que se ha convertido en una de las imágenes recurrentes de Buenos Aires.

Hoy, las antiguas casas en las que se hacinaban decenas de familias de emigrantes pobres, se han convertido en restaurantes, galerías comerciales y talleres de artesanos. Las calles han sido tomadas al asalto por las terrazas de los restaurantes en las que se baila tango y se atosiga al visitante con ofertas para comer, beber, comprar… Pero aún así, merece la pena recorrer esta cuadra prodigiosa deteniéndose en cada detalle.

 En pleno Caminito se encuentra la Fundación Proa, un espacio dedicado al arte contemporáneo en el que se programan exposiciones temporales de primeras figuras internacionales y otras actividades culturales de vanguardia y a apenas un centenar de metros el Museo de Histórico de Cera en el que se hace un repaso a la historia del país a través de esculturas en cera. Lo nuevo y lo tradicional en apenas una cuadra. Un ejemplo de la idiosincrasia del barrio.

FÚTBOL, FÚTBOL, FÚTBOL…

Un paseo por las calles de La Boca es transitar en amarillo y azul. Las loas al club local, el laureado Club Atlético Boca Juniors se manifiestan a través de murales, pintadas en paredes, puertas, portones y ventanas, mensajes que alternan amor Xeneize (como se conoce a los seguidores boquenses) y cargadas (burlas) al eterno rival, un River que nació en la Boca y se mudó a los barrios ricos del norte porteño (por eso se los conoce como «Los Millonarios»). La mitad más uno dicen por aquí. Y es cierto. Boca es el club más popular de la Argentina y el que más seguidores atesora a lo largo de la gigantesca geografía argenta.

Si decimos Alberto J. Armando seguramente no sepas de qué estamos hablando; pero si decimos La Bombonera la cosa cambia. El coliseo de Boca Juniors es uno de los grandes estadios del mundo y referencia para los viajeros y viajeras que sienten el fútbol. El Museo de la pasión Boquense hace un recorrido por la historia y los éxitos de uno de los clubes deportivos más laureados de la historia. También se ofertan tours por el estadio y hay una completa tienda de artículos oficiales. Pero si se puede, hay que tratar de venir a ver un partido oficial. Es una experiencia única que trasciende al propio partido. Dicen que el clásico entre Boca y River es el partido más caliente del mundo.

EL SUR DE LA MILLA CULTURAL 

Tïpico "conventillo" de La Boca. Foto: Wikimedia Commons
Tïpico «conventillo» de La Boca. Foto: Wikimedia Commons

El Riachuelo es otro de los signos de identidad del barrio. La Avenida Pedro de Mendoza recorre la ribera hacia la desembocadura. El Puente Transbordador, uno de los mejores ejemplos de ingeniería civil en hierro de principios del XX en toda la Argentina, domina el paisaje de un puerto hoy vacío y altamente contaminado.

Para encontrar los ecos de aquella actividad febril de antaño hay que visitar el Museo de Bellas Artes Quinquela Martín que guarda más de 100 obras de este insigne pintor de los puertos y barrios de la ciudad. La exposición se completa con más de mil obras de los grandes maestros de la pintura y escultura argentina.

Justo al lado se encuentra el mítico Teatro de La Ribera, otro de los referentes culturales del barrio. Muy cerca se encuentra el Galpón de Catalinas, sede permanente del grupo de teatro barrial Asociación Mutual Catalinas Sur, una de las compañías de teatro aficionado más activos y sorprendentes de la capital porteña.

Ya lindando con la Dársena Sur del puerto, en el extremo norte de La Boca, se localiza la Usina del Arte, otra de las joyas culturales de una ciudad que rezuma creatividad. Esta antigua planta energética, construida a finales del siglo XIX ha sido minuciosamente restaurada y habilitada para acoger exposiciones y conciertos en  una programación completísima que se extiende durante todo el año.

A apenas media cuadra de este magno centro cultural se encuentra el  Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken que muestra la espectacular colección particular del ensayista local que incluye cámaras, material relacionado con el cine (escenarios, objetos, vestuarios, cartelería, etc) y más de 65 mil películas que hacen un recorrido exhaustivo por la historia del cine argentino e internacional.

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