MÉXICO, D.F. (apro).- Las autoridades del Estado de México sabían sobre el incremento de los asaltos en el parque nacional Izta-Popo, donde se ubica el parque Colibrí, área donde el jueves fue atracado un grupo de campistas y violadas siete adolescentes.
En marzo pasado, el director de Seguridad Pública de Tlalmanalco, Rubén Rico, dijo que los asaltos con violencia eran comunes en la zona (que comprende también Ixtapaluca y Amecameca) pero que no tenían la capacidad para vigilar.
Agregó que desde noviembre se incrementaron los reportes de robos y que la gente que subía lo hacía bajo su responsabilidad.
La zona norte del parque nacional Izta-Popo es considerada entre alpinistas y prestadores de servicios turísticos como un lugar donde constantemente se dan asaltos, por lo que han dejado de frecuentarla o sugerirla.
El parque Colibrí es catalogado dentro de esta reserva ecológica como peligrosa, al igual que los parajes Dos Aguas, San Rafael, Clan de la Cuesta y Nescoalango.
Los pobladores de la zona aseguran que el bosque se ha convertido en un sitio inseguro en el que varios campistas han sufrido asaltos y vejaciones.
Siete adolescente fueron violadas el jueves durante un retiro espiritual cristiano en esa zona boscosa del Estado de México.
En el campamento había 90 personas, en su mayoría menores de edad, quienes fueron amagados con armas de fuego por una banda conformada por 12 personas.
Fuentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana del Estado de México confirmaron que los delincuentes responsables de la agresión a los campistas están relacionados con otros ataques en la zona y operan ante la escasa vigilancia de las corporaciones municipales y estatales.